En la nueva normalidad, no hay evento que esté excento de las medidas sanitarias del coronavirus . Incluso, la boda de la hija de Bill y Melinda Gates se sometió a estrictos protocolos para garantizar el bienestar de los invitados y todos los involucrados y así evitar un contagio. Jennifer Gates se casó el pasado fin de semana con Nayel Nassar en su finca en Westchester, Nueva York, ante 300 invitados a los cuales les pidió ciertos requisitos para poder ingresar a la fiesta.
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En una reciente entrevista para Vogue, Jennifer compartió los detalles de bioseguridad para que su enlace fuera libre de coronavirus. La hija mayor de la expareja, la cual anunció su divorcio en mayo pasado, compartió a la publicación que solicitó a sus 300 invitados VIP que estuvieran vacunados contra el COVID-19, además de hacerse la prueba antes de su boda.
Para garantizar la seguridad de todos los asistentes, Jennifer y Nayel también facilitaron cubrebocas para sus invitados. Por supuesto las medidas como la sana distancia no faltaron, entre otras como el constante lavado de manos.
La boda, la cual se ha convertido en uno de los eventos más comentados del año, empezó el viernes pasado con una celebración islámica. El sábado se llevó a cabo la ceremonia principal en la finca de los chicos, en Westchester County, Nueva York. “Fue un día hermoso, y justo terminamos de tomar las fotografías cuando empezó a llover”, dijo Jennifer a Vogue. “La ceremonia fue realizada por un viejo amigo de la familia y cada uno de nosotros escribió sus votos. Fue realmente un momento muy especial e íntimo”.
Para su gran día, Jennifer lució un vestido de manga larga de Vera Wang Haute Couture. La joven de 25 años dmitió ante Vogue que “ha sido un año muy desafiante, tanto de manera colectiva por la pandemia, así como para nuestras faimlias pasando por tantas transiciones”. Agregó, “pero el amor entre nosotros ha sido constante. Ser capaces de celebrar nuestra boda con nuestros amigos y familia más cercana es como un sueño hecho realidad”.