Julio Vaqueiro nos cuenta la razón de su viaje a Los Ángeles a favor de los latinos

“Es un orgullo, un honor y un reto. Soy muy afortunado de trabajar junto a un equipo estupendo de grandes periodistas y siento la responsabilidad de estar a la altura de mis compañeros y a la altura de nuestra audiencia. Tener la oportunidad de servir un público de habla hispana en Estados Unidos es un privilegio”.

“Queremos llevar el noticiero a la calle. Cuando pasa algo, queremos estar en el lugar de los hechos. Y queremos hablar con la gente, estar cerca de los problemas reales que enfrentan las personas reales.

“Claro que hay que cubrir las noticias más importantes del día, los temas de actualidad, pero hay que encontrar la forma de digerir esa información y explicar por qué eso es importante para nuestro público, por qué les tiene que interesar y cómo puede afectar sus vidas. Por eso queremos estar siempre en la calle, cerca de las personas que nos ven, para conocerlos y para entender sus retos y sus sueños”.

“Siempre supe que quería ser periodista. Desde que era yo muy chico sabía que me gustaba escribir y hablar con la gente. Lo que nunca imaginé es que iba a ejercer esta profesión en Estados Unidos para una comunidad inmigrante. Nunca lo imaginé, pero ahora puedo decir que es uno de los más grandes privilegios de mi vida”.

“Empecé escribiendo para el periódico local de San Juan del Río, la ciudad donde vivía en México. Tenía unos 16 años. Luego entré a trabajar más formalmente cuando estaba estudiando en la Universidad, primero en Grupo Editorial Expansión. Tenía 18 años. Después en un canal de televisión por cable llamado Efekto Tv. Ahí aprendí mucho, porque el canal salió al aire cuando entré a trabajar, tenía muy pocos empleados y pocos recursos: todos hacíamos de todo. Fue una gran experiencia. Y de ahí salió mi oportunidad para comenzar en Telemundo como corresponsal en la Ciudad de México”.

“Es parte de nuestro esfuerzo por estar cerca de nuestra audiencia y hablar de sus problemas. Hemos comenzado una serie llamada ‘Un día a la vez’, una frase que me gusta mucho y con la que siempre termino el noticiero. Ahora, con esta serie, queremos retratar la vida de los latinos con sus complicaciones, sus logros y sus sueños cotidianos”.

“Es difícil escoger una en particular. Hay tantas. Pero no me canso de decir que lo que ocurre en la frontera es de verdad conmovedor. Madres y padres que lo arriesgan todo para encontrar un mejor futuro para sus hijos. No piden mucho: solo una oportunidad que no encuentran en sus países. Uno no puede ser el mismo después de hablar con esas familias migrantes y conocer sus motivos y sus pesares”.

“Disfruto muchísimo de estar con mis hijos. Tengo tres: Santiago, Isabela y Jerónimo. Me gusta platicar con ellos y escuchar sus ocurrencias; tienen cinco, tres y dos años, respectivamente. Lo mejor es verlos crecer y jugar juntos.

“Santiago está aprendiendo a jugar tennis, a Isabela ya le vamos a quitar las rueditas de su bicicleta y a Jero le encantan las grúas. Y disfruto mucho de mi esposa (Fer Barrios), cenar con ella en casa y platicar sobre nuestros días y nuestros planes. Ella es mi cómplice y yo soy el suyo. Me hace sentir en paz”.

“Todo el tiempo les hablo de México y muy seguido platican por teléfono con nuestras familias que están allá. El otro día Santiago me preguntó que si él era de México o de Estados Unidos. Le dije que de los dos, porque así es. Ellos nacieron en Estados Unidos. Me gusta que sepan que somos lo que somos gracias a México y nuestra familia allá, pero que Estados Unidos es un país que nos ha dado grandes oportunidades”.