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Nacida y criada en República Dominicana desde muy joven, Jane Santos sabía que Dios tenía grandes planes para ella. Luego de iniciar su carrera en programas de gran renombre en su país como el extinto show de variedades Sábado de Corporán y abrirse camino en la cine, Santos tomó la decisión de mudarse a Los Ángeles, California, para continuar con sus estudios sin saber que se convertiría en una de las voces más poderosas del mundo.
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“Yo siempre decía que quería ser algo con mi voz, pero no sabía él que”, dijo Santos en entrevista para HOLA! USA. “Entonces, abrí los ojos cuando una niña dominicana escuchó mi voz al leer una carta en la película Santicló y me dijo que le había encantado”. Según Santos, ese fue su momento de despegue.
Luego de asistir a una audición para el libro “La fiesta del Chivo”, escrita por Mario Vargas Llosa, Santos debuta como narradora de audiolibros y se convierte en la voz oficial que le da vida a las historias de las mujeres más importantes del siglo XXI, incluyendo a la exPrimera Dama de los Estados Unidos, Michelle Obama , así como Melinda Gates, Isabel Allende, Elizabeth Gilbert y Margaret Atwood, entre otras.
Conocida como “La voz de oro Latina”, Santos acaba de presentar su nuevo trabajo dando voz a la Vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris, en el audiolibro titulado: Las verdades que sostenemos, del grupo editorial Penguin Random House.
Según nos explica esta actriz de múltiples talentos, su estabilidad en la industria se lo atribuye al hecho de poder colaborar para importantes autores. “Ha sido la confianza que los autores y las casas editoriales han depositado en mí,” comenta. “Yo siempre le pedía a Dios que guiara mi camino porque realmente el don de actuar y voice acting, ha sido Él quien me lo ha dado”.
Jane Santos ya lleva más de 5 años explorando estos terrenos profesionales. El pasado mes de enero también estrenó el libro Gambito de Dama (The Queen’s Gambit), coincidiendo con el estreno en Netflix de la serie basada en ese mismo libro.
“El proceso con los autores y productores varía mucho,” dijo la actriz refiriéndose al momento previo del proceso de grabación en el que se reúne para debatir sobre las expectativas de cada proyecto. “Todo depende de la disponibilidad del autor. Muchas veces si nos reunimos, especialmente si quieren conocerme más, y en otras ocasiones piden grabaciones de mi voz para luego dar el sello de aprobación”.
La dominicana asegura que escoger un solo autor o autora como preferencia es difícil ya que de una forma u otra todos han dejado huellas. Sin embargo, en esta ocasión se atrevió a nombrar el libro que más le ha marcado el alma y corazón. “Cada autor tiene su autenticidad y sus estilos son muy diferentes,” revela. “Pero si tengo que escoger, por muchas razones sería el primer libro que narré. Ya que fue la primera historia que tuve el honor de narrar y en segundo porque es una historia dominicana”, agregó. Según cuenta la actriz, su proceso investigativo empezó con alguien muy cercano a ella, su abuela. “Yo hablé con ella y le pregunté, y eso para mí fue un lazo muy especial”.
“Otro libro ha sido el de Michelle Obama, ya que marcó un antes y un después en mi carrera‘’, asegura Santos. “Y por supuesto, ahora, el de la primera Vicepresidenta de los Estados Unidos”.
A pesar de su exitosa carrera en suelo Americano, Santos no olvida sus raíces y el hablar de su familia es tocar una de las fibras más sensibles de su ser. Entre lágrimas, la actriz comentó a HOLA! USA como sus seres queridos han sido su mayor motor y lo difícil que ha sido no poder verlos por la pandemia. “Yo soy muy familiar,” ella nos cuenta. “Todo lo que yo hago es para y por mi familia. Y una de las cosas que más me ha dolido es estar lejos de ellos. No hay nada en el mundo, ni fama, ni dinero que pueda reemplazarlos. Aunque ellos están orgullosos de lo que yo hago, esos momentos especiales uno nunca los recupera, por eso esa tecla familiar me toca en lo profundo”.
“Mi familia está muy orgullosa de mí. Y me lo hacen saber”, señala, añadiendo que ellos siempre estarán ahí para ella. “Me encantaría ahora mismo darle un abrazo a mi mamá y a mi papá,” dice Santos con la voz entrecortada.
Hasta la fecha, Jane Santos desconoce si en un futuro cercano pasará de narrar libros a escribir uno; sin embargo, asegura que tiene mucho que contar y no descarta la posibilidad. “¡Quizás sí! Me ha pasado por la mente y me gusta escribir poemas,” afirma.
Santos no sabe de descansos y próximamente volverá al estudio de grabación para prestar su voz a otro autor. Su proceso de preparación toma días y según la dominicana es fundamental. “Hay dos fases, la pre y cuando estás en cabina. En la pre-fase, recibo el guión, lo leo y voy investigando acerca del autor y su estilo, en caso de que no me sea familiar. En el guión, busco si hay algunas palabras que hay que entonar de cierta forma. Consulto con el productor o el autor. Si es ficción, es un trabajo diferente ya que tengo que darle forma a todos los personajes. Sus cualidades, su carácter, etcétera”.
Para la segunda fase, Santos nos cuenta que ya en cabina el trabajo puede durar largas jornadas. “Desde las 9 de la mañana hasta las 5 de la tarde, sin parar. Por eso durante esos días cuando llego a mi casa no hablo y me mantengo disciplinada. Me hidrato y como bien, me cuido con las alergias. Yo no fumo, no tomo alcohol. Siempre tengo mucho cuidado porque si algo me pasa se nota inmediatamente”, sostiene.
Jane Santos cuenta que para cada libro siempre da lo mejor de sí y procura evolucionar en cada proyecto. La actriz también tomó la oportunidad y aprovechó nuestra plataforma para enviar un mensaje a todos los inmigrantes que al igual que ella desean triunfar en tierras extranjeras. “Es bueno ser compasivos, en dar a los demás y olvidarnos de nosotros mismos; sin embargo, también es importante tener compasión con nosotros mismos y preguntarte: ‘¿qué puedes hacer hoy?’ no ayer, no mañana, no posponer. ‘¿Qué hiciste hoy por ti? ¿Te tomaste un cafecito?’ Date un gusto y honra el momento presente. En Estados Unidos trabajamos tanto que disfrutamos muy poco,” concluye.