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Durante años, Carmen Salinas lloró la pérdida de su único hijo varón, Pedro. En cada entrevista, charla o cualquier ocasión que se le viniera a la mente el recuerdo, ella lo mencionaba con voz entrecortada y, a veces, sin poder aguantar las lágrimas. Hoy, casi 20 días después de que falleciera la actriz mexicana, sus restos ya reposan junto a los de su amado hijo, un encuentro en espíritu y materia que ella sabía que llegaría con el tiempo.
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La familia de Carmen Salinas despidió de la manera más cariñosa a la actriz, comediante y cantante. Tras dos semanas con las cenizas en el que fuera su hogar hasta el último día, su hija María Eugenia Salinas, acompañada de otros seres queridos y cercanos a la famosa Corcholata, acudieron al panteón Español, ubicado en la Ciudad de México, para depositar los restos junto a los de Pedro Plascencia. El músico e hijo de Carmen, falleció a los 38 años en 1994 a causa de cáncer.
Antes de despedirse de las cenizas y dejar que la actriz descanse en paz, la familia solicitó una misa oficiada por un sacerdote católico, siendo ésta la religión de Carmen, y en la que depositaba toda su fe por medio de la Virgen y los santos. La familia colocó una foto de Carmen junto a las cenizas durante el servicio religioso que tuvo una duración aproximada de 40 minutos.
Carmen Salinas, siempre cerca de su público
Por tratarse de un evento solemne dentro de un panteón, y con el respeto que merece la familia de Carmen Salinas, sólo un grupo reducido de personas estuvieron presentes en el último adiós a la actriz. Sin embargo, María Eugenia y su hija, Carmen Plascencia, además de otros allegados a Salinas, decidieron compartir el momento con los seguidores de la mexicana, y transmitieron a través de su aún activo canal de YouTube la ceremonia, para no dejar fuera a nadie y continuar con las medidas de seguridad.
Carmen Salinas falleció el pasado 9 de diciembre en la Ciudad de México, tras casi un mes hospitalizada y en el área de terapia intensiva. La actriz cayó en coma de manera natural luego de un derrame cerebral, del que ya no despertó. Descanse en paz.