Dayanara Torres lo tiene claro, haría lo que fuera por sus hijos. Cristian y Ryan son su razón de seguir adelante y su principal motivo para sonreír. En años recientes los chicos han empezado a figurar más en la vida pública al mismo tiempo que su mamá los ve crecer y descubrir el mundo a su manera. Pero años atrás, la ex Miss Universo, una mujer de tradiciones familiares, sobrepuso la felicidad de los chicos antes que la de ella, y es que asegura haberse quedado en su matrimonio cuando sabía que ya no era lo correcto, tal como lo hicieron sus papás.
En su charla con Giselle Blondet, Dayanara Torres recordó cómo fue su infancia en Toa Alta, Puerto Rico, en donde creció rodeada del amor de su familia aunque en el ámbito social sufrió bullying. “Mis papás fueron los papás perfectos para nosotros. Sí tenían sus problemas, sí pasaron por muchas cosas que pasan en familia. Mi mamá se quedó en la relación por nosotros”, reveló la presentadora de TV.
Aunque ella recuerda una vida feliz al lado de papá y mamá, la relación entre ellos no era tan cordial como pareciera, un detalle que los llevó a separarse cuando Dayanara y sus hermanos ya no eran unos niños. “Cuando yo tenía 21 años, ellos se divorciaron. Pero, por lo menos nos dieron esa unión, esa familia que necesitábamos aunque a veces pensábamos que no es lo correcto estar en una relación si no estás feliz”, recalcó.
Siendo ya mayor de edad y con una carrera y sueños por cumplir, Dayanara no sintió que la separación fuera tan dolorosa como podría haber sido si se hubieran divorciado durante su infancia. “De alguna forma se lo agradezco, se divorciaron y dolió. Creo que al ser mayores, cuando pasa el divorcio no fue tan doloroso como si hubiésemos sido niños”, explicó.
Un patrón que repitió en su propia familia
Reflexionando un poco sobre su propio matrimonio, agregó: “Así pasó en mi vida”. Cabe recordar que en el año 2000, la Miss Universo 1993 se casó con Marc Anthony, a quien creía el amor de su vida y con quien durante sus cuatro años como esposos tuvo dos hijos, Cristian y Ryan.
“Creciendo... en esos tiempos no se hablaba de esas cosas. No había una comunicación tan amplia como la tenemos ahora, así que lo que yo aprendí es lo que yo viví”, comentó sobre cómo se sujetó a aquel matrimonio, el único que ha tenido a lo largo de su vida.
“Entonces sí, de cierta forma decía: ‘yo me casé, esta es la persona que escogí y si salió de esta manera, eso fue lo que escogí. Pero eso fue lo que me enseñaron, que si te casas por amor, pase lo que pase esa fue la persona que elegiste y ahí te tenías que quedar”, agregó, una forma de pensar que cambió con el tiempo.
La también empresaria entendió que quedarse con un hombre por el bien de una familia no es lo correcto ni lo que se deba hacer cuando la felicidad de una o más personas está en juego. “Pero eso fue lo que yo aprendí. Quizás por eso estuve en esa relación que yo sabía que no era la perfecta, ¡y ahora mira!”, continuó, aliviada de haber soltado esa atadura personal y hoy seguir a su propio corazón.