Jencarlos Canela preocupó a sus seguidores dos meses atrás, cuando de un momento a otro su perfil en Instagram ya no mostraba las fotos de su vida ni los ratos felices en pareja, o los triunfos de su carrera como actor y cantante. En su lugar, había una sola imagen con texto en la que explicaba que necesitaba tiempo para él mismo, “para conectarse de verdad con lo que realmente importa en la vida”. En ese entonces no dio más explicaciones, pero esta semana abrió su corazón en entrevista con Primer Impacto, en donde reveló que estuvo a punto de tocar fondo por problemas de ansiedad y un desorden alimenticio.
“No lo hice con el propósito de despedirme, lo hice porque necesitaba un receso y un tiempo para mí y reevaluar muchas cosas. No he parado, desde que tengo uso de razón estoy en esta industria dándole”, reconoció Jencarlos en su charla con Tony Dandrades desde su hogar en Florida.
“A veces la ambición te ciega, te concentras en esa meta al final y se te olvida disfrutar el camino. Yo me desenamoré de la música, del proceso creativo. Me desenamoré del arte por un tiempo porque me sentía completamente perdió y me asusté muchísimo”, reveló sobre la nota que dejó en sus redes sociales, en donde empezó a compartir fotos de momentos que, aunque parecieran de lo más felices, no reflejaban cómo se sentía en realidad.
El intérprete de Irreparable sorprendió al revelar que en realidad hubo lapsos que pasaba sin salir de su habitación por días. “Era porque estaba tratando de proteger una versión de mí que los demás tenían”, dijo. Su situación empezó a ser preocupante para quienes estaban cerca de él, al grado de pensar que podría atentar contra su propia vida.
El también actor niega que ese tipo de pensamientos pasaran por su mente, pero sabía que algo no estaba del todo bien: “He lidiado con ansiedad severa desde joven y fue empeorando. Siento que fue esa ansiedad la que causó hábitos de autosabotaje. Mi relación tóxica con la comida. Mi dependencia de encontrarme en relaciones o situaciones tóxicas”, explicó junto a la piscina de su hogar.
Aunque su carrera va por buen camino, había algo que ya no cuadraba con la felicidad: “Asociaba mi valor humano con el éxito que tenía laboralmente y no sabía quién era yo fuera de eso. Y eso creó una serie de inseguridades y patrones que a eso me refería cuando hablaba de vicios dañinos”. Esos vicios no fueron exactamente de sustancias ilegales, sino de un comportamiento adictivo al trabajo, agregó.
Un nuevo camino y el apoyo familiar
Hoy Jencarlos confirma que la industria del entretenimiento no fue lo que le hizo daño ni el peso del éxito: “El que más daño me ha hecho he sido yo mismo. Esa es la realidad”, confirmó. Y en medio de este proceso personal, se tuvo que enfrentar a una irreparable pérdida, la de uno de sus hermanos, un gran dolor en su vida, pues es en la familia en donde se apoya. “Una de las cosas que me ha mantenido por una línea recta, aunque he tenido mis desvíos, pero que me lleva por un buen camino, es esa familia que tengo, muy unida.
Luego de darse cuenta de lo que sucedía en su propia mente, el padre de Nickolas Canela y Oriana Lander, hijos de Gaby Espino, buscó ayuda profesional y desde hace dos meses toma terapia. A sabiendas de que muchos de sus seguidores podrían estar pasando por una situación similar de problemas de salud mental, envió un cálido mensaje para ellos: “Trátense con compasión. Es algo que a mí me tomó tiempo aprender”.