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Jennifer Lopez, o mejor dicho, Jennifer Affleck, se dejó ver por primera vez en público desde su boda secreta con Ben Affleck . ‘La Diva del Bronx’ reapareció el lunes 18 de julio en un estudio de baile en Los Ángeles y llamó la atención al mostrar su nueva argolla matrimonial, la cual está acompañada por el espectacular anillo de compromiso que el actor le entregó en abril pasado. Con un atuendo deportivo, un par de tenis y unas gafas oscuras, JLo llamó la atención por las joyas que llevaba en la mano izquierda, específicamente el dedo anular, donde tradicionalmente las mujeres casadas llevan sus anillos de bodas.
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Para sorpresa de muchos de sus seguidores, la intérprete de Dance again cambió su nombre legal y tomó el apellido de Ben Affleck, demostrando el gran amor que siente por él. Ahora, es conocida como la señora Jennifer Lynn Affleck, dejando de lado el Lopez, que siempre la ha caracterizado. Eso sí, su nombre artístico continúa como Jennifer Lopez, pero de ahora en adelante en los documentos oficiales, aparecerá con el apellido de su marido.
Fue el pasado fin de semana cuando JLo sorprendió al mundo con la noticia de su boda. De acuerdo a reportes de TMZ, ‘Bennifer’ habría solicitado su licencia de matrimonio el sábado 16 de julio en Clark County, Nevada, bajo sus nombres reales: Benjamin Geza Affleck y Jennifer Lynn Lopez.
En un comunicado para sus fans, la intérprete dio varios detalles sobre su gran día, el cual fue de lo más sencillo e íntimo, lejos de la pompa y el lujo que suelen caracterizar las bodas de las celebridades. Muy al estilo de Kourtney Kardashian y Travis Barker, Jennifer y Ben se casaron en la Little White Chapel, en ‘La Ciudad del Pecado’.
“¡LO HICIMOS! ♥️ El amor es hermoso. El amor es afectuoso. Y resulta que el amor es paciente. 20 años paciente”, indicó la cantante. “Anoche volamos a Las Vegas, hicimos fila para obtener una licencia con otras cuatro parejas, todos haciendo el mismo viaje a la capital mundial de las bodas”, relató. “Llegamos a la pequeña capilla blanca para bodas apenas a la medianoche. Tuvieron la amabilidad de permanecer abiertos hasta tarde, permitiéndonos tomar fotos en un Cadillac descapotable rosa, evidentemente usado una vez por el propio rey (y si queríamos que apareciera Elvis en la foto, tendría un costo extra además de que ya se había ido a dormir)”.
Sin cientos de invitados, ni cámaras por todos lados, JLo aseguró que su boda en la Little White Chapel fue el mejor homenaje a su amor, que perduró por 18 años y ahora tiene su ‘broche de oro’. “Al final fue la mejor boda posible que podíamos haber imaginado, con la que soñamos hace mucho tiempo y ahora la hicimos realidad”.