Con una experiencia de más de 35 años en los medios, Jorge Ramos ha reportado todo tipo de circunstancias, como guerras, desastres naturales, ataques terroritas, revueltas sociales y más. A pesar de tener años de experiencia en los escenarios más complicados, el comunicador reconoce que jamás será una tarea fácil decirle a los suyos que tiene que ir al epicentro de dichos eventos.
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Días después de que estallara la guerra entre Ucrania y Rusia, el periodista de origen mexicano fue enviado por Univision para hacer la cobuertura noticiosa. En entrevista con HOLA! USA , Jorge Ramos detalló como fue que se tomó la decisión de enviarlo a la guerra, además del apoyo de su pareja incondicional Chiquinquirá Delgado, y de cómo contó a sus hijos que iría a reportar uno de los enfrentamientos más crueles de los últimos años.
¿Cuál dirías que es la clave para encontrar un balance entre tu vida profesional y laboral?
Ojalá hubiera encontrado un balance, pero no lo he encontrado. Todos los que me acompañan aquí, mis compañeros periodistas, los que trabajan en medios de comunicación, la principal queja de todos nosotros es que no tenemos un balance.
Creo que le hemos dedicado demasiado tiempo al trabajo y a los viajes y todos tenemos quejas de cumpleaños a los que nos llegamos, aniversarios a los que no llegamos, noches en las que no estás, viajes que te obligan a cancelar eventos personales. Creo que uno de los principales problemas es esa falta de balance. Te mentiría si te dijera que he encontrado el balance, al contrario, porque además de el Noticiero y Al Punto, estoy haciendo estas entrevistas así que estoy más desbalanceado que nunca. Pero afortunadamente, trabajando muchísimo, pero ese balance de vida personal con vida profesional, aquí no lo encuentro.
¿Cómo fue el apoyo de Chiquinquirá Delgado en el momento en el que te enviaron a Ucrania para reportar la guerra?
Lo que le pasó a ‘Chiqui’, es que yo tenía un viaje a Washington, entonces preparé mi maleta para ir a Washington al discurso del Estado de la Unión de Biden y en el camino a Washington, tomamos la decisión de que ‘no tengo que ir a Washington, sino que tengo que ir a Ucrania’, entonces no me pude despedir de ella y no solo no me pude despedir, sino que le llamé y le digo, ‘ya no voy a ir Washington, voy a Ucrania’.
Necesitas apoyo y comprensión de tu pareja, no solo para que se encargue de las cosas de la casa, sino para que con mi familia, pueda explicarle a mis hijos y a sus hijas, que es lo qué estamos haciendo. Ella entiende mejor que nadie mi profesión, pero a todos nos da miedo. Yo estaba aterrado al igual que muchos, entrar a un país en guerra... Esta es la sexta guerra que me toca, pero cada guerra temes que algo pueda ocurrir y afortunadamente, no estuvimos en combate, pero yo tenía la tranquilidad de saber de que ‘Chiqui’ estaba a cargo y de que ella entendía perfectamente por que lo estaba haciendo.
Yo tenía la tranquilidad de saber de que ‘Chiqui’ estaba a cargo”.
¿Cómo fue decirle a tus hijos, Paola y Nicolás, que ibas a la guerra?
Es buena pregunta, por que eso es lo más difícil, tenía que llamar a Paola y a Nicolás, decirles ‘no voy a Washington, me tengo que ir a Ucrania’ y ¿cómo les dices que vas a la guerra, pero que no se preocupen? Entonces, la gran maravilla es que todavía en Leópolis, donde yo estuve dentro de Ucrania, todavía había un sistema más o menos bueno de servicio celular y yo les estaba informando todo el tiempo. El nerviosismo del inicio después al segundo o tercer día se iba aligerando un poquito, pero eso es lo más difícil, que les digas a tus hijos que vas a la guerra y que no se preocupen, porque es algo totalmente contradictorio.
Carlota, la hija menor de ‘Chiqui’ estaba sumamente preocupada por la situación de las mascotas en Ucrania, ¿cómo le explicas a una niña tan pequeña la maldad del mundo?
Yo creo que a esa edad, Carlota va a cumplir 12 años, lo que tratas de hacer es protegerlos. Yo a propósito y en la casa, tratamos de no exponerla a tanto a ciertas noticias porque es demasiado. Tú y yo hemos visto las imágenes de las masacres en Ucrania y (nosotros) hemos hecho un gran esfuerzo para que en redes sociales y en televisión ella no esté expuesta a eso tan joven.
Creo que los psicólogos tienen razón en eso de que hay que responderles lo que ellos te preguntan. Entonces cuando ella me preguntaba de los perros y gatos que se estaban quedando en Ucrania y que no podían salir, me di cuenta de una familia que estaba escapando y que llevaba a su perrito y le envié una fotografía con eso, creo que eso la tranquilizó, pero si la hubiera expuesto a todo lo que yo estaba viendo, hubiera sido demasiado, hubiera sido muy, muy traumático y no hubiera habido manera de calmarla.