Cio Soler es una mujer latina con un perfil muy especial: esta inteligente peruana afincada en Los Ángeles, ha deslumbrado profesionalmente tanto en el mundo de la moda como en los círculos políticos más exclusivos del mundo. Fue pareja durante años del talentoso Maurice Marciano de Guess, así como del poderoso Tom Barrak, uno de los empresarios de real estate más importantes de los Estados Unidos y mano derecha de Donald Trump mientras fue presidente, un frecuente de las listas de billonarios, con quien Cio llegó a comprometerse.
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Aunque alguna de sus parejas no han estado exentas de polémica, Cio Soler siempre se mantuvo en un discreto segundo plano… Hasta hoy. “Estoy cansada de que alguien más cuente mi historia, quiero hacerlo yo”, nos aseguró al comenzar la entrevista.
Tras atravesar problemas sentimentales, que coincidieron con la muerte de su padre, el pasado 2019 su corazón se rompió y cayó en una profunda depresión que arrastró durante un tiempo. Renovada, empoderada, independiente, después de luchar contra sus demonios, Cio volvió a la vida con más fuerza que nunca para brillar con luz propia. Su último proyecto es Sita 1910, una boutique privada de lujo con colecciones exclusivas que abrirá su primer espacio público en el reconocido ‘The Peninsula Beverly Hills’ hotel el 1 de agosto.
En exclusiva para HOLA! USA, esta mujer creativa, filántropa y amante del buen gusto, abre su corazón como nunca antes para hablarnos de su increíble trayectoria. Un viaje fascinante a una vida apasionante en la que ninguna pregunta quedó sin responder… ¡No te lo puedes perder!
“Entiendo perfectamente que he vivido a través de mis relaciones en una esfera privilegiada, si es que puede llamarse así, que mis experiencias de vida pueden ser equivalentes quizá al 0.01% de lo que vivan otras personas a lo largo de su vida, pero eso es algo que, en vez de amedrentarme, me hace sentir profundamente agradecida.”
Para quien no sepa de ti todavía… ¿Cómo te definirías a ti misma? ¿Quién es Cio Soler?
Soy una mujer muy apasionada y leal, extraordinariamente empática, todo corazón y demasiado sensible.
¿Cómo resumirías la historia de tu infancia y tu familia?
Mi padre era ingeniero y hombre de negocios. Se dedicaba a la importación y exportación de mariscos. Trabajó toda su vida sin descanso, con una concentración y una ética que nunca vi en nadie más. Falleció recientemente, un golpe duro para mí.
Mi mamá fue reina de belleza. Conoció a mi padre cuando tenía 17 años y él 27. Es una persona alegre y todo el mundo la quiere. Como mi abuelita, son mujeres muy femeninas con un estilo personal envidiable. Eran dueñas en Lima, Perú, de un lugar muy chic, Karamanduka, frecuentado por celebridades y políticos.
Mi padre, sin embargo, tuvo una infancia muy dura y ausente de amor. Tenía un carácter difícil y nunca sintió la necesidad de pedir perdón a nadie por nada; era intenso, brillante, pensativo… La vida social no le interesaba. Porque tuvo una infancia difícil, dedicó su vida a asegurarse de que sus hijos tuvieran mejores oportunidades en la vida. Era muy conservador. El mundo de afuera rara vez coincide con lo estricto que siempre fue mi papá en casa, aunque ahora, como adulta, aprecio y admiro el sistema de valores que quiso inculcar en nosotros.
Soy la tercera entre 4 hermanos varones y al ser la única niña, crecer junto a ellos no fue tan fácil. Al contrario que yo, mis hermanos fueron extraordinarios en todo lo que tuviera que ver con lo académico y se graduaron en las mejores universidades de Estados Unidos. Ellos eran el orgullo y la alegría de mi padre.
En cambio, yo siempre tendía al arte, a lo creativo, que en aquellos momentos era lo mismo que nada de provecho a sus ojos, aunque sé que me quería con locura. Aunque fuera delegada de mi clase, los máximos reconocimientos que me llegaban eran tipo Premio a la Mejor Vestida, -recuerda riendo-. Siempre me fascinó la moda.
Me llevó muchos años entender que yo aprendía las cosas de una forma muy diferente a mis hermanos u a otras niñas de mi edad. No fue fácil crecer así, bajo el peso de los títulos que día a día fueron consiguiendo mis hermanos en las mejores universidades del mundo porque yo procesaba el mundo de un modo diferente. En aquella época, no teníamos tanta información y tan accesible como hay ahora.
¿Con qué cosas soñabas de niña?
Con enamorarme y con hacer cosas creativas. Quería encontrar mi lugar en el mundo, sinceramente no sentía que pertenecía en ningún lado. Siempre me sentí diferente. Era muy analítica al pensar. Si estaba de moda la revista Tiger Beat, mi único interés era Vogue; si mis amigas estaban todas enamoradas de Corey Haim, yo moría por Julio Iglesias… -reconoce con simpatía. – Siempre tuve grandes sueños, pero no el apoyo o el entendimiento que necesitaba, ni en la escuela ni en casa. Era otra época.
Has tenido grandes amores en tu vida, hombres públicos, muy inteligentes y poderosos, dos de ellos mucho mayores que tú. ¿Es cierto que el amor no tiene edad?
Definitivamente, la edad es solo un número. Tu alma es la que marca los parámetros. ¡He vivido amores increíbles con hombres hasta treinta años mayores que yo! Lo creas o no, yo siempre he sentido que era la viejita aburrida en mis relaciones de pareja, -dice divertida. Eso no quita que yo pueda comprender cómo la gente pueda juzgarme por ello, pero honestamente no es problema mío el tratar de entenderles y lo digo con todo el respeto. Muchos me han preguntado, ¿qué pasará cuando tu pareja sea un viejito y tú todavía seas joven? Mi respuesta siempre ha sido, ¿y quién te dice a ti que vivirás hasta los cien años? En la vida no hay garantías de nada. Podría estar casada con un hombre de mi edad y que cualquier tragedia se lo llevara de un minuto a otro. Soy firmemente creyente en que uno debe amar lo que ama, sin preocuparse de qué pueda pasar cuarenta años después. Si se ama, hay que amar ahora.
Joven y bella como tú, con hombres mayores y multimillonarios, deben haberte llovido los comentarios fuertes… ¿Cómo encajas las críticas al respecto?
Al principio me sentía muy intimidada y muy juzgada en todo momento. Pero jamás me cuestioné mi verdad ni mi realidad en base a esos juicios externos. Cuando entiendes que esas críticas no nacen precisamente de personas que admiras o quieres, el ruido en tu mente desaparece. Rara la vez que yo haya conocido a alguien que me criticaba que fuera feliz con su vida.
También esa situación puede verse al revés -recapacita-. Borra todo lo material y todo el lujo que me ha rodeado en algunas de mis relaciones y entonces a nadie le importas… Eso te dice mucho del perfil de esas personas que te critican.
Entiendo perfectamente que he vivido a través de mis relaciones en una esfera privilegiada, si es que puede llamarse así, que mis experiencias de vida pueden ser equivalentes quizá al 0.01% de lo que vivan otras personas a lo largo de su vida, pero eso es algo que, en vez de amedrentarme, me hace sentir profundamente agradecida.
“Crecí rodeada de intelectuales y me enamora un hombre inteligente. Nunca soñé con ser famosa o una celebridad, fue algo que nunca me llamó la atención.”
¿Qué crees que es lo que más te atrae de ese perfil de hombres?
Desde el comienzo, yo nunca me sentí cómoda entre la gente de mi edad. Siempre era feliz en la compañía de las personas mayores. Cada vez que intentaba comportarme como mis amigas adolescentes para encajar, nunca lo logré. Odiaba los conciertos multitudinarios, salir de noche o ir a los partidos de football. Siempre fui muy hogareña. Era feliz en los espacios que había paz, tranquilidad, rodeada de gente más madura, nunca me sentí atraída por el fast life. Para mí ir de fiesta era una pesadilla, y tratar de ser cool con la gente de mi edad, ¡nunca funcionó! -recuerda divertida-. Siempre preferí un jugo a una bebida alcohólica. Eso no quiere decir que ahora no aprecie un buen vaso de vino o una copita de champagne… O que saliera por ahí de jovencita, pero nunca fue para mí.
Crecí rodeada de intelectuales y me enamora un hombre inteligente. Nunca soñé con ser famosa o una celebridad, fue algo que nunca me llamó la atención. Estar bajo el radar y behind the scenes siempre fue lo mío, quizá por eso, porque nunca quise un papel protagonista, ser el apoyo de hombres tan especiales en muchas cosas fue donde encajé perfecto. Gracias a la diferencia de edad, hay un mundo apasionante de aprendizaje e información que me fascina, en el que me siento cómoda y por el que tengo un profundo respeto.
Desde luego, soy consciente de que la fuerte figura de mi padre me marcó para siempre, especialmente en mis estándares de excelencia. Aunque gracias a lo empático que es mi corazón, siempre supe que la excelencia no es nada si no eres compasivo y auténtico en el camino. Cuando creces a la sombra de un papá como el mío, con una personalidad tan fuerte que exigía toda la atención allá donde pisara, terminas enamorándote de alguien que se parezca a él.
Personalmente, siempre aprecié la fuerte voluntad de mis parejas, su ética de trabajo casi sobrehumana, su intelecto y su vasta experiencia. Perdí a mi padre en 2019 y nunca tuve la oportunidad de decirle que, repasando su infancia y sabiendo lo que sé ahora de él, finalmente le comprendo y le perdono si nunca supo expresar mejor su cariño. No hay duda que el primer amor de una niña es su padre y si sufrimos con ello, lo más fácil es que después nos haga caer en relaciones que quizá no sean las óptimas para nosotras. Si hay algo en común entre mi padre y mis grandes amores, es que nunca nadie les regaló nada: se construyeron a sí mismos de cero y se convirtieron en hombres poderosos debido a su enorme esfuerzo.
¿Te ha sido fácil hacer buenas amigas en los círculos tan exclusivos en los que has vivido siempre?
Sí y no. Hoy puedo decir que tengo un grupo de amigas maravillosas, ¡pero me llevó mucho tiempo el entender la verdadera definición de qué significaba tener una buena amiga! Tuve que pasarlo mal muchas veces para entenderlo. Los verdaderos amigos son pocos y poco frecuentes, me decía siempre mi padre.
Para aprender a navegar entre los socialites del mundo, no hay que ser astronauta -bromea- y, si te soy sincera, es cero divertido. Intuitivamente, siempre supe quien se quedaría conmigo y quien me abandonaría si rompiera con mis parejas. Yo soy feliz en grupos pequeños donde se dan conversaciones profundas, lo demás de ese mundo no me llama la atención en lo absoluto. Claro que he conocido muchas mujeres cuya alma solo respira a través del estatus de su vida social y de quién sea su marido. Siempre me resultó fácil distinguirlas. Nunca fuimos verdaderamente amigas y, si he dejado de verlas, nunca las extrañé.
Para nada quiero que esto sea tomado como una crítica, al revés, es una observación de cómo muchas personas pueden encontrarse en una habitación operando a un nivel completamente diferente, en una frecuencia espiritual completamente diferente a la tuya, con las que solo te une ese momento en el tiempo.
Piensas que alguien es amigo tuyo hasta que te traiciona por la espalda y me ha dolido muchísimo si esas eran personas a las que parecías importarle especialmente. Te mentiría si te dijera que no me he sentido muchas veces como Julia Roberts en Pretty Woman, -admite con simpatía-. Cuando en las tiendas por ejemplo no saben hasta cuánto acercarse a ti, por miedo si un día ya no eres pareja de, por ejemplo.
Como padecí de endometría, un embarazo no era algo fácil en mi horizonte. Nunca me importó la idea de crear una familia, aunque mi pareja ya hubiera tenido un matrimonio anterior y convivir en paz con todos, hijos y ex, como algunos logran. Pero la realidad es que no es fácil, especialmente si ellos no tienen bien resuelto su pasado. Si tuviera que darle un consejo a las románticas como yo, les diría que antes de entrar en una situación de coparentilidad en las que su pareja tenga hijos, tomen nota de cómo ellos terminaron su relación anterior. Ahí es que sabes en qué te estás metiendo. Yo no supe verlo a tiempo y eso me costó muchos disgustos.
Cuando el escenario coparental de tu pareja no está basado en el amor y en la cooperación entre ambos padres, tú te conviertes en la bolsa de boxeo en la que todos pegan. Especialmente, si el hombre a tu lado no muestra mucha fortaleza. Eso sí me ha tocado vivirlo de cerca y ha sido una de mis experiencias más dolorosas de mi vida. Me encantaría ver que las mujeres se apoyen entre ellas en el espacio de estas blended families. Desafortunadamente, eso no he llegado a vivirlo.
“Sé que mucha gente vive su vida sin llegar a conocer ese sentimiento tan verdadero, profundo y extraordinario de lo que significa estar enamorado… Yo sí.”
Tus grandes amores no solo son personas muy poderosas, también personalidades conflictivas que causaron más de una polémica. ¿Podrías decir que no has tenido suerte en el amor?
Al margen de los hombres de los que me he enamorado y de lo que pueda parecer desde afuera, no siento que haya tenido mala suerte en el amor. El corazón que puse en mis relaciones y la sinceridad con la que lo hice, fue algo muy profundo. Nunca me cuestioné mi amor por ellos, ni la dedicación que les entregué, así que cuando la relación terminó, me alejé de ellos con gratitud.
Sé que mucha gente vive su vida sin llegar a conocer ese sentimiento tan verdadero, profundo y extraordinario de lo que significa estar enamorado… Yo sí. ¿Qué mi vida ha sido hasta ahora un poco diferente a lo convencional o a lo considerado como estándar en la sociedad? Sí, eso puedo verlo. Pero no me puedo arrepentir de las cosas que no conocía hasta vivirlas y que ahora las tomo como grandes lecciones. Algunas han sido más dolorosas de lo que nunca habría imaginado, es verdad. Sin embargo, todas ellas me han convertido en la mujer fuerte que soy hoy.
El peso de algunas de estas relaciones casi termina con tu vida al caer en una depresión hace dos años, de la que fue un milagro que salieras viva.
Traumas sin resolver… Todos somos producto de lo que vivimos en nuestro pasado. Todos arrastramos algún dolor, especialmente de nuestra infancia. Y lo más humano es buscar cómo anestesiar la realidad que llevamos dentro. En mi caso, yo me dediqué en cuerpo y alma a mi trabajo y a mis parejas… Eso me distrajo de no confrontar la raíz de mi niña interna herida.
Hoy, después de unos años de lidiar con una depresión, he aprendido a salir del naufragio de mis amores pasados y la muerte de mi padre. Ahora puedo verlo todo con una nueva perspectiva en la que me quiero mucho más, en la que me respeto y me valoro.
“Les diría que tu media naranja no existe. Tienes que ser una naranja entera antes de coexistir con tu pareja. Nunca pongas tus sueños en pausa por los de alguien más.”
¿Cuál fue tu punto más bajo y que te empujó a renacer?
Aunque sentí muchos altibajos, definitivamente mi punto más bajo y doloroso fue en 2019. Me encontré en una situación muy humillante y me debatía entre el enojo y el más absoluto hastío. Me sentí incomprendida, silenciada, no escuchada, volvía a enfrentar los sentimientos de mi infancia, pero como una mujer hecha y derecha. Fue el precio que tuve que pagar por no perseguir mis sueños y entrar a ser parte de los de alguien más. El reconocer que la culpa de mis co-dependencias era solo mía, fue el momento más doloroso de mi vida. Es lo que sucede cuando no te amas a ti mismo y antepones las necesidades de los demás antes que las tuyas propias.
¿Qué fue lo que más te costó aceptar en este proceso?
Lo más duro para mí fue aceptar no haber visto las red flags, como se dice en inglés, las señales de alerta que fui incapaz de reconocer al comenzar mis relaciones por mi absoluta falta de autoestima. Todavía una parte de mí estaba atrapada en creer en la fantasía de la imagen perfecta, de lo que una relación o el amor significaban, confiando en que lograr eso algún día me haría sentir “completa”. Ahora, solo de acordarme que pensaba así, se me ponen los pelos de punta… Otra cosa que me costó aceptar es que el amor es un verbo activo y el verdadero amor no tiene que doler como si estuvieras en el infierno.
¿Qué les recomendarías a las mujeres con facilidad a entrar en relaciones tóxicas?
Les diría que tu media naranja no existe. Tienes que ser una naranja entera antes de coexistir con tu pareja. Nunca pongas tus sueños en pausa por los de alguien más. Ámate a ti misma primero. No hay terapista, amiga, o tratamiento u hombre que pueda solucionar esa parte rota de tu alma que te hace sentirte atraída por ese tipo de personalidad en primer lugar. Tomar responsabilidad por las acciones y decisiones de uno, es el primer paso y el más eficiente hacia la sanación.
Tus parejas tenían un mundo entero de opciones para enamorarse… ¿Qué vieron en ti para quedarse a tu lado tantos años?
Soy peruana: como tantas mujeres latinas, tengo el corazón lleno de amor, soy apasionada y soy afectuosa, además de bastante sensible. Y es cierto que tenían muchas opciones, pero no creo que tantas genuinas. Tendrías que preguntarles a ellos… Pero como me lo preguntas a mí, diría que el nivel de ternura y afecto que soy capaz de entregar cuando estoy en una relación.
Y tú, ¿qué fue aquello que te enamoró de ellos?
Su brillantez, la confianza en sí mismos, personajes con mucho mundo, líderes… Y su determinación por querer estar a mi lado.
Perder esa pasión, esa frescura de salir con hombres de tu edad, ¿merece la pena?
No hay nada “fresco” en salir con hombres de tu edad porque esté más aceptado en la sociedad si eso no va con tu corazón. En mi experiencia, la dinámica y el intercambio que viví a su lado era exactamente lo que mi corazón anhelaba. Y por supuesto, nunca estuve en una relación en la que no estuviera enamorada al cien por ciento.
Te has movido en unos círculos muy exclusivos, los más poderosos del mundo. ¿Qué lecciones has aprendido de ese mundo en estos años?
Lo que eso me ha brindado es una enorme perspectiva de la vida y el mundo; mi habilidad para conocer a las personas a través de la experiencia y no a través de los chismes. Conocer realidades que la mayoría de la gente no puede ver y guiarme por la intuición a través de la energía de la gente.
Me he sentado junto a grandes líderes, he viajado alrededor del mundo, he conocido el lujo sin límites, tengo miles de historias fascinantes… Pero la realidad es que al final del día, entiendes que todos somos lo mismo: seres humanos vulnerables. Personajes extraordinarios, gente inmensamente rica o mundialmente famosa… Aunque en un nivel diferente, todos sufren exactamente las mismas cosas del día a día que todos sufrimos.
De los amigos que hiciste entonces… ¿Qué pasó con ellos cuando tus relaciones terminaron?
Tus círculos cambian. Algunas amigas desaparecen y vuelven a aparecer después. Esas, me queda claro que no son mis amigas. Mis verdaderas amigas han sido auténticas anclas en las tormentas. Las amistades que nacen de la noche a la mañana son delicadas… Mi experiencia me ha enseñado a discernir.
A raíz de tu última relación, podrían verte como a una “Melania” latina. ¿Te gusta esa comparación o te molestaría?
No es un título con el que sueñe, pero tampoco me importaría. Tener la rara oportunidad y la plataforma para crear cambios en la sociedad, tener una voz y ayudar a otros sería un privilegio para mí. Un reto, sin duda. De cualquier forma, todos podemos ser una buena influencia para el mundo, no por lo que decimos, sino por cómo lideramos nuestras propias vidas.
Al día de hoy, ¿cómo te sientes emocionalmente?
Al margen de las extraordinarias pruebas que he atravesado los últimos años, hoy me siento en paz. Siento una calma y una gratitud por la vida que se me hacen maravillosas después de atravesar días donde no podía salir de la cama. Ahora me siento fuerte tras las tormentas, rodeada de amor y emocionada al pensar que tengo una vida por delante.
“Durante los últimos quince años de mi vida, he estado dedicada fundamentalmente a la filantropía. No puedo estar más orgullosa de tantos programas de ayuda como he logrado hacer florecer. Las causas en las que me he visto más envuelta, ha sido en el apoyo a mujeres y niños víctimas de la violencia doméstica, entre otras.”
¿Cómo sería el hombre de tus sueños?
No sueño con ningún hombre. Me siento tan bien y con tanta paz ahora… Si es que hubiera alguien ahí afuera para mí, estaría lleno de integridad, excelencia y humildad. Creo en el amor y en las relaciones de por vida. Si eso está escrito en las estrellas para mí o no, solo Dios lo sabe. Ahora sé que yo soy la fuente de amor más grande para mí misma.
Tu vida profesional ha estado siempre ligada a la moda.
Siempre fue mi pasión. Como muy pronto tuve claro que los estudios académicos no eran para mí, a los 17 años comencé un internship con Quiksilver. Después, como hizo Audrey Hepburn en Sabrina, hice las maletas y me mudé a París. Aunque seguí estudiando, entendí perfectamente que no había universidad como la vida. Aprendí a hablar francés. Sabía que quería estar en ese mundo de la moda, pero todos los huesos del cuerpo me gritaban “no”. Vi muchísimo talento, pero por lo general eran personas muy infelices. Su vibra pesada apagaba todas mis ilusiones. Es cierto que “El Diablo Viste de Prada” y yo era demasiado sensible. Aunque me gustaba, lo que más quería en el mundo era construir mi propio hogar, una estructura familiar.
Terminé pintando mis diseños en miniatura y lanzando una firma de tarjetas a mano dibujadas por mí, que la gente podía comprar en las mejores boutiques de Estados Unidos. Vendía tantas que no daba a basto, así que decidí crear mi firma Jolie Vie. Después, con el mundo digital, todo cambió. Pero cuando la Semana de la Moda Mercedes-Benz me pidió que diseñara su invitación en L.A., esa fue mi entrada al mundo del branding y el marketing. Tuve una agencia durante más de 10 años que proveía de esos servicios a marcas de lujo y moda, SixSevenStudio.
Guess me contrató como consultora para aportar una perspectiva más fresca a una marca icónica. Me convertí en la directora creativa en Marciano, fue apasionante poderme involucrar de lleno en el proceso y por supuesto, me enamoré de mi jefe, Mauricio. Entonces ya lo sentía como un family business. Mi ética nunca cambió al estar con él, al contrario, trabajé muchísimo más duro. Mauricio y yo trabajábamos sin descanso desde las 7 am. Si algo puedo agradecerle, es que fue un mentor maravilloso, aprendí muchísimo de él.
Durante los últimos quince años de mi vida, he estado dedicada fundamentalmente a la filantropía. No puedo estar más orgullosa de tantos programas de ayuda como he logrado hacer florecer. Las causas en las que me he visto más envuelta, ha sido en el apoyo a mujeres y niños víctimas de la violencia doméstica, entre otras.
oltera después de casi dos décadas de relaciones… ¿Qué te gustaría lograr ahora profesionalmente?
Ver florecer los proyectos que he ido cultivando a través de los años: mi libro infantil, mi pasión por los bienes inmuebles y mi amor inconmensurable por el mundo de la moda, al que veo como una pura manifestación artística. Sita 1910, mi concepto de high-end-showroom-tienda exclusiva, es donde soy ahora más feliz y una labor de amor: estoy empoderando diseñadores fabulosos que conocí alrededor del mundo para ayudarles a crecer y que continúen teniendo los medios para seguir haciéndolo. Sita 1910 es un pop up de mi corazón, donde vuelco todo lo que aprendí en la vida hasta ahora. Un espacio donde quiero provocar un cambio en cómo la industria trata a los pequeños diseñadores, grandes artistas, en el mundo de la moda de hoy.
¿Cuáles son tus prioridades de cara al futuro?
La filantropía se ha convertido en mi forma de vida y en mi bienestar. Paz en la mente y seguir trabajando en mi propósito de vida… Esas son mis dos prioridades.