Selena Gomez ha abierto su corazón y su mente en el documental My Mind & Me, en el que comparte de viva voz los complicados momentos que enfrentó tras sufrir un episodio de psicosis y ser diagnosticada con trastorno bipolar, situaciones que la llevaron a ser internada cuatro veces en centros de rehabilitación. Previo a recibir una valoración médica sobre su salud mental, la actriz atravesó por oscuros momentos en los que “no tenía el control de lo que sentía, fuera realmente bueno o malo”. Sus altibajos duraban días e, incluso, semanas, periodos en los que apenas dormía, estaba exhausta sin un motivo aparente y se sentía atrapada en pensamientos angustiantes relacionados con su proyecto de vida, el cual no se parecía mucho al que ideó en su juventud, pues ha admitido que creyó que llegaría al altar antes de cumplir los 30 años.
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“Crecí pensando que me casaría a los 25 años (...) me destrozó que no estaba ni cerca de eso, no podría estar más lejos que eso. Fue tan ridículo, pero realmente pensé que mi mundo había terminado”, contó en una entrevista para la revista Rolling Stone, en la que ha revelado que el verano pasado organizó una divertida fiesta con temática de boda para celebrar su cumpleaños número 30. “Pensé que ya estaría casada, así que me organicé una boda”, contó con tono de ironía.
La cantante señaló que quería celebrar aquel sueño, pero también quería festejar que ahora era parte de su pasado. El evento se llevó a cabo en una residencia privada de Malibú que adornaron con arreglos florales de rosas rojas y velas. Ella lució un elegante vestido rosa de la firma Versace, hubo baile y asistieron personas que fueron importantes en sus veintes. Entre las invitadas estaban Miley Cyrus -a quien dijo amar-, Gracie (la hermana pequeña de Selena), Francia Raísa -su amiga y donante de riñón-, Camila Cabello, Billie Eilish y Olivia Rodrigo.
La fiesta incluyó un pastel de Barney, el protagonista de la serie infantil en la que Selena inició su carrera. “Tomamos bebidas deliciosas. Fue hermoso y luego entra mi amiga Cara (Delevingne) y trae strippers”, comenta entre risas, “así que me gustaría decir que fue una mezcla de sofisticado e histérico”. A pesar de que sus planes no han sido como alguna vez imaginó mantiene vivo el deseo de convertirse en mamá, aunque ha reconocido que éste no será un proceso sencillo dado a los dos medicamentos que toma para su trastorno de bipolaridad: “Eso es algo muy, muy grande y presente en mi vida (...) sin importar cómo esté destinada a tenerlos, lo haré”.
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Selena Gomez y su fuerte deseo de tener una familia
En una escena de su documental, la intérprete de Lose You to Love Me se quiebra al reconocer que ha pensado en dejar atrás su carrera para enfocarse en construir un hogar: “Creo que mi pasado y mis errores son lo que me conducen a la depresión. Toda mi vida, desde niña, he estado trabajando y lo único que quiero es formar una familia. Sólo quiero ser madre”.
Durante aquellos minutos, Selena recuerda una conversación que tuvo con su amiga Raquelle: “(Le dije) que a veces quiero dejarlo todo para poder ser feliz y normal como todo el mundo. Me respondió: ‘Quiero que sepas que siento que Dios te ha dado una plataforma y no puedes abandonarla’. No quiero ser tan famosa. No quiero todo eso, pero sé que, si estoy aquí, tengo que usarlo para hacer el bien. Me siento atrapada y sólo quiero avanzar”.
Otro de los detalles que muestra el largometraje es a Selena enfocada en recuperar su salud mental, al mismo tiempo que continúa su lucha contra el lupus, una enfermedad autoinmune que le fue detectada en 2015 y por la que tuvo que someterse a un trasplante de riñón hace cinco años. La artista estadounidense ha expresado que no estaba preparada para contar su historia, pero sabía que al hacerlo podría apoyar a otras personas que estén pasando circunstancias similares a las que ella se ha sobrepuesto: “Es como si me estuviera sacrificando por un propósito mayor”.