Siempre sincera y dispuesta a compartir con el público su testimonio de vida, Lidia Ávila abrió su corazón durante su asistencia como invitada al podcast PIC POD donde conversó con Alejandro Sago de las pérdidas que ha enfrentado. Con la misma transparencia con la que habla con sus seguidores de este tema, la integrante de OV7 dio detalles de los momentos más complicados que ha vivido, como el sensible fallecimiento de su hija, Sophia, hace 13 años y la reciente muerte de su hermano Mónico, hace apenas cuatro meses. Para la cantante es importante compartir su historia para mostrarle a la gente que es posible salir adelante después de una pérdida.
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Cuando le preguntaron qué es lo más fuerte que ha vivido, Ávila recordó el momento en el que tuvo que despedir a su pequeña hija: “Me casé muy chavita, a los 24 años tuve una hija de ese primer matrimonio, yo creo que es lo más duro que me ha pasado en la vida, falleció a los 6 meses de nacida, para mí fue como: ‘¿Qué es esto?’. Mi sueño desde niña era ser mamá y formar una familia. Se muere mi hija y luego a los 9 meses me divorcio. En menos de un año perdí todo lo que tenía: mi hija, mi familia, mi matrimonio, todo. Acababa de cumplir 30 años, fue fuertísimo para mí”, reconoció Lidia quien recordó que despedir a su bebé fue un golpe muy duro; sin embargo, le dio la fortaleza para enfrentar otras pérdidas de seres queridos.
Lidia contó que el año pasado, su familia despidió a una de sus tías y a Mónico, su hermano mayor: “Se muere mi tía en agosto, se muere mi hermano en octubre”. La cantante reconoció que, aunque fue diferente, el dolor tras la pérdida de su hermano también ha sido devastador: “Con mi hija se murieron mis expectativas y mis sueños, lo que uno visualiza cuando vas a tener un hijo, pero con mi hermano se murió mi vida entera, mi hermano me llevaba 10 años, era mi otra mitad, mi cómplice, era mi todo, era mi incondicional y yo de él. Son dolores muy diferentes”, añadió. En las últimas semanas, Lidia también enfrentó la partida de su amigo, el makeup artist, Jonathan Lule: “Me dice mi hija: ‘¿Estás triste mamá?’ y le digo: ‘Sí mamita, estoy triste, se murió mi amigo, me ha tocado duro; primero la tía, luego mi hermano y luego Lule’ y me dice: ‘No mamita, te ha tocado duro desde que se murió tu hija’”.
Lidia se mostró muy conmovida al recordar las palabras de su pequeña Lidia: “Tiene 7 años, claro que sabe la historia de su hermana, pero me sorprendió que una niña tan chiquita tuviera esa capacidad de entender lo que he pasado durante tanto tiempo”, puntualizó. La cantante explicó que mostrar su vulnerabilidad ante sus fans le ha permitido servir de apoyo para otras personas que atraviesan por algo similar: “Mi hija cumpliría, ahora en marzo, 14 años. El hecho de platicar y haberlo vivido públicamente provocó que mucha gente me escriba por redes sociales para decirme que les he servido de inspiración, apoyo emocional, con mi testimonio. Yo en ese momento me quería morir, decía: ‘¿qué hago en esta vida?’”, agregó la cantante quien confesó que su regreso a OV7 la salvó en aquella ocasión.
Sus herramientas para salir adelante
Lidia ha ido construyendo una personalidad fuerte a través de los años y aunque reconoce que el dolor de una pérdida jamás desaparece, compartió cómo ha salido adelante: “Yo creo que uno nunca está preparado para ese tipo de cosas. La misma vida, mi carácter, uno saca fuerza de donde menos te imaginas para darle vuelta a la página y seguir”. La cantante reconoció que, mientras el duelo de su hija regresar a los escenarios fue una bendición, en el adiós a Mónico, ha sido un factor que ha jugado distinto: “Con mi hermano me pasó que se murió y al día siguiente yo tenía concierto en San Luis Potosí y al día siguiente en Torreón. Soñé que me decía que ahora sí me iba a poder acompañar a toda la gira”. Por último, Lidia confió en que, en algún momento, se reencontrará con sus seres queridos: “Creo en Dios y creo que me voy a encontrar con mi hija y mi hermano, el día que me muera, y con mi hermano, con mi suegro y con todo el mundo”.