Jorge Ramos cerró muy contento la primera temporada de Algo Personal (Univision), el programa de entrevistas que ha dejado ver un lado más íntimo de las celebridades que se han sentado frente a él en el último año. Pero también abrió la puerta a un aspecto más privado de su propia forma de ser, un detalle de su personalidad que ha llamado mucho la atención, en especial porque el reportero mexicano nos tiene acostumbrados a ver un lado más inquisitivo además de que suele ser muy reservado con su vida.
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Convirtiéndose en el entrevistado, el novio de Chiquinquirá Delgado dejó ver un poco más de la persona detrás del reportero, revelando sus sueños sin cumplir y el consejo de una gran amiga que lleva en el corazón.
“Estoy acostumbrado a siempre llegar, cuestionar y enfrentar. Para eso me entrenaron, y es lo que he estado haciendo toda mi vida. No soy buen conversador, es cosa de escuchar”, cuenta en entrevista con María Antonieta Collins para Despierta América. En su charla asegura que lo que busca en sus invitados al programa, “es entender por qué alguien hace lo que hace, canta, escribe o trabaja en lo que hace. Eso me parece fascinante”.
Y aunque el resultado han sido conversaciones llenas de matices con invitados como Eugenio Derbez, Carlos Vives y Javier “Chicharito” Hernández; en realidad no es tan sencillo como parece. “La gente no sabe que soy tímido, que soy introvertido. Entonces tengo que romper esa cáscara para poder conversar”, asegura el originario de la Ciudad de México, de 64 años.
Los sueños que se quedaron en el tintero
Aunque Jorge siguió su instinto hasta convertirse en uno de los reporteros latinos más conocidos a nivel mundial, en su juventud también llegó a soñar con ser un integrante de una banda de rock, y hasta futbolista. “Chicharito es lo que yo siempre quise... Yo quería ser futbolista, ser delantero y meter goles. Y él Chicharito lo logró”, asegura sonriente de ver cómo su compatriota alcanzó un sueño compartido.
Pero fue en su entrevista con Maná en donde pudo cumplir otra de sus metas más rebeldes. “En la adolescencia quería ser rockero. Me parece fascinante la dinámica del rockero que se desgañita y se rebela, se deshace frente al otro. La audiencia reacciona así. El rockero, a final de cuentas es un rebelde”, explica. “Los cuatro integrantes de Maná lograron hacer lo que yo nunca pude hacer. Su generosidad... En uno de sus ensayos me suben al escenario, me ponen la guitarra y me dejan ver como ellos ven”, dijo emocionado por haberse podido parar en el lugar que alguna vez imaginó.
Una amiga, un consejo
La carrera de Jorge Ramos no sería la misma sin el apoyo de la escritora, Isabel Allende, a quien entrevistó en 1995, una charla que les abrió la puerta a una gran amistad que influyó mucho en él y que lo apoyó en el momento más trágico hasta entonces: la muerte de su papá.
“Me dijo una de las frases más importantes que he escuchado en mi vida y que me han ayudado a salir adelante: ‘Las personas que de verdad quieres, nunca mueren porque el cielo está precioso’‘’, algo que empezó a repetir hasta que el duelo se tornó en resignación.
“Después de que pasó el dolor, empecé a descubrir a mi papá en la panza, en el color de la piel, en ciertos gestos. Le encantaba oír música a todo volumen, agarrar las moscas al vuelo... ¡cosas que yo también hago! Empecé a descubrir en mí a mi papá”, dijo feliz de llevar algo más de él que sólo recuerdos en la mente.