Desde que Kourtney Kardashian abrió las puertas de su corazón a Travis Barker todo marcha viento en popa para la empresaria, quien hace unos días derrochó glamour en la alfombra roja de la Met Gala con un audaz look del diseñador Thom Browne que iba a juego con el de su novio. Fue en octubre del año pasado que el baterista y la mayor del clan Kardashian decidieron dar el siguiente paso en su relación y se comprometieron rodeados de rosas rojas frente al mar de Montecito, California, una velada que concluyó con una cena familiar en la que Kourtney presumió su sortija de diamantes. Aunque una atmósfera de amor rodeaba a la feliz pareja, los planes de su futura boda tomaron un sabor agridulce ante la sorpresiva respuesta de los hijos de la socialité.
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A la cena de compromiso asistieron Khloé, Kendall, Kylie, Kim y la matriarca del clan, Kris Jenner, así como los hijos de Barker -Landon, de 18 años, y Alabama, de 16- y algunos de los amigos más cercanos de los novios. Los grandes ausentes fueron los tres pequeños que Kourtney procreó con su ex pareja, Scott Disick: Mason, de 11 años, Penélope, de nueve, y Reign, de seis, que se enteraron de la noticia por medio de una videollamada.
Kourtney estaba ilusionada por compartir su felicidad con sus herederos, tal como ella confesó en el cuarto episodio de su nuevo reality, The Kardashians. “Me siento como si estuviera viviendo en un cuento de hadas. No podría haber soñado con algo más perfecto”, aseguró. Sin embargo, sus hijos recibieron como un balde de agua fría el anuncio del compromiso, sobre todo Penélope, quien al escuchar la buena nueva comenzó a llorar y le exigió a la empresaria colgar de inmediato el teléfono. “Penélope lo tomó mal, creo que es un gran cambio para ella. Y aunque ama a Travis, creo que no sabe lo que eso significa”, comentó.
Muy diferente fue la respuesta de Reign, que acogió la primicia con una dosis de desinterés y describió el suceso como algo “no emocionante”. La unión matrimonial de Kourtney con el integrante de Blink-182 tampoco parece haberle sentado bien al mayor, Mason, que ni siquiera tomó la llamada de su mamá, por lo que su reacción aún es un misterio.
Kris Jenner fue la encargada de organizar los detalles de la fiesta, por lo que en sus manos estaba también gestionar el traslado de Mason, Penélope y Reign de Calabasas a Montecito. Finalmente Kris no concretó el viaje, ya que consideró que era lo mejor dada la naturaleza de la celebración: “Tener que mentirle a Scott y traerlos aquí con falsos pretextos habría sido muy difícil para todos nosotros”.
La fundadora de la plataforma Poosh reconoció que le hubiera encantado que sus hijos la acompañaran en este episodio de su vida. “Creo que los habría hecho sentir más incluidos en la decisión y parte de la sorpresa”, y agregó que la decisión de su madre “probablemente no fue la mejor que ha tomado”.
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La personalidad de televisión fue otro de los que no se quedó callado ante el inminente enlace de la madre de sus hijos y Barker. Scott aseguró estar feliz por su ex, a quien “siempre amará”. Admitió sentirse “aliviado” de que alguien cuide de Kourtney. “No pude hacer el trabajo de estar con ella, así que felicito a Travis, tiene mucho trabajo… Kourtney no es una persona fácil”, compartió.
Al igual que Kourtney, consideró un error que sus hijos no fueran invitados a la pedida de mano: “No entendían por qué ellos estaban viendo Tiktoks de sus hijos (de Travis) allí y ellos no estaban”, le comentó a Khloé Kardashian y después bromeó diciendo: “Ojalá los inviten a la boda”.