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Michelle Galván tiene una historia de retos y sueños hechos realidad que siguen materializándose. Desde hace cinco años que está al frente de Primer Impacto junto a Pamela Silva, hemos visto lo mucho que ha cambiado su vida para bien, cumpliendo metas personales y profesionales. La mexicana es de las más recientes invitadas al podcast de Jomari Goyso, Sin Rodeo, en donde confesó que desde pequeña soñaba con el trabajo que tiene hoy frente a las cámaras de Univision.
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Jomari abrió su entrevista preguntando su de niña veía el noticiero y si se imaginaba ahí. “¡Por supuesto! A mi casa llegaba Primer Impacto por antena parabólica. Muchos de ustedes se acordarán de esos monstruos que acaparaban todo nuestro techo... Llegaba a casa la señal con María Celeste Arrarás y Myrka Dellanos”, recodó sobre los días de su infancia.
Michelle agregó que no tuvo la oportunidad de crecer en la naturaleza, por lo que la niñera de su infancia fue la televisión. “Un día me tocó ver el programa con mi mamá, veíamos el horóscopo de Walter Mercado y en mi casa se paralizaba todo para escuchar Sagitario, porque mi mamá y yo somos de ese signo”, contó.
Ese día, cuando Mirka apareció en pantalla, Michelle le dijo su gran sueño a su mamá: “Algún día yo voy a estar en esa silla, ¿verdad?”, dijo recordando que en ese entonces tenía sólo nueve años. “Mi mamá agarró mi manita y me la puso en el televisor y me dijo: ‘Exactamente, y en esa silla’. Hoy tengo la fortuna de estar sentada en una de las sillas más codiciadas de Univision”.
Aquella promesa entre ambas se cumplió hace cinco años, luego de que Michelle estuviera como presentadora en el noticiero de la cadena en Texas. En 2017, había un espacio en el programa tras la salida de Bárbara Bermudo, a quien Michelle había cubierto en algunas ocasiones por vacaciones. “Me llaman un 6 de enero, Día de Reyes… ‘Te vienes a cubrir el puesto que ha quedado vacante’”, dijo de cómo llegó el trabajo de sus sueños a su vida. Hoy, junto a Pamela Silva, lleva las riendas del programa.
La recompensa de un esfuerzo que empezó desde pequeña
Michelle no sólo recordó aquella promesa entre madre e hija, sino también aprendió que los sueños se hacen realidad a base de esfuerzo, disciplina y trabajo. “Ha sido mucho esfuerzo. Mi mamá programó mi mente para concretar mis metas a costa de mucho sacrificio. La gente ve la puna del iceberg, no ve los sacrificios”, aseguró.
La mamá de Baby Meghan reveló que por tener que trabajar por necesidad en casa, se saltó muchas etapas de su juventud. “Es muy fácil soñar. Lo que cuesta es cumplir esa meta”, confirmó. Michelle no tuvo una vida privilegiada, al ser la mayor de cuatro hermanos y tras el divorcio de sus padres, con sólo 16 años, ya tenía tres trabajos.
“No estudié en escuelas de renombre. Modelé porque los premios eran becas de (cursos) de inglés que mis papás no podían costear y sabía que eso me iba a ayudar”, explicó. Y agregó que lo que más le ayudó fue saber exactamente qué es lo que quería en la vida para trabajar por esa meta. Una experiencia de vida que espera que las generaciones actuales conozcan para lograr cumplir sus sueños en el futuro.