Por años, Clarissa Molina se había mantenido al margen de su vida amorosa con aciertos y desaciertos que la hacían enfocarse en su ascendente carrera en los medios. Pero un buen día el destino la alcanzó y a su vida llegó Vicente Saavedra. En 2018, la presentadora y el productor musical se conocieron por primera vez y en esa ocasión solo fueron unos cuantos saludos y nada más. Tres años después, ambos coincidieron en República Dominicana para los Premios Soberano, y ahí surgió la magia, o como decimos, “las mariposas en el estómago”. La chispa entre ambos nació en esa primera cita que lo cambió todo. Tras una buena conversación y unas cuantas risas, Vicente quedó convencido de que Clarissa era la mujer que tanto había anhelado, mientras que ella se permitió una nueva oportunidad al amor, lo apostó todo… y ganó.
Como nunca antes, la reina de belleza se dejó ver enamorada y radiante. En sus redes sociales presumía su relación con Saavedra, quien desde el primer día se ha mostrado como el admirador número uno de su ahora futura esposa. Tras unos meses disfrutando de un lindo noviazgo, el cual Clarissa ha compartido abiertamente con sus fans, Vicente Saavedra decidió dar el gran paso. Y es que no podía ser de otra forma; ella era todo lo que él había buscado en la vida, y era momento de soñar con una vida juntos.
En una emotiva entrevista para HOLA! USA, los futuros novios nos revelan todos los detalles de la romántica proposición matrimonial en las Islas Vírgenes, las opciones que maneja Clarissa en fechas, vestidos, preparativos y lugares para la ceremonia que se llevará a cabo a finales de este 2022. Un historia de amor que ya se empieza a contar como uno los momentos más importantes de sus vidas.
“Voy a tener la oportunidad de que mi papá me camine, yo tenía miedo como que… no sabía que iba a pasar con mi vida amorosa” –Clarissa Molina–
¡Clarissa, felicidades!, ¿cómo te sientes en esta nueva etapa de tu vida?
Feliz en esta nueva etapa de de mi vida. Desde que lo conocí sabía que era el hombre con el que me iba a casar, pero no sabía si este señor me iba a hacer la pregunta en esta época. Al final del día, el amor no tiene tiempo ni espacio. Yo estaba lista, desde hace tiempo ya, así que era solamente de que él tomara ese paso y él obviamente tiene el resto del cuento porque yo no sabía absolutamente nada lo que iba a pasar ese día…
Vicente, ¿cómo fue esa pedida de mano?
Yo tenía tiempo planificando. Lo consulté con mis amigos, soy de pocos amigos pero tengo dos o tres buenos de muchos años, y me dicen: “¿Tú tienes dudas?” Lo pienso, lo siento y aunque no es tanto tiempo porque no hemos cumplido el año todavía, nunca me he casado antes, sería un paso gigante para mí. A pesar de ello, me siento feliz y tranquilo así que dije que lo iba a hacer. Quise hablar con toda la familia y teníamos la situación de que hay algunos en Puerto Rico, otros en Nueva York y otros en República Dominicana. Hablo con “Chuchi”, que es la prima de Clarissa, que está siempre con nosotros, y le digo que me quiero casar. Les enseñé el anillo, porque ya lo tenía y todo. Tengo un joyero en Nueva York que nos hace prendas a Ozuna, a Daddy Yankee, a mí y me me mandó el anillo perfecto. Todo estaba saliendo fluido hasta que hablé con la familia de ella, estaba todo listo.
Le dije a Clarissa para irnos un fin de semana de viaje a la playa. Habíamos pensado que íbamos a hacerlo con toda la familia y no se pudo. Y dije: “Pues, este weekend voy a hacerlo, ¡no aguanto más!”.
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¿En dónde se comprometieron?
Vicente: Nos fuimos a las Islas Vírgenes. Llegamos hasta Virgen Gorda y pasamos un día increíble haciendo snorkeling. Entonces, empiezan a hablarme los capitanes del bote: “Jefe, el señor de la comida dice que no puede llegar a tiempo…” Quería que todo salga perfecto porque siempre vi el matrimonio como algo muy especial, nunca me he casado y siempre decía que cuando me case es porque tengo que estar totalmente enamorado. Con ella fue así y yo no lo quería aceptar, porque tenía miedo a volver a fracasar una vez más.
¿Qué te dijo la familia de Clarissa, hablaste con ellos primero?
Cuando nos hemos presentado a nuestra familias desde el primer día, se dieron cuenta que había una conexión en felicidad. Fui a hablar con el papá de Clarissa y al hermano mayor y le dije: “Señor, antes de hacer esto, quisiera hablar con usted”. Fue en una fiesta de Navidad. Me dio la bendición, se me echó a llorar y me dio un abrazo. Fue un momento que se venía venir y llegó. Siempre he estado enfocado en lo mío, mis hijos y cuando compartí con ella, entendí que es la mujer que me hace llorar, que me hace tragar hondo, que me hace sacar emociones y yo soy muy duro para mostrarlas.
“Desde que lo conocí sabía que era el hombre que me iba a casar, pero no sabía si este señor me iba a hacer la pregunta en esta época” –Clarissa Molina–
Tú tienes hijas, ¿qué te dijeron al saber que te vas a casar con Clarissa?
Aba Mar tiene 13, la de en medio se llama Gia Isabela, tiene 11 años y Miabella 3. Las dos grandes me han visto pasar a mí por situaciones, momentos difíciles. Se empezaron a dar cuenta que como nunca les mostraba fotos y videos con Clarissa, hasta que la mayor me dijo: “Papá, cásate”. Esa fue la señal y luego fui a hablar con los padres de Clarissa. Su mamá se me echó a llorar, hablé con mi familia, con mi mamá y nos felicitó.
Clarissa, ¿te imaginabas este tipo de pedida de mano tan romántica?
Yo ni idea, no se me pasaba por la mente. Sabía que iba a pasar pero no ahí y de esa manera…
Vicente, sigue contándonos los momentos previos a la pedida de mano…
Le dije a Clarissa para ir a ver el sunset a una parte de la playa en especial porque ahí se ve mejor que en cualquier parte del mundo y era todo un cuento (risas). Regresamos al hotel, nos cambiamos y nos encontramos abajo había un carrito de golf en el que nos montamos un bajamos una cuesta grande, una montaña, y llegamos a una isla privada bien bonita. Veo de reojo y veo a mis muchachos escondiéndose… la agarré de la mano y le dije: “Mi amor, yo quiero hablar contigo”, nos fuimos caminando por la orilla de la playa y le decía que nunca me había sentido tan feliz, tan bien… que si ella se sentí igual que yo.
Ella me respondió que sí. Luego, ella se da cuenta de algo y de ahí la volteo y estaba prendido en la arena las letras de “Marry me” y me arrodillé porque quería que ella se sienta como una reina. Le dije todo lo que sentía, ella tenía un celular en ese momento, se la cayó o lo tiró, se me echó a llorar y nos abrazamos. Me dijo que sí y todo el mundo salió de su escondite a celebrar (risas). De momento llegó una señora, empezó a cantar.
¿Cómo lo celebraron?
Cenamos y yo tenía gente bajando calderos, ollas, haciendo mesa donde no había. Venían caminando desde una milla y media, bajando esas cuestas.
¿Cuándo sucedió esto?
Hace dos semanas atrás.
Clarissa, ¿qué significa esto para ti?
Fue todo muy especial. Desde que nos conocimos yo sabía que este era el hombre. Todo ha sido perfecto desde que comenzó, cómo ha sucedido.
“El anillo está increíble, está bellísimo y él quería que fuera algo muy especial como lo es nuestro amor. Más allá de lo que pueda valer, el valor significativo, me dijo que me merecía algo como el anillo que me está dando” –Clarissa Molina–
Clarissa, ¿sientes que todo ha sido muy rápido? Se han comprometido en menos de un año juntos…
Como te dije, en el amor no hay tiempo ni espacio. La gente dirá: “Ay, tan rápido”, ¡sí! Mi cuñada se casó a los tres meses con mi hermano y tienen 28 años juntos, eso no hace la diferencia. Él, lo hizo súper bien con su equipo porque yo ni me enteré. Cuando él ya me está llevando en el carrito hacia la playa, pensé que me tenía una cena romántica porque él es muy detallista.
Cuando llegamos y veo a mi prima, que se la estaban comiendo los mosquitos viva, escondida, digo: “¿qué tú haces ahí?” Y cuando él me voltea y se arrodilla… me puse a llorar, a temblar, solté el celular… Antes de hacerme “la pregunta”, me dijo unas palabras muy bonitas ¡y le dije que sí! En la playa, la arena, nosotros descalzos… ¡fue perfecto!
¿Cuándo y dónde será la boda? ¿Qué tienen planeado?
Clarissa: Estamos en conversaciones… Obviamente a mí me gustaría que sea en República Dominicana. Puede ser también en Puerto Rico o Miami que queda en el medio de los dos.
Vicente: Todavía no hemos puesto una fecha exacta porque estamos en la etapa de planificación, pero a mí me gustaría que sea a finales de este año o principios del que viene. Me encantaría que sea en Puerto Rico…
¿Se casarán por lo religioso en una iglesia, solo civil, tipo ritual al aire libre… qué han pensado?
Vicente: Yo soy cristiano y quiero hacer las cosas bien. Obviamente, casarse por lo civil entendemos que lo haríamos en Estados Unidos y la ceremonia me gustaría hacerla en una iglesia, todo tradicional. La recepción cuando la sepa les voy a decir y los voy a invitar (risas).
Clarissa, ¿te gustaría ya convertirte en madre?
Por supuesto, pero yo no estoy lista ahora mismo. Quiero vivir cada etapa, de novios, ahora Dios mediante, casarnos. Gracias a Dios, hoy en día una puede ser madre y salir a trabajar a la vez.
¿Cuántos hijos te gustaría tener?
Hoy en día como está la situación, quisiera dos. Pueden salir mellizos de primera… mi mamá tiene mellizos, mi tía tiene mellizos, su prima tuvo mellizas, tengo chance de que salgan mellizos.
¿Cómo es tu relación con las hijas de Vicente?
Espectacular! Aba, la más grande, nos decía: “¿Por qué no ponen una foto de ustedes y ya?” Cuando aún no éramos [su relación] públicos. Son unos amores. De hecho, ellas me confiesan ahora: “Cuando papi estaba hablando contigo al principio, decíamos ¿quién es?
Clarissa, cuéntanos sobre ese increíble anillo…
Él se botó con esta pieza, que es espectacular. El anillo está increíble, está bellísimo y él quería que fuera algo muy especial como lo es nuestro amor. Más allá de lo que pueda valer, el valor significativo. Me dijo que me merecía algo como el anillo que me está dando.
¿Ya tienes en mente el vestido que quieres usar para tu boda?
El vestido es un tema muy personal. Me toca consultarlo con mis amigas que me tienen texteando todo el día: “¿y cúando es la cita?” “¿vamos a hacer la cita para esta tarde?” “Que en Nueva York hay una tienda...”, “Que en República Dominicana también hay otra”… Estoy estresada (risas). Me visualizo como una princesa, como una reina y más allá del vestido y todo, voy a tener la oportunidad de que mi papá me camine (sollozos), yo tenía miedo como que… no sabía que iba a pasar con mi vida amorosa. Quería que papi viviera ese momento conmigo y mi mamá.
¿Qué significa Vicente en tu vida?
El hombre perfecto para mí es Vicente Saavedra, no hay más nadie, en esta vida, en la otra y en la que le sigue. Es una persona que me complementa, que me entiende. Somos felices al estar sentados en el mueble, mirando la televisión, riéndonos. Me siento bien y fuimos hecho el uno para el otro.
Clarissa, ¿cómo describirías este proceso tan especial de cara a tu boda?
Plenitud. Yo ya estaba lista y es perfecto porque ya tengo 30 años, comenzando una etapa nueva, en el tercer piso. Es como complementar mi vida entera. Estoy bien en lo profesional, gracias a Dios, sigo luchando, él me apoya en lo que quiero hacer y eso nos complementa más porque tenemos metas en común. Quiero ser feliz y vivir el día a día, sin preocuparme de nada ni nadie.