Ana Patricia Gámez es orgullosamente mexicana y no iba a dejar pasar por alto una celebración tan tradicional como el Día de Muertos. La presentadora de Enamorándonos no sólo honró a sus seres queridos que han trascendido con una ofrenda, sino que enseñó a sus hijos Giulietta y Gael lo que significa este día en sus raíces.
relacionado:
Para Ana Patricia, la ofrenda de este año es mucho más especial, pues es la primera que pone en honor a su padre, Don Juan, quien lamentablemente falleció en junio pasado. Además, la familia completa se vistió como Catrina, un maquillaje espectacular que querrás copiar.
Ana Patricia Gámez contagió la tradición a su esposo, Luis Carlos Martínez, y a sus hijos Giulietta y Gael. Los cuatro se vistieron como Catrinas, una calavera elegante con colores tradicionales, entre ellos el fucsia, negro, morado y anaranjado.
Mientras Ana Patricia lució un vestido lleno de holanes, confeccionado en rosa con negro y chal de encaje a juego, su esposo portó un traje de charro a la medida.
Además de la vestimenta, el maquillaje con fondo blanco, ojos negros y detalles esqueléticos estuvieron presentes en esta personificación. Giulietta y Gael participaron contentos en la tradición, con la carita pintada simulando una calavera. “No es disfraz, es cultura”, escribió orgullosa Ana Patricia sobre esta sesión de fotos familiar.
La originaria de México aseguró que en esta y otra vida, estaría igual de enamorada de su esposo. “En la otra vida también te elijo”, anotó junto a una linda postal de los dos.
Una de las características más interesantes de la personificación de la Catrina es el maquillaje. En el caso de Ana Patricia, llevó más de cinco horas y estuvo repleto de piedras brillantes al rededor de los ojos. Un color rojo en sombras y labios también rojos completaron este look que tiene tantas variantes como dé tu imaginación.
Gael llevó un traje similar al de papá, pero con una guitarra al estilo de la cinta Coco. Su personificación es menos realista, pero no por ello menos participativa.
En casa, Ana Patricia colocó una ofrenda para su padre, Don Juan. En ella se podían ver decoraciones de calaveras, velas y flores de cempasúchil, una especia anaranjada propia de la época.