Gianluca Vacchi no cambiaría nada de su vida ahora que disfruta junto a Sharon Fonseca la dicha de ser papá de la pequeña Blu Jerusalema. Pero no todo ha sido sonrisas para esta linda familia, pues al momento de nacer, los médicos informaron que la niña había nacido con el paladar hendido y necesitaría cirugía. Una noticia que desgarró el corazón de Sharon y Gianluca. En abril pasado, con seis meses de nacida, Blu fue intervenida, dando una gran lección de vida a sus padres a pesar de su corta edad.
“Yo siempre digo que ella nos dio una clase de vida, de coraje y de valentía impresionante porque ella, inconscientemente se enfrentó a (la cirugía) de una manera impresionante”, dijo el empresario italiano a Univision Espectáculos. Junto a él, Sharon y Blu sonreían ahora que aquel episodio sólo forma parte de sus recuerdos.
Minutos después de la cirugía, el amoroso papá sostuvo en brazos a su hija, un momento que para él fue crucial, pues no sólo veía lo delicada que es su pequeña, sino también lo valiente que puede llegar a ser. “Los niños se olvidan de las cosas y no se dan cuenta, pero ella no lloró un segundo, aunque me acuerdo que cuando me la dieron en brazos, para mí fue algo impresionante”, agregó.
Sharon y Gianluca inmortalizaron aquel momento con una impresionante fotografía en la que el italiano parece tener sangre de su hija en la ropa. “Quieres sacarle el dolor y sentirlo todo en tu cuerpo, pero no lo puedes hacer y eso te da una sensación de impotencia impresionante”, expresó el padre de familia.
La alegría que hoy disfrutan
A pesar de que fueron momentos complicados, la familia hoy está feliz y los orgullosos padres disfrutan cada momento junto a su hija. En estos días, dejaron ver cómo hacen para que la bebé se acostumbre a los vuelos que, seguramente, serán muchos a lo largo de los años, pero por ahora tiene a papá y mamá para calmarla con mucho amor.
Blu, además, recién tuvo su primer baño en el mar y lo hizo siempre bajo el cuidado del hombre que la amará de por vida y sin importar nada: su papá. “Estoy agradecido. Vivir una experiencia sí te da un dolor gigante, pero también te hace valorar más lo que significa tener un hijo lleno de salud”, expresó.
Y como padre de familia, ahora es mucho más empático cuando sus conocidos reciben a la cigüeña. “No les pregunto de qué color son sus ojos, cómo se va a llamar o cuanto pesa, ahora les pregunto si está sano el bebé. Eso es lo más importante”, dijo de corazón.