Con un merecido adiós, don Ignacio López Tarso fue despedido en el máximo recinto artístico de México, el Palacio de Bellas Artes, la tarde del 12 de marzo, una fecha que será recordada por quienes amaron la obra del intérprete y tuvieron la fortuna de haberlo conocido. El deceso del aclamado histrión mexicano dejó un enorme vacío en el espectáculo, así lo reconocieron sus familiares, amigos cercanos y el público que siguió de cerca su vasta trayectoria a lo largo de varias décadas. Personalidades del gremio artístico y la política fueron parte de este homenaje en el que se recordó el legado del primer actor que trabajó hasta los últimos años de vida, entregado de lleno a su pasión por la interpretación.
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Uno de los instantes más emotivos fue el de la llegada del féretro de don Ignacio a la explanada del Palacio, recibido por una ola de aplausos de quienes reconocen la grandeza de su obra fílmica y su importancia en el entorno cultural de México. Al interior de Bellas Artes, bajo las escalinatas, figuró una fotografía en gran formato de su rostro sonriente, arreglos de flores y coronas que fueron llegando a lo largo de las horas. “Hoy, así inicia su eterno papel, el de actor para siempre. Todos los aplausos para usted, maestro inmortal. Gracias por lo que nos dio…”, dijo en su discurso Alejandra Frausto Guerrero, secretaria de Cultura federal, quien además destacó la versatilidad de don Ignacio para interpretar personajes de la vida mexicana.
Además de su familia, varias figuras del espectáculo que mantuvieron una cercana amistad con él, y que en años anteriores trabajaron a su lado, se dieron cita al homenaje. César Costa, Leticia Calderón, Ana Martín, Norma Lazareno, Sergio Corona, Salvador Garcini, entre otros, acudieron a rendir una despedida al “maestro”, como también era llamado de cariño por muchos. “Tuve la oportunidad de conocer a un hombre extraordinario, divertido, con gran sentido del humor, con gran profundidad, con un sentido de la vida maravilloso… Con una disciplina férrea, una memoria verdaderamente extraordinaria…”, recordó César Costa durante su intervención en el homenaje.
La primera guardia de honor fue encabezada por sus familiares; Juan Ignacio Aranda, Susana y Gabriela, sus nietos Mariana López y Antonio Sánchez; la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto Guerrero, y la directora general del Inbal, Lucina Jiménez López. Posteriormente, Leticia Calderón, Salvador Garcini, Luisa Huertas y Tina French, formaron parte de otra de las guardias, un instante tan emotivo que conmovió a todos aquellos que pusieron en alto el legado artístico de don Ignacio, quien manifestó en todo momento su ferviente deseo por cumplir 100 años, declaraciones que hiciera recientemente a lo largo de las últimas entrevistas que concedió a los medios de comunicación.
La última morada de don Ignacio López Tarso
Tras los homenajes a don Ignacio López Tarso, sus seres queridos ubicarán sus cenizas en un sitio de enorme valor sentimental, así lo explicó Juan Ignacio Aranda, su hijo, quien visiblemente conmovido describió con los mejores adjetivos a su padre, quien en vida construyó una carrera de más de 50 películas, entre ellas la clásica Macario, 100 obras de teatro, así como una vasta participación en diversos programas de televisión. “Un maravilloso padre, lo despedimos con mucho amor… Ha muerto el mejor actor de Hispanoamérica… Queremos incinerar, cremar a mi padre y ponerlo al lado de mi madre. Desgraciadamente se concluye aquí una vida esplendida, una vida creativa, una vida productiva, ¡fue sensacional López Tarso!”, dijo, evitando romper en llanto frente a las cámaras y pidiendo respeto a los medios ante este momento tan difícil para los suyos.