Salma Hayek es una de las actrices latinas más importantes de Hollywood a nivel internacional, y aunque está muy contenta con su carrera, hubo momentos en los que no la pasó nada bien por los límites con los que llegó a toparse al momento de obtener papeles en la pantalla grande. Y es que, según confesó, su belleza física le impedía interpretar papeles que combinaran su sensualidad con una personalidad cómica.
“Estuve encasillada durante mucho tiempo”, aseguró. “Toda mi vida quise hacer comedia y la gente no me daba papeles de comedia”, dijo en su charla con GQ Hype.
Salma insistía, pero los directores no hacían caso a ese lado de su carrera, y fue hasta que Adam Sandler le dio esta oportunidad en Grown Ups (2010), que logró demostrar lo bien que lo hacía con este tipo de papeles.
“No pude conseguir un papel así hasta que conocí a Adam Sandler. ¡Pero yo tenía 40 años! Me decían: ‘Eres sexy, así que no puedes tener sentido del humor’”, comentó.
Una carrera tan prometedora como el primer día
Salma recordó cómo aquellos argumentos eran comunes durante su ascenso a la fama en el que fue encasillada sólo como una persona sexy: “No solo no se te permitía ser inteligente, sino que tampoco podías ser graciosa en los años 90”. Y aunque era reconocida, ella no se sentía del todo bien por no poder romper ese esquema, algo que por suerte ha cambiado con los años.
“Estaba triste en ese momento, pero ahora hago de todos los géneros, estoy en un momento de mi vida en el que me dijeron que habría expirado, que los últimos 20 años habría estado fuera del negocio”, dijo más contenta.