Los días en casa empiezan a tener efectos secundarios en Karina Banda, quien al igual que muchas personas ha estado ocupando su tiempo preparando platillos deliciosos que después presume en sus redes sociales. Sin embargo, la presentadora de El Gordo y la Flaca notó que sus vestidos ya casi no le quedan, una situación que le comentó a su amigo Raúl de Molina.
“Estoy bien, pero batallando para ponerme vestidos, ¡que ya no me cierran, Raúl!”, dijo la presentadora al inicio de una de las emisiones del programa de espectáculos de Univision. Karina, siempre sincera y alegre, se mostró un poco agobiada por este detalle. “Ya no sé qué hacer”, dijo.
“Yo te veo a ti perfecta”, aseguró Raúl a la prometida de Carlos Ponce, quien llevaba un entallado vestido verde. A pesar del halago del presentador, Karina explicó que no se siente igual que al inicio del confinamiento.
“No, los tacos, los sopes, todo”, contestó pensando en los antojitos mexicanos que ha comido con mucha alegría ahora que ha estado en casa. A pesar de este detalle que ella nota en su figura, su ánimo no decae. ”Pero bueno, aquí estoy, ¡feliz!”, aseguró mientras reconoció junto a su amigo que este problema no sólo le está pasando a ella.
Una situación que muchos empiezan a notar
“Yo creo que es algo que le está pasando a mucha gente. Lo bueno que yo ya estaba gordo desde antes”, agregó Raúl de Molina con su incomparable sentido del humor. Incluso volvió a hablar de su hija Mia, quien ha estado en casa con él en Miami, en donde al parecer también aumentó algunas libras.
“Mi hija Mia tiene el mismo problema. Karina Banda tiene el mismo problema... Mi esposa Mily, ha tenido la suerte que no ha engordado, pero mi hija un poco”, reveló el también amigo de Lili Estefan.
Para Raúl todo el tema de las libras de más queda a un lado cuando se trata de disfrutar lo que más importa: la compañía de su familia. El fin de semana pasado, el presentador pudo salir a cenar por primera vez en tres meses a un restaurante.
Raúl tomó muchas medidas de precaución para llevar a su familia a cenar. Y aunque se la pasaron muy bien, al final algo no salió como quería. “Los menús desechables, el servicio excelente y estaba tan agotado después de madrugar a las 5 am que al final hasta me quede dormido en la mesa, pero disfruté”, reveló.