Con el Día de las Madres muy cerca, Alessandra Rosaldo recordó el momento más especial de su vida: el nacimiento de su hija Aitana, fruto de su matrimonio con Eugenio Derbez. Aunque sucedió hace cinco años, la cantante atesora cada minuto de aquel 4 de agosto del que tiene registrado en la mente y el corazón. Pero, en caso de querer revivir el momento, cuenta con la ayuda de su esposo, quien llevó tres cámaras al hospital para tenerlo todo grabado.
“La verdad es que a mí me fue muy bien, sí fueron muchas horas como 26 horas de labor de parto, pero pude lograr el parto natural, estuvo mi doula ahí conmigo que fue la que me ayudó a lograrlo si no, yo sola no lo hubiera podido lograr”, recordó Alessandra en una video llamada con el elenco del programa Netas Divinas.
“Eugenio tenía tres cámaras, una Go pro, una flip, que estaba de moda, más el celular, entonces yo sí tengo foto y video de todo por partida triple”, reveló la cantante de Sentidos Opuestos. Y nadie lo duda, pues desde el nacimiento de la pequeña, el comediante descubrió una nueva vida llena de amor y logró conectarse mucho mejor con sus hijos mayores Ailisnn, Vadhir y José Eduardo.
Un parto de lo más tranquilo
Para Alessandra, el parto no estuvo llenó de drama a pesar de las casi 30 horas que se prolongó. Y es que gracias a su doula, se preparó para ese momento en el que estuvo bastante relajada. “A mí no me pasó este cliché de las películas, de: ‘¡Ahh!’. Yo logré un nivel de relajación profundísimo y como de meditación porque tomé un curso que se llama hipnoparto que es una técnica justo de relajación y de respiración que te lleva casi a un estado de hipnosis y mi doula me ayudó a llegar ahí, entonces para mí no hubo ni gritos”, explicó, un gran detalle que podría ayudar a Sherlyn, una de las chicas de la video llamada que en un par de semanas se convertirá en mamá. ”Sí, fue doloroso, pero es hermoso”, agregó.
Otro detalle fue el aumento de peso que tuvo en la dulce espera. “Yo estuve muy mal, subí cómo 39 libras. Yo no sé cómo se me acomodaron pero sí subí muchísimo. Cuando subí más fue cuando me quedé en Los Ángeles, el embarazo en México la verdad lo llevé bastante bien cuando llegué acá me dejé ir como gorda en tobogán”, recordó, aunque esas libras ya son cosa del pasado.