Tras las francas declaraciones de Jennifer Aniston sobre la maternidad, recordamos cómo fueron esos años para ella

A lo largo de casi tres décadas de carrera, Jennifer Aniston ha tenido que lidiar con la presión social y todo tipo de rumores, la mayoría de ellas acerca de su vida amorosa y la búsqueda de la maternidad. Hace unos días estos dos temas volvieron a saltar en los titulares luego de que la actriz se sinceró por primera vez en una entrevista para la publicación Allure sobre lo mucho que soñó y luchó por tener un bebé, un deseo que nunca se cumplió: “Todo los años y años y años de especulación… Fueron realmente malos”; las suposiciones a las que se refiere la estrella de Hollywood son particularmente a las que circularon tras su divorcio de Brad Pitt, que se hizo oficial a principios del 2005. En aquel año se llegó a decir, sin fundamento alguno, que el motivo del final de su separación se debía a la negativa de ella de poner en pausa su carrera para formar una familia, situación que no podría estar más alejada de la realidad. 

Jennifer Aniston.

Es cierto que Aniston atravesaba a finales de la década 1990 y principios de los 2000 una de sus mejores etapas; sin embargo, a nivel personal vivía su propia lucha con la maternidad que comenzó tras llegar al altar con Pitt. A diferencia de otras historias de amor, la de Jennifer y Brad no implicó un flechazo a primera vista, pues no fue hasta cuatro años después de que se conocieron -lo cual ocurrió en 1994- que comenzaron una relación con cierta injerencia de sus representantes que se aliaron para organizarles una cita.

Aniston supo desde aquella primera salida que Pitt estaba hecho para ella, así lo confesó en una charla con la presentadora Diane Sawyer: “Fue raro. Fue una noche muy fácil y muy divertida”. Agregó que sus amigos quedaron tan encantados como ella con la personalidad de él: “Mis amigos me apoyaron mucho, especialmente cuando descubrieron el increíble ser humano que es (...) Te desarma de forma inmediata”.

En 1999 debutaron como pareja en la alfombra de los Premios Emmy. No debió ser fácil para Aniston enfrentarse a la vorágine de los paparazzi, la presión de los medios y los millones de fans que celebraban su compromiso con Pitt. Si bien, el actor ya era una estrella consolidada en la industria con títulos como Entrevista con el vampiro, Seven, ¿Conoces a Joe Black? o Siete años en el Tibet, Jennifer también era una de las grandes figuras de la televisión por su papel de Rachel en la legendaria serie de Friends e iniciaba abrirse paso en el cine. 

Su matrimonio con Brad Pitt

Para el verano del 2000 la pareja celebró su boda en una mansión de Malibú y contó con destacados invitados, entre ellos Salma Hayek, Edward Norton, Cameron Díaz y, por supuesto, el elenco completo de Friends, a excepción de Matt LeBlanc, cuyos compromisos laborales le impidieron unirse a los festejos. De acuerdo con Vanity Fair, tampoco asistió la mamá de Jennifer, Nancy, con la que la actriz mantenía una relación distante que se restauró en la última época. 

Todo parecía un cuento de hadas producto de las expectativas mediáticas y sociales. Tras la aparición de Pitt en un capítulo de Friends en 2001, comenzó a difundirse de manera frenética la teoría de que el actor deseaba ser papá, pero Aniston no, un rumor con el que terminó la actriz en el 2004 luego de que en la citada entrevista con Diane Sawyer afirmó que sí quería ser mamá a lado de Brad una vez que concluyeran las grabaciones de la popular serie que protagonizaba. 

Nadie tenía una idea de los complicados momentos que realmente afrontaba Aniston, que reconoció que en sus 30’s y sus 40's pasó por situaciones “verdaderamente difíciles”. Aunque mirando en retrospectiva ha reconocido que si “no hubiera pasado por eso, nunca me hubiera convertido en quien tenía que ser. Por eso es que tengo gratitud por esas cosas, de tal manera seguiría atrapada siendo esta persona tan temerosa. Era tan nerviosa, tan insegura de quién era. Y ahora no me importa”. 

Su divorcio de Brad Pitt

No obstante, en 2004 los planes de Aniston eran por completo otros y parecían muy claros. Ella se despediría de Friends y se uniría con Pitt, que estaba por concluir la filmación de Sr. y Sra. Smith, película en la que compartió protagónico con Angelina Jolie. “Sí. Es el momento. Creo que puedes trabajar con un bebé o embarazada, creo que puedes hacerlo todo. Así que tengo muchas ganas de reducir la velocidad”, comentó a The Guardian.

El destino dio un giro inesperado. Su matrimonio comenzó a desmoronarse y se señaló a Jolie como la tercera en discordia, lo cual ella desmintió de manera categórica. Ya en enero del 2005 Jennifer y Brad anunciaban su separación definitiva, pero ni el transcurrir del tiempo acabó con la narrativa de la negativa de Aniston de formar una familia. “(Se decía) que sólo me importaba mi carrera, y Dios no quiera que una mujer sea exitosa y no quiera tener un hijo y (se rumoraba) que esa era la razón por la que mi esposo me había dejado, por qué terminamos y acabó nuestro matrimonio, era porque yo no le daba un hijo. Eran mentiras absolutas. No tengo nada que ocultar a estas alturas”, dijo la actriz

Tanto el divorcio como su no lograda lucha por tener un hijo fueron circunstancias duras para la actriz: “Estaba pasando por fertilización in vitro, tomando tés chinos, lo que se te ocurra. Estaba intentándolo todo. Hubiera dado lo que fuera porque alguien me hubiera dicho: ‘Congela tus óvulos. Hazte un favor’. Simplemente no lo piensas. Así que aquí estoy hoy, ese barco ya zarpó”.

El inicio y final de su historia con Justin Theroux

En el 2011 Aniston se volvió a dar una oportunidad en el amor con Justin Theroux. La pareja se casó en el 2015 durante una íntima ceremonia en Los Ángeles, pero su historia no llegó a buen puerto y se separaron en el 2018. Ahora, a sus 53 años Aniston reconoce que ya no carga con el peso de continuar con la búsqueda de algo que no fue posible: “Me siento un poco aliviada ahora, porque ya no hay el ‘¿Podré? Tal vez, tal vez, tal vez’. Ya no tengo que pensar en eso”. 

Luego de tantos obstáculos superados y éxitos en su carrera, la actriz no se arrepiente de absolutamente ninguna decisión que ha tomado y considera que está en la mejor etapa de su vida: “Siento que estoy en mi mejor momento, mejor de lo que era en mis 20’s o 30’s, incluso, o a la mitad de mis 40’s. Necesitábamos dejar de decirnos cosas malas a nosotras mismas. Vas a tener 65 años algún día y vas a pensar: ‘me veía genial a los 53’”. En cuanto al matrimonio, tiene una vaga inclinación: “Nunca digas nunca, pero no tengo ningún interés en volver a casarme".