El sábado fue sin duda, un día inolvidable para los Biden. Después de una tardada espera, se daba a conocer que los votos electorales habían favorecido al candidato Joe Biden para convertirse en el próximo presidente de Estados Unidos. Como se esperaba ante tal anuncio, el exvicepresidente programó su discurso de agradecimiento que se volvió en una verdadera celebración. Por supuesto, a su lado no podía faltar su compañera incondicional, su esposa, Jill Biden. Aunque la exsegunda dama -como se conoce a la esposa del vicepresidente en aquel país- suele ser discreta con sus looks y para nada se espera que siga los pasos de estilo de su predecesora, Jill no dejó nada al azar en esa noche mágica y lució regia con un diseño muy de acuerdo a la ocasión. Lo que nadie sospechaba es que ésta pieza daría inicio al llamado Jill Effect, en el que el diseño se agotó completamente en cuestión de horas.
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Podría parecer poca cosa, pero en el mundo de la diplomacia, un vestido puede decir muchas cosas, por lo que para nadie fue una sorpresa que Jill pusiera su propio mensaje a través de su ropa. La doctora en educación eligió para la ocasión un sencillo vestido con parches, un pañuelo asimétrico a la falda y coloridos bordados florales de la firma Oscar de la Renta. El que la pieza de 5,690 dólares (aproximadamente $115,718 pesos mexicanos) fuera de una firma de un latino basado en Nueva York y que estuviera diseñado por dos migrantes -Fernando Garcia y Laura Kim-, ha dado pauta a lo que se espera será el diario de estilo de Jill en la Casa Blanca, siguiendo firmemente los pasos de su gran amiga Michelle Obama, promoviendo la moda local y apoyando a las minorías a través del estilo.
Esto era de esperarse de la doctora en educación, pero lo que nadie imaginaba es que en cuestión de horas, el vestido volaría de los almacenes. En el sitio The Outnet, para el momento que Jill lo lució, el vestido ya se encontraba rebajado a 1,707 dólares (algo así como $34,715 pesos mexicanos), lo que hizo que más de una considerara una ganga llevar el mismo vestido de la próxima primera dama. Ha de recalcarse que este tipo de situaciones se dan con los personajes que cuentan con la admiración del público, y no hay mejor medidor de aprobación que éste. Jill combinó este vestido con unos tacones magenta modelo Katience de Jimmy Choo.
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El estilo de Jill
Amante de las flores y los vestidos que dan un toque primaveral a cualquier temporada, Jill no se deja regir por las reglas no escritas de las famosas. Ella tiene muy claro su papel, de hecho, a lo largo de los años como vicepresidente de su marido nunca dejó de dar sus clases universitarias -puesto que parece mantendrá incluso en la Casa Blanca-, por lo que no se espera que eche la casa por la ventana con cada uno de sus looks como su predecesora. De hecho, ha dejado claro que una buena inversión es suficiente para varias apariciones, luciendo recientemente vestidos que le habíamos visto en varias ocasiones previas desde hace algunos años.
A sus 69 años, Jill se ve envidiablemente jovial y tiene muy claro su estilo, viéndose siempre sofisticada y fresca, a través de los diseños y tonos que elije. Al parecer, la futura primera dama del país vecino tiene una debilidad por los zapatos de diseñador y no tiene reparo al momento de elegir sus favoritas botas, que pueden tener los diseños más vanguardistas y atrevidos. Tendremos cuatro años para ir descubriendo más de su clóset.