Emeraude Toubia es una de las jóvenes latinas más destacadas en el mundo del entretenimiento de los Estados Unidos. Su inteligencia, su espíritu trabajador, su clásica belleza y el dominio a la perfección del inglés y el español, le han convertido en una imprescindible de los sets de Hollywood.
Este 2021, la talentosa actriz cierra el año con broche de oro: su nueva serie en Prime Video, ‘With Love’, una comedia romántica que consta de cinco episodios de una hora cada uno, en el que nuestra protagonista buscará el amor a lo largo de las fiestas más destacadas del año.
En la vida personal, la talentosa actriz de ascendencia mexicana tiene el corazón contento desde hace años, casada con otro artista de éxito, el idolatrado cantante Prince Royce, con quien comparte su vida siempre que la apretada agenda de ambos se lo permite.
En uno de esos momentos de respiro, la bella “Em” pasó un día con nosotros para posar desde las playas de Malibú y conversar del amor, de la vida y de su nueva aventura profesional, en exclusiva para nuestros fieles seguidores de HOLA! USA.
El hecho de ser latina y no interpretar un papel estereotípico. Los latinos estamos en un momento fantástico en los Estados Unidos. Mi papel fue genial de interpretar, mi personaje llora, ríe, comete errores y lidia con el amor. Aunque está comprometida con el hombre perfecto entiende que no es la persona con la que quiere pasar el resto de su vida. Es verdad que en sociedad los latinos a veces sentimos más presión por casarnos, formar una familia, algo que mi personaje quiere pero está en ese momento en el que piensa, ¿qué pasa si lo dejo?, ¿qué dirá mi familia?, ¿me quedaré sola el resto de mi vida? ¡Y eso que apenas tiene 25 años!
Cuando uno rueda en sets de las fiestas, te sientes adentro de ello, rememoras qué emociones te trae un día de San Valentin, la Navidad, la Nochebuena, el Año nuevo… Ese era el ambiente del set, entonces era muy bonita la sensación todo el tiempo.
¡Súper! Soy muy tradicional en eso. Crecí viendo series, novelas, soñaba siempre con la llegada de mi príncipe azul y que me rescatara y me cantara… No digo que sea para todas, definitivamente los tiempos han cambiado, pero a mí me encanta que el hombre lleve la iniciativa, que te hable primero, que se acerque con gestos especiales, que escriba cartas de amor, canciones…
Sí, parece mentira que Prince Royce y yo llevemos diez años juntos y este 3 de diciembre, cumplimos dos años de casados. Cuando miro atrás y veo cómo el mundo ha cambiado tan rápido a mi alrededor pienso: si alguna vez, ojalá no, por cosas de la vida volviera a estar soltera… ¿Cómo le haría para ligar ahora? –recapacita riendo-. ¿Meterme a un dating app? ¿Cómo es la vida de soltera moderna? Cuando empecé a salir con Royce, tenía mis estrategias. De pronto me escribía y tardaba en contestarle dos horas, ya sabes, esos jueguitos de novio. Ahora todo es inmediato y no sé qué haría con mi vida.
Yo crecí en Brownsville, Texas, frontera con Matamoros, y el resto de mi familia vivía a dos horas de donde vivíamos nosotros. Al menos una semana al mes la pasábamos todos juntos, así que mis primos son como mis hermanos.
Fue un matrimonio muy unido, encontré un gran ejemplo en ellos. Lo más triste fue que mi papá falleció seis meses antes de mi boda por culpa del cáncer, eso fue devastador. Pero ellos dos pasaron su vida juntos... –Hace una pausa emocionada y continúa entre lágrimas- Muy triste, pero así es la vida y hay que seguir… Él siempre fue un señor que respetó mucho a mi mamá, trabajó siempre por darnos lo mejor, nunca me faltó nada, ni emocionalmente, ni materialmente; siempre quería verme feliz, siempre me apoyó en todos mis sueños. Cada vez que pienso en él, tengo los mejores recuerdos. Estoy muy agradecida porque la vida me brindó una familia muy bonita.
Creo que cuando uno hace las cosas bien, o lo mejor que sabe, eso se convierte en un motivo de consuelo al perderles. Por ejemplo, mi papá estuvo muchos meses en el hospital antes de fallecer. Yo tenía que alternarlo con el trabajo, porque estaba grabando en Toronto, pero viajaba todas las semanas, pasara lo que pasara, para estar el mayor tiempo posible a su lado, al menos tres días cada semana, avión para acá, avión para allá... Cuando la persona parte, te quedas con un sentimiento de satisfacción porque lo diste todo.
Así quiso Dios que fueran las cosas. Mi mamá y yo nos unimos más que nunca para apoyarnos mutuamente y enfocarnos en el futuro. Mi trabajo, mi boda, teníamos que seguir adelante y así le hicimos. –Vuelve a recordar, esta vez con una sonrisa- Viajamos juntos, con Royce, compramos y vendimos muchas casas aquí en L.A., nos hemos mudado mucho, gracias a Dios mi papá conoció todas las casas en las que estuvimos viviendo, él fue parte y testigo de toda mi vida y seguro me sigue viendo ahora desde el cielo.
Le he aprendido muchas cosas: “No olvides nunca quién eres y de dónde vienes”, me ha repetido siempre. Para mí es muy importante estar centrada, con los pies en la tierra y viendo para adelante. Me ha enseñado a siempre luchar por lo que uno quiere, sin pasar vergüenza, pelear y si una puerta se cierra, otra se abre; estar preparado para las oportunidades, las audiciones, etc. Dar lo mejor de uno mismo en todo y luego dejar el resultado en las manos de Dios.
Los talent shows que organizábamos en casa: imitaba a Paulina Rubio, Shakira, las Spice Girls, Selena, Whitney Houston… Mi mamá me hacía un mini-escenario, invitábamos a todas mis amigas. Tuve una infancia llena de detalles especiales.
Era la muñeca de mi mamá y ella me consentía mucho. Pero no creas que fui de “dénmelo todo”. Yo empecé a trabajar a los 16 años porque me dijeron: ‘esto te vamos a dar, si quieres más, a trabajar mijita’. Y así fue, mi primer trabajo fue en un gimnasio, después en una zapatería, después fui dependienta en una tienda de moda… Hasta que llegó la oportunidad de Nuestra Belleza Latina. El primer año hice la audición, pero era muy chiquita para entrar a la casa, y el siguiente ya tenía 18 y entré.
Le estaré agradecida por siempre a Univisión porque llevaron mis sueños a otro nivel. Mi tope era mudarme a Houston, la ciudad más cosmopolita de Texas –dice riendo-, pero cuando llegó esta oportunidad me abrió los ojos a un mundo muchísimo más grande. Aunque parezca mentira, yo no tenía idea de toda la comunidad latina que existía en USA más allá de Texas. ¡Pensaba que todos en Estados Unidos éramos mexicanos! Al llegar a Miami, conocí de pronto puertorriqueños, cubanos, dominicanos, colombianos… Para mí era un mundo ajeno que no existía. Así que cuando entré a la casa estaba impactada y fascinada de convivir con tantas nacionalidades distintas. Me expandió mi mundo más allá de lo que tenía en frente de mi nariz.
¡Increíble! Allí aprendí mucha disciplina, el saber cómo tener más amigas, aprendí mucho de mi carácter y cómo ser buena persona a pesar de todo. Empecé con clases de actuación, de conducción y al conocer la actuación pensé, wow, ¡si me dedicara a esto podría vivir tantas vidas! Tantos sentimientos que quizá no vivo en mi día a día… Si yo no hubiera estado en ese programa, mi vida no hubiera tomado el rumbo que tomó, no sé qué habría sido de mí.
Desde el principio de conocernos conectamos, no fue algo superficial. Fue una sensación de honestidad, de que éramos dos personas muy auténticas. Yo siento que soy una mujer bien down to earth, no me interesaba ir con él a un restaurante fancy, quería que hiciéramos cosas diferentes… Nuestra primera cita fuimos parasailing en un barco, para mí lo importante era que viviéramos experiencias. Así que desde el principio hablamos de nuestros sueños, crecimos juntos en nuestras carreras, siempre nos apoyábamos; yo le entendía a él, pronto comenzó a ser muy famoso tras empezar la relación, creció mucho más rápido que yo, eso sí, y ahora, gracias a Dios, a mi también ya me va muy bien, no dudo que también gracias a su apoyo. Hay parejas abusivas que no quieren que crezcas, pero él desde el minuto uno fue muy confiado, nunca quiso apagarme ninguna luz, igual que yo a él. Royce siempre me dijo: “Lo que necesites, aquí estoy”.
Sí, es cierto, pero también pasamos mucho tiempo juntos. La vida nos ayudó en eso. De pronto él tenía que estar en Vegas y yo también, cosas así. Él me visita cuando estoy en set, si no tiene gira, se queda varias semanas conmigo; también yo le visito a él o quedamos en algún lugar en medio de donde estemos trabajando. No pasamos tanto tiempo separados como podría parecer a simple vista. También son bonitos esos intervalos de tiempo en los que no estamos juntos, porque mantiene viva la pasión, siempre tienes algo que contarte cuando te ves de nuevo, y planeamos a full los días juntos para pasarlo chévere y rico.
De forma mutua. A veces, él me ha necesitado a mí y otras veces yo a él, pero siempre le digo al final: ‘escucha lo que te digo, pero toma tú la decisión’. Si algo no sale bien, la decisión es de uno, para luego no culpabilizar al otro del resultado.
Espero que sí… -dice de inmediato-.
Sí, claro. ¡Muchas veces! Me han engañado, me han dejado… Cuando eres muy joven, en esos instantes el mundo se te cierra. Piensas que esa depresión es el fin de todo y nunca vas a lograr salir de ello. Pero pasa, hay que darle tiempo al tiempo. También yo he roto algún corazón, y lo más importante en esos momentos, creo yo, es ser honestos y cuando las cosas no están ya funcionando, hablarlo de frente.
Muchas cosas. He aprendido que hay que mantener el misterio, no decirlo todo; dar espacio a la persona que quieres; también compartir juntos cosas especiales, viajes, sorpresas… También entendí que ninguna relación es perfecta, que a veces el amor evoluciona y hay momentos bajos y momentos buenos. Al final del día, hay que estar junto a la persona que quiere lo mejor para ti y si las cosas no están bien, darse un break y recapacitar para tomar las decisiones correctas. – Piensa unos segundos y añade- Es curioso, hace poco veía The Bachelor… Ver cómo esas mujeres le ruegan a un hombre, “¿qué viste en ella que no viste en mí?, ¡yo te puedo dar algo mejor!”, cómo si eso fuera algo que se pudiera manipular, los sentimientos son los sentimientos. Yo estoy muy a favor de la corriente que apoya a que las mujeres se quieran a sí mismas, se valoren y, si definitivamente el chico que tú quieres no te quiere, sigue adelante sin él. No les rueguen, chicas, ¡quiéranse! -advierte-. Es importante amarnos a nosotras mismas para llegar enteras a esa relación romántica, para que funcione y sea auténtica.
Para nada, ¡al contrario! A mí me encanta que las fans de Royce le abracen, le besen… Hay una línea, obviamente, si se va a cenar con una chica a escondidas, eso es otra cosa. Pero en el ambiente de su trabajo, es obvio que es parte de ello. Yo siempre he respetado muchísimo a las fans de Royce, como artista son su prioridad y para nada, ¡me encanta que lo quieran y se lo demuestren
Pues ha habido de todo, pero honestamente el mundo de la música es otra cosa. Siento que la gente que canta despierta muchísimas emociones, forma parte de tu vida a un nivel muy íntimo, si estás contento, si estás triste, si celebras algo, si te enamoras, si te rompen el corazón… Los cantantes, gracias a su música, los sientes como algo muy tuyo, parte de tu familia. En cambio, un actor que llega a ser muy célebre, puedes verlo como una estrella, puedes admirarlo en la pantalla, quizá te relacionaste con lo que te hicieron vivir en una película, pero la música es mucho más emocional, te acompaña donde nadie te acompaña, en lo que cuentas y en lo que no cuentas.
¡Comer! (risas). Me encanta comerme lo de mi plato y lo del tuyo, amo la comida; también me encanta conocer gente diferente, la oportunidad de viajar… Entre todos los sentidos, creo que mi favorito es la vista. Me encanta crecer, aprender, es lo que más me hace sentirme viva.
Mi papá hablaba cinco idiomas, era ingeniero, de siempre dio clases de matemáticas a los compañeros de su edad; mi mamá es muy viva, street smart. Creo que tengo una buena mezcla de los dos… Mi papá jamás tomaba, quizá un copa en Navidad, y eso era todo. Yo soy igual, me acuesto temprano, me levanto temprano; mi mamá no, ella es más divertida, desvelada, etc.
Sí, aunque mi mejor amiga es mi mamá, mis amigas de high school las conservo hasta hoy. Pueden pasar dos o tres meses sin hablar con ellas, pero cuando lo hago es como si no hubiera pasado el tiempo. No tengo tantas, pero las que sí, son muy buenas amigas.
No. Solo que a veces se meten con mi familia y eso me duele. Alguien contactó a mi tía en Facebook haciéndose pasar por mí y le entregó el password de su cuenta: “Tía, pásame tu cuenta que la necesito para algo”, le escribieron. Tiempo después, me habló mi tía enojada: “Devuélveme mi cuenta” y yo, “¿de qué hablas?” –recuerda todavía impactada-. O a veces me dicen: “Por cierto, que Royce me mandó un mensaje que dice…” y yo ya me echo a temblar. Les recuerdo siempre que se pongan las pilas y que hagan triple check de que seamos verdaderamente nosotros antes de compartir absolutamente nada confidencial.
Me gusta sonreír a menudo, pensar en lo positivo; no se me complican las cosas, busco soluciones. Quiero a las personas que están alrededor de mí corazón. No tengo dos caras. Si te hago un cumplido, es porque de verdad lo siento.
Soy un poco desesperada, quiero que todo pase rápidamente y soy un poco controladora en el trabajo… -dice riendo, porque durante la sesión de fotos se aseguró varias veces de que teníamos el mejor location, los mejores ángulos-. Aunque he aprendido a tener en mi equipo a los mejores en su campo, así que respiro hondo y trato de no meterme demasiado y dejar que cada quien haga lo suyo. También soy muy pulcra en el orden: si mi mamá me mueve algo de casa, le regañó… -resume con una carcajada.
Claro que nos encantaría. Él quiere, yo quiero y ojala se nos dé. Es difícil a la hora del trabajo, sientes que si estás embarazada no te van a contratar. Pero ojala que sea pronto. Nunca olvidaré un consejo que me dio Jennifer Lopez, una vez que pasamos un Año Nuevo juntas. “Nunca va a ser el momento perfecto para hacer nada: ni para casarte, ni para tener hijos. Así que háganlo y háganlo ya, porque el momento perfecto no existe”. Nunca lo voy a olvidar, porque para mí JLo es una persona que admiro demasiado, es súper trabajadora.
Recuerdo otra vez que estábamos en su casa, Royce estaba grabando algo con ella, y de pronto se tomó una buena taza de chocolate con marshmallows. Cuando me ofreció uno, me asusté: “¡ay, no, que tengo sesión de fotos mañana!”. Ella me miró y me dijo: “¡No te limites! Tómate el chocolate y mañana haces ejercicio”. Siento que admiro mucho cómo maneja su vida, ella no tiene límites. A mí y a Royce siempre nos ha tratado impecablemente, con mucho cariño, es demasiado honesta y auténtica. Es muy cool como ser humano.
Que es una persona muy paciente y cómo me apoya siempre. También, que es muy natural con todo: si vamos a mi casa con mi mamá y están los hijitos de mis primas, se tira al suelo a jugar con ellos, los carga como caballito… Es un ser humano muy real. Yo soy más mamoncita, -bromea-. De pronto digo: ¡me voy a dormir! Y él se queda con mis primos tomando algo, pasándola bien… La verdad –dice de pronto-, sí siento que la vida es injusta en un sentido: las mujeres como que tenemos que cuidarnos más a partir de los cuarenta, mientras que los hombres a los cuarenta, empiezan como en su mejor momento. Yo me divierto de día, pero de noche soy cero fiestera.
¡Ya estamos listos para conectarnos a Prime Video y ver a la talentosa Emeraude en “With Love”, esta comedia romántica navideña que nadie puede perderse! ¿Te anotas?
CRÉDITOS:
Fotos: Nunu @nunupictures
Stylist: Poshenko @posshenko
Maquillaje: Melissa Hernandez
Peinado: Dallin James
White look:
Feather dress- @pattyang
Earrings- @mahrukhakuly
Headband- @adiba.official
Green look:
Dress- @adiba.official
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Pink look:
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Necklace- @mahrukhakuly
Dress- Poshenko Wardrobe
Purple look:
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