Aunque durante años Pamela Silva tenía la certeza de que algún día se convertiría en mamá, tuvo que pasar mucho tiempo para que ese deseo se materializara y por fin tuviera entre sus brazos a ese bebé que tanto esperaba. La presentadora de Primer Impacto recién confirmó la llegada de la cigüeña, luego de varios rumores que señalaban que había debutado como mamá. Fue justo ante las cámaras de su programa en Univision que se mostró al mundo con la sonrisa más sincera y lágrimas de emoción que no podía contener por presentar a todos a su hijo Ford. Sin embargo, llegar a este punto no fue un camino sencillo.
En cada oportunidad que tenía, Pamela abría su corazón para contar ese gran deseo. Incluso en una entrevista con su propia mamá en el marco de el Día de las Madres cuatro años atrás. “¿Cuándo me vas a hacer abuela?”, preguntó la señora Rosario Rodríguez. ”Pronto si Dios quiere”, contestó esperanzada en ese entonces.
Desde entonces, y quizá desde antes, la periodista sabía que sería una buena madre. Y de ello no hay dudas, ya que en la forma en la que acariciaba a su bebé al presentarlo al mundo se notaba lo cariñosa y protectora que es con él, un amor inexplicable y al mismo tiempo infinito.
Todo lo posible por convertirse en mamá
Pamela incluso contó a People en Español que hacía todo lo que estaba en sus manos por lograr que ese gran deseo se hiciera realidad. “Yo que quiero ser mamá estoy pensando cuáles son los alimentos que me van a mantener fértil. Como pescado, pollo y muchas plantas”, dijo en una entrevista.
La presión llegó a ser fuerte, y llegaba de quien menos lo imaginaba. “Te dicen que es hora, que se te va a ir la vida, se te va a pasar el tiempo. Uno está consciente de la edad, de la presión, del trabajo. Pero uno quiere hacerlo en el momento preciso y cuando llega es porque te sientes completa en el resto de los ámbitos”, expresó en una visita al programa mexicano Hoy. Al final del día Dios tiene la última palabra de cuándo se dará”, dijo con fe, una fe que jamás perdió y que hoy celebra con su bebé en brazos. ¡Felicidades!