Por las venas de Fiona Palomo corre sangre con talento para la actuación. La chica de 22 años empieza a abrirse camino en el mundo del cine y la televisión demostrando que heredó lo mejor de su padre, el fallecido actor Eduardo Palomo. Pero esa no es la fórmula mágica para triunfar ante las cámaras y por ello se mudó a California para estudiar actuación y poco a poco llegan las oportunidades en su carrera, incluyendo una participación junto a Mauricio Ochmann.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Se trata de la cinta Ligando padre, que pronto llegará a las pantallas y en la que interpreta a Aline, la hija del personaje de Mauricio Ochmann. Sobre ella, contó en una entrevista con Despierta América lo emocionada que está. “Fue súper bonito trabajar con él. Aprendí muchísimo de lo que es como actor, pero también desde los momentos de la comida hasta entrar en escena”, expresó.
“De las más grandes aventuras hasta hoy ha sido crear esta historia y jugar con estos personajes a tu lado”, escribió ella para el ex de Aislinn Derbez. “Gracias, gracias, gracias y me quedo sin palabras porque no hay forma de realmente agradecerte por todo. Espero que podamos crear muchos universos más”, agregó en sus redes sociales esperando volver a trabajar con él.
Además de esta oportunidad en el cine, Fiona participa en la serie de Netflix Control Z, en donde da vida a María. Un excelente comienzo para su carrera, con la que sueña desde temprana edad, persiguiendo los mismos sueños que sus padres.
Fiona, una chica trabajadora
Fiona es la mayor de los hijos que Eduardo Palomo tuvo durante su matrimonio con la también actriz, Carina Rico. Tiene un hermano menor llamado Luca y desde muy pequeños se mudaron a Los Ángeles, en donde sus padres labraban el camino al éxito en sus carreras.
Pero la vida tenía otros planes. A los 41 años, Eduardo Palomo falleció de un infarto luego de una cena con sus seres queridos. Carina regresó a la Ciudad de México con sus hijos, en donde se mantuvieron lejos de las cámaras por mucho tiempo, y quizá habrían permanecido así si no fuera por el deseo de la joven de triunfar y ser reconocida como su papá.