Kate del Castillo celebra por partida doble: ‘Me siento feliz, plena y muy cómoda… todavía tengo mucho por hacer’

Son muchos sentimiento encontrados. ¡Son 50 años, medio siglo! Es muchísimo y no me había dado cuenta… la edad es un número y la verdad que me siento con mucha energía. Tengo tantas cosas por hacer y que no he hecho. Solo espero que el cuerpo me acompañe porque en todo lo demás estoy increíble.

Creo que es también una etapa para mí importantísima como actriz porque es cuando los personajes más importantes me van a llegar, los personajes más intensos. También, como productora, estoy empezando a hacer otras cosas que antes no hacía, así que los 50 me están sentando muy bien y estoy muy contenta. Me siento feliz, plena y muy cómoda. Tengo mucho por hacer todavía.

Como se puedan celebrar y en grande. Quería pasarlo así, desapercibido, pero no me dejaron (risas). Es una maravillosa edad.

Es una alegría enorme, sobre todo por ser una Reina del Sur ambiciosa, que viene con todo. No hemos tenido una Reina del Sur como esta, y eso que la segunda fue enorme porque nos ganamos el Emmy. Ya no sé ni cómo describirla… he hecho tanta promoción que ya no encuentro palabras para decir lo que es. Está al nivel de cualquier serie americana.

Siempre es un aprendizaje como actriz, como persona. Todas las temporadas son diferentes y tienen un arco y un crecimiento en la historia, entonces se va desarrollando increíblemente bien, sin perder la esencia de Teresa Mendoza; sin embargo, ha ido madurando la historia. Al principio, Teresa era muy inocente, luego fue una chica que se encontró enamorada de un tipo que le hizo cambiar su destino y tuvo que correr para sobrevivir. Después, se vuelve en esta mujer fría y calculadora, que ya no tiene miedo de nada y que para perder ese miedo decide tener a su hija.

En la segunda, si quería tener miedo; pues, vaya que lo tiene, ¿no? Le secuestran a su hija, qué más miedo que eso. Y esta tercera, ya es una maduración en el sentido que ya sabe que su hija está bien, sabe que se puede defender sola. Ahora sale justiciera, eso es lo que me encanta… no sale con ganas de venganza, sino con las ganas de ajusticiar a todo el mundo. Sobre todo, va a pedir justicia por las mujeres.

Llevo 20 años acá en Estados Unidos, vengo de la vieja escuela y cuando llegué no habían las ventajas que ahorita estamos viendo, que tampoco son muchas, porque vamos muy despacio. Los personajes, sin duda, han cambiado; pero, no lo que deberían haber cambiado. Hace 20 años no querían escuchar un acento como el mío, el americano no se abría a escuchar, y ahora es súper cool, a veces me piden que tenga más acento. Siento que los personajes siguen siendo estereotipados. Como actriz latina, sigo viendo que muchos personajes siguen sexualizados. Hay todavía un montón de trabajo que hacer con los americanos y la industria para explicarles y enseñarles quiénes somos y de qué estamos hechos, con las diferencias que siempre hay entre nosotros.

No estoy en contra de que las chicas, si quieren salir semidesnudas, salgan vestidas como quieran. Me encanta que la mujer tenga esa libertad de vestirse como quiera. Lo que pasa es que vivimos en un mundo totalmente machista, comenzando desde la mujer.

Muchas cosas… y siempre he dicho que estamos así porque la gente que está en los puestos claves no cambia la narrativa y por lo general son hombres que están en esos puestos. Ya están cambiando un poco las cosas. Entonces, ahora estoy en un puesto clave porque tengo un micrófono y se me escucha, por eso tengo que ser responsable de lo que sale de mi boca. También como productora, tengo que ser responsable de las cosas que voy a producir. Si yo estoy hablando de algo o pregonando algo, tengo que ser fiel a eso y no traicionar lo que estoy diciendo, ser congruente en la medida que se pueda.

Como productora, quiero hacer de todo… desde cosas banales y divertidas que sean meramente entretenimiento hasta meterme a historias súper profundas, pero venerando siempre mis ideas.

No, yo creo que ya es hora de dejarla ir y tener la capacidad de saber cuando tiene que terminar y decir adiós. De hecho, ya la estiramos… Debió terminarse en la primera.

Es que me refiero a que debe haberse quedado en la primera porque era solo un libro. Tuvimos el honor de que Arturo Perez-Reverte nos hiciera la estructura de la segunda y de la tercera, con esa mente que tiene él que es un loco genial. Honestamente, creo que ya la tenemos que dejar ahí, o sea para mí es la regla de tres, ahí está. Hay que saber decir adiós y despedirnos con todo el dolor que nos dé. A mí me va a doler mucho, pero también me va a dar mucho gusto.

Pues, no lo sé… aún me siento muy joven (risas) para que se haga una porque aún necesito mucho que contar. Tal vez más adelante. Quiero enfocarme en un proyecto que tengo y que no puedo hablar mucho de ello, es sobre una parte de mi vida que nada más yo produciría, obviamente no la actuaría y esa viene en grande. También, me encantaría escribir cosas porque yo escribo y me encantaría contar muchas anécdotas de mi vida.

Tengo muy mala memoria, porque se me olvidan [anécdotas] que son padres, por eso cuento todo para que no se olvide lo que yo pasé y quede registro (risas).

Sí, fue un año de depuración en mi vida (risas) y creo que eso está padre hacerlo de vez en cuando y yo lo tuve que hacer. Cuando estás metido en un problema, no lo ves hasta tiempo después, el tiempo todo lo cura. Como nos enseñan en actuación, tragedia + tiempo = comedia. Ahora tengo la capacidad de poderme burlar de mi situación y también de agradecer tanto a la gente que se fue de mi vida y la gente que se quedó, que son muy pocos. Me sirvió para saber quién es quién y como dicen: ‘Cuando el barco se hunde, salen las ratas’.

Creo que lo que más me disgustó es que creyeran que yo estaba a favor de esta persona o a favor de algo, cuando es exactamente todo lo contrario y sé todo el daño que le ha hecho a mi país en todos los sentidos, en lo más mínimo esa fue la intención. También dijeron que hasta había tenido relaciones sexuales con ese señor, cuando nunca lo había conocido. Yo tomé una decisión y la enfrento, la acepto. Así es y punto. El tiempo pasará y el tiempo pone todas las cosas en su lugar.

No lo sé… me hubiera gustado tal vez algo de psicología o tal vez arquitectura (risas).

Una mujer plena, feliz, completa en todos los sentidos. Nunca pensé que iba a llegar a los 50 sintiéndome como me siento. Los 48 me pegaron, y me pegaron ahora los 50.

No, no… solo que no pensaba que llegaría así de bien como me siento, pensaba que llegaría vieja y entonces es muy increíble saber y pensar en todo lo que aún me falta por hacer.

Me arrepiento de no habérmela pasado mejor (risas). Era muy intensa de joven y estaba muy metida en el trabajo, en todo eso. Creo que faltó divertirme un poquito más, pero fuera de eso, no me arrepiento absolutamente de nada. El arrepentimiento no entra en mi vocabulario porque son experiencias.