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Ghislaine Maxwell, mano derecha de Jeffrey Epstein, ha sido condenada a 20 años de prisión por proporcionar menores al polémico financiero, quien se quitó la vida en la cárcel a los 66 años mientras esperaba su jucio por tráfico sexual. Maxwell, de 60 años, fue condenada en diciembre pasado por reclutar y traficar a cuatro adolescentes para que Epstein, su entonces novio, abusara sexualmente de ellas. La socialité británica también deberá pagar una multa de US$750 mil dólares.
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Los crímenes de Ghislaine Maxwell ocurrieron durante una década, entre 1994 y 2004. A las mujeres abusadas, Maxwell dijo lamentar el dolor que han experimentado, y confió en que su reclusión de por vida les ayude a cerrar el capítulo del horror y emprender una nueva etapa.
Al pronunciar la sentencia, la jueza Alison J. Nathan señaló que la conducta de Maxwell fue “atroz y depredadora”. “Maxwell trabajó con Epstein para seleccionar víctimas jóvenes que eran vulnerables y [ella] desempeñó un papel fundamental en la facilitación del abuso sexual”, acotó.
“Mi asociación con Epstein me dejará una mancha permanente”, reflexionó. Del mismo modo, agregó que espera que su sentencia les permita a las víctimas “paz y cierre”.
Una ‘madame’ de la alta sociedad
Nacida en 1961 en las afueras de París, Maxwell fue educada en la Universidad de Oxford y habla varios idiomas. Medios internacionales señalan que desde joven fue una persona con numerosos contactos en la clase alta y que fue ella quien le presentó a Epstein a muchos de sus amigos ricos y poderosos, entre ellos, el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton y el príncipe Andrés, duque de York.
Maxwell es la hija menor del magnate de los medios británicos Robert Maxwell, con quien se dice que tuvo una relación muy cercana. De hecho, el multimillonario la puso a cargo de su club de fútbol, el Oxford United, y nombró a su yate Lady Ghislaine en su honor. Fue en esa embarcación donde el cuerpo del empresario de origen checo apareció muerto frente a las islas Canarias, España, en noviembre de 1991.
Robert Maxwell había logrado construir un imperio editorial mundial. Pero, después de su muerte, se supo que había tomado dinero de los fondos de pensiones de sus Mirror Group Newspapers para mantener a flote sus empresas y aumentar el precio de las acciones.
Tras la muerte de su padre, Maxwell abandonó Reino Unido para establecerse en Estados Unidos, donde trabajó en el sector inmobiliario.