En abril pasado se cumplieron 17 años de la sensible muerte de Mariana Levy quien, al momento de fallecer dejó tres hijos pequeños: María, de 9 años; Paula, de 3 y José Emilio quien, en ese entonces, tenía sólo 9 meses de edad. En ese momento, la vida de los tres niños cambió de manera drástica, siento María, la mayor, quien no sólo se enfrentó a la pérdida de su mamá, sino también a la separación de sus hermanitos quienes se fueron a vivir con su papá, José María Fernández El Pirru, mientras ella fue adoptada legalmente por su abuela, Talina Fernández, quien la cuidó como una hija más. Por primera ocasión, la primogénita de la actriz, abrió su corazón a través de una sincera charla en Instagram donde habló de cómo afectó en su vida enfrentarse tan joven a un golpe tan duro como la muerte de su mamá y cómo ha encontrado en su profesión una manera de sanar.
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Como nunca, la joven compartió con sus seguidores su testimonio de vida: “Soy María podríamos decir que soy artista visual y fotógrafa, pero para mí es muy importante no identificarme con eso, más bien definirme como un ser humano que busca sanar, busca crecer, su objetivo principal en esta vida es encontrar mucho amor y mucha paz y que los medios que estoy utilizando ahorita son la expresión y el arte”, dijo al comenzar esta dinámica que hizo para la cuenta de la también artista visual Alice May, como parte de su colaboración en Wild Women Retreat, en el que participará en agosto próximo. Más transparente que nunca, la hija de María Levy tomó las redes sociales de su colega para abrir su corazón y contar cómo ha podido sanar a través de la creatividad.
Tras su presentación, María habló del suceso que cambió su vida por completo, la muerte de su mamá: “La foto siempre ha sido súper importante para mí, porque como a los nueve años que me vi sujeta a enfrentar muchas situaciones de adversidad de la vida, decidí que me iba a entrenar a encontrar la alegría y la belleza de esta vida, para poder agarrarme de algo, porque si no iba a ser demasiado”, admitió. En otra de sus historias, reconoció que, debido a su edad, no tuvo las herramientas para canalizar lo que estaba sintiendo: “Considero que tuve una infancia un poco dura, eso es completamente relativo, pero bueno, es lo que yo considero y lo que me pasó es que yo sentía tanto dolor que decidí dejar de sentir, porque era demasiado duro, yo tenía miedo de morirme de dolor”, dijo.
A partir de entonces, María comenzó a interiorizar lo que estaba sintiendo y eligió no prestar atención hasta que, en la adolescencia, su dolor comenzó a salir a través de conductas que la dañaban: “Decidí tragármelo, nunca sacarlo y a través de los años y con mi crecimiento empezó a salir de maneras muy tóxicas, como, por ejemplo, trastornos de la conducta alimentaria, problemas con el alcohol, drogas, relaciones tóxicas y demás, porque estaba súper enojada y sentía mucho dolor, pero como no lo estaba externando lo estaba sacando conmigo”, explicó la actriz joven quien compartió varias fotos de sus momentos más complicados: “Me la vivía ahogada, en crisis y acabé varias veces en el hospital”, escribió sobre un collage de fotos de aquella época.
Su proceso de sanación
Tras enfrentar varias crisis, un buen día, María decidió hacer un cambio en su vida y de alguna manera su pasión por la fotografía fue la que la ayudó a sanar: “Luego me pasó -esto es un poco de cómo me reivindiqué- que el sufrimiento nada más no se iba, estas conductas continuaban, yo seguía en un hoyo muy oscuro, dañino y doloroso, entonces me di cuenta que estaba completamente identificada con mi dolor y que yo no me reconocía si no era a través de una persona con sufrimiento y yo creo que el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es completamente opcional. Así que un día decidí dejar de sufrir y empezar a hacer cosas que me hacían feliz y una de las decisiones más importantes que tomé en este proceso fue dedicarme a hacer lo que me hacía sentido, lo que me hacía feliz y lo que me acercaba más a mí, por eso empecé a hacer foto y fue muy interesante ver cómo me comencé a ver reflejada a través de mi trabajo, a conocerme y a entender ciertos patrones, eso me llevó a conocerme mucho más”, comentó la fotógrafa quien admitió que estaba muy nerviosa al exponer su historia de esta manera, pero confió que su testimonio ayude a personas que, como ella, están buscando sanar.