Para Héctor Sandarti , el pasado 21 de mayo fue uno de los días más difíciles de toda su vida… Los ejecutivos de Telemundo le notificaron que, después de dos años en Un Nuevo Día, ya no formaría parte del matutino . A través de una transmisión en vivo desde sus redes sociales, el conductor de origen guatemalteco habló acerca de cómo fue su despido y reveló algunos detalles sobre sus últimos momentos en la empresa, donde trabajó al lado de Adamari López, Rashel Díaz y Stephanie Himonidis ‘Chiquibaby’.
“Me enteré un día antes de que ya no estaría en el programa”, dijo Sandarti cuando le preguntaron sobre su salida del show. Sandarti estuvo acompañado en esta transmisión por su esposa Paulina Segura, quien le ayudó con la cámara, mientras él hablaba de este triste capítulo en su vida profesional. “Me enteré un día antes, de manera muy cordial, muy amable, me notificaron. No me voy por mi decisión, yo pensaba estar toda la vida, quería jubilarme haciendo Un Nuevo Día”, agregó.
Para Héctor lo más doloroso de esos momentos fue regresar a casa y compartir esa devastadora noticia con sus seres queridos. “Ese jueves me vine para mi casa con la mayor angustia de hablarle a mi esposa y decirle que estaba fuera de Un Nuevo Día… Soy un hombre mayor, jefe de familia, que tengo dependientes de mí. Para mí era un peso muy fuerte, sobre todo cuando uno es hombre se supone que es el proveedor”.
El viernes 22 de mayo fue su último día en el matutino y sus colegas le dieron un cálido adiós, pero sin duda, lo más fuerte estaba por venir: su adiós definitivo de la cadena. “Me despido de mis compañeros, agarro mis cositas, me meto al coche… Ese momento en que te quedas solo, en que no hay nadie más que tú y te enfrentas a esa dura realidad”, dijo. “Ahí sí me destrocé y comencé a llorar como bebé, manejaba y veía nublado, me controlé un poco, me he pasado llorando como niño durante los 35 minutos del recorrido de Telemundo a mi casa”.
Sandarti reveló que lloró abrazado a su esposa, hasta que después, se calmó y sintió una inmensa tranquilidad. “He llorado tanto ese viernes que para las 2 de la tarde nos ha entrado una paz, es lo que llamo yo la paz de Dios, que no se puede entender, que te da la certeza de que alguien, que se encarga de una mega producción, que maneja los hilos… Todo va a estar bien, todo tiene un propósito”.
Una decisión que le duele, pero que entiende
Aunque es una decisión que le ha dolido profundamente, él entiende perfectamente que, dentro de una empresa, se tienen que tomar decisiones a nivel corporativo. “Si el barco toma una dirección, pidieron que me bajara y me bajé, me voy agradecido con Telemundo, me voy con la frente en alto, las manos limpias y el corazón lleno y repleto”.