Son días de muchas emociones para la generación de graduados 2020, y Lili Estefan junto a su hija Lina , vivió en carne propia esta experiencia nunca antes vista a causa de una pandemia. En una charla con HOLA! USA, la presentadora de El Gordo y la Flaca contó cómo fueron los últimos días de escuela de Lina, que tuvo que hace desde casa y que la ayudaron a enfocarse en muchas cosas más antes de iniciar una nueva etapa en la universidad.
Al declararse los días en casa, Lili convirtió su hogar en dos escuelas, un gimnasio, estudio fotográfico y un restaurante; todo con tal de ver a sus hijos felices.
“Entre las cosas que viví en la casa, fue que la convertí en un estudio casi constante. Convertí la mesa del comedor en la escuela de mi hija. Convertí el living en la universidad de mi hijo”, contó feliz. ”Aprendí a ponerlo todo junto en un mismo lugar y no entrar a piñazos, como decimos los cubanos”, agregó entre risas.
Lina se concentró en hacer ejercicio sin dejar los estudios de lado. “He hecho ejercicio con mi hija como nunca, he caminado con los dos como nunca. Hemos hecho cosas que no haríamos normalmente”, contó Lili sobre los días en casa con sus dos más grandes amores.
Entre los intereses de la joven de 17 años, está la cocina, una habilidad que se le da muy bien y con la que consiente a su madre y hermano. “Lina ha cocinado desayuno, almuerzo y cena todos los días”, explicó Lili, quien la ve tan enfocada en cosas positivas que no podrían hacerla sentir más que orgullosa.
Y aunque la pandemia no es nada sencilla para la joven, cambió todo por pensamientos mejores. “La he visto tan enfocada en cosas. Yo creo que esa negatividad le puso su cerebro tan enfocado, su corazón en pasiones que siempre tuvo y para las que normalmente no tiene el tiempo”, aseguró la amiga de Raúl de Molina.
La creatividad de sus hijos tiene orgullosa a Lili Estefan
Lili también se dio cuenta de que sus hijos son bastante creativos, tanto que desde el día uno los dos idearon formas para hacer ejercicio en casa. “Se compraron inmediatamente un gimnasio, se lo puso en la esquina de la casa”, relató muy contenta Lili.
“Se volvieron creativos. Desconectaron los balones de gas que uso en la cocina y con esos hicieron pesas”, reveló. ”Compraron lo que pudieron de gimnasio y lo que no se logró, ellos lo hicieron”, expresó más que feliz.