Con la misma franqueza con la que realizó su nuevo disco Sincerándome, Carlos Rivera habló con Johnny Abraham para su podcast Conquista tu mundo, un espacio en el que el cantante contó por primera ocasión detalles de su relación laboral con Tv Azteca, televisora en la que comenzó su carrera tras convertirse en el ganador de la tercera generación de La Academia. Como nunca, el intérprete recordó el largo proceso que tuvo que pasar para obtener su carta de liberación después de firmar un contrato que no tenía fecha de vencimiento: “La Academia es un proyecto con el que siempre voy a estar agradecido, porque sí me cambió la vida, me transformó y a mi familia también, además gané y eso tiene un mérito diferente. Lo mío viene después”, confesó el cantante.
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Durante esta charla, Carlos recordó su ingresó a La Academia, instituto donde comenzó a vivir su sueño: “Esos 4 meses han sido de los más felices de mi vida, porque tomé mis primeras clases de canto con el maestro Willy, que en paz descanse; mi primera clase de baile, de interpretación, de actuación, era Disney World para mí, lo que yo más había deseado en la vida y de otra manera no lo hubiera tenido”. Después de coronarse como el gran ganador, el cantante se enfrentó con una realidad muy distinta: “Lo comparo con las 12 de la noche de la Cenicienta, porque al otro día, que ya no era la producción de La Academia, nos entregan al mánager que era impuesto por la televisora”, recordó el originario de Tlaxcala. El cantante reconoció que tras el éxito del reality show no tenían un plan para los egresados: “No supieron manejarnos a la gran mayoría”, reconoció.
Siempre agradecido por la oportunidad de dar inicio a su carrera en un foro tan importante, Carlos se enfrentó a la indiferencia de algunos ejecutivos: “Al proyecto de La Academia y a TV Azteca como tal, yo siempre voy a estar agradecido, el problema fueron las personas que pusieron para manejarnos. Conmigo había muchas expectativas y planes, cosas que nunca se cumplieron. Pasaron unos meses y a mí me ponen en una banca”, recordó. Cuando el cantante quiso buscar suerte por su parte, fue descubriendo lo que estaba ocurriendo con su carrera: “Yo no podía hacer nada de lo que yo quería, porque muchas veces lo intenté. En ese momento era muy duro, fueron muchos años en los que yo no la pasé tan bien y empecé a perder un poco la esperanza, empezaba a ver mi sueño cada vez más lejos, porque pensé que ya lo había logrado, pensé que ya estaba ahí”, recordó Carlos quien, cuando ganó La Academia tenía sólo 18 años de edad.
Carlos confiesa que su relación con Tv Azteca se sintió cómo cuando te desilusionas de una relación: “Lo veo como una historia de amor: me enamoraron, me enamoré, fui feliz durante el noviazgo, pero ya luego durante el casamiento estuvo duro. Lo peor de todo es que al final era como: ‘Me tienes que dar las gracias porque te quise, sino nadie te hubiera querido’. Yo amé, pero no fue recíproco”, explicó. Rivera contó que fue muy complicado terminar la relación laboral debido a las letras pequeñas de su contrato: “Todo mundo cree que firmabas un contrato por años, no era por años, era por temporadas que podían durar al día de hoy, 20 años, yo podría estar hoy, teniendo el mismo contrato de hace años, porque son de esos que se renuevan automáticamente”, contó Carlos quien añadió: “Yo duré 9 años con contrato, pero con un contrato en el que no me pagaban exclusividad, o sea, era exclusivo, pero no me pagaban nada, a veces no había ni para pagar la renta, pero bueno, yo tenía ese contrato y ni modo”, explicó.
Su liberación
Durante los casi 10 años que Carlos Rivera tuvo que cumplir con el contrato que le impedía ejercer como cantante en otros escenarios que no fueran asignados por la televisora, el cantante encontró en el teatro musical el espacio para prepararse y mantenerse vigente en el gusto del público; sin embargo, siempre estuvo buscando su independencia como cantante: “Yo siempre tuve una corazonada de que algo iba a pasar. Yo vine a triunfar y voy a luchar por conseguirlo”. Después de intentarlo varias veces, durante un cambio de administración, Carlos habló con el nuevo ejecutivo encargado de él y le pidió terminar su relación laboral con Azteca: “Firmamos un acuerdo, ni siquiera fue una liberación”, contó el cantante quien, a partir de aquel momento tuvo la libertad de comenzar a construir su carrera como cantante en la disquera de su elección. Tras años en la banca, Carlos tenía claro que su futuro estaba lejos de aquel contrato: “Pensaba: ‘Yo no tengo que estar aquí, me tengo que mover de lugar’”, puntualizó.