Desde hace unos días, Raúl de Molina ha estado en cuarentena en casa junto a su esposa Mily y su hija Mia. Y como muchas familias, la convivencia empieza a tener tintes cómicos de desesperación. Primero por parte de Raúl, quien hace unos días confesó a su amiga Lili Estefan que después de la cuarentena pensaba seriamente en vivir solo. Ahora su esposa es quien habló sobre cómo se ha portado el periodista en estos días en los que no han salido de su hogar para nada.
“Hay que preguntarle a Mily cómo se está portando”, dijo entre risas Karina Banda, quien ha estado junto a Lili Estefan conduciendo el programa desde el estudio. Raúl no dudó en llamar a su esposa ante la cámara para que diera su testimonio. ”No tiene maquillaje, por cierto, pero nunca tiene maquillaje”, contó el presentador de su esposa, una broma que es común incluso en las publicaciones que hace en las redes sociales.
“Oh, my God!”, dijo Mily cuando Raúl le pidió que contara ante la cámara cómo se ha portado en estos días. ”Nos tiene a Mia y a mí locas”, dijo ante la sorpresa de Raúl y la risa de Lili y Karina. Mily, quien no se ha separado de su esposo y su hija en ningún momento, continuó con los detalles de esta convivencia.
“Si tuviera un dólar por cada vez que me menciona el nombre... ¡Voy a salir de la cuarentena multimillonaria!”, agregó en broma la esposa de Raúl. Las confesiones de Mily arrancaron la risa de las chicas en el estudio y, seguramente del público en casa. Con su buen humor, Raúl sólo atinó a responder: ”¿Qué les puedo decir?”.
Raúl de Molina, una cuarentena en movimiento
Además de contar al público cómo es su día a día junto a su esposa e hija, Raúl respondió al comentario de Lili Estefan y su aparente pérdida de peso. Y es que el presentador no se ha quedado en casa comiendo y viendo televisión, como muchos pensarían. “Si me veo flaco es porque todos los días hago una hora de ejercicio”, reveló De Molina.
Hace unas semanas, Raúl recibió en casa una caminadora con la que se ha mantenido en movimiento. Al recibirla, se aseguró de que los repartidores tomaran las medidas necesarias para entrar a su casa, como lavare bien las manos y usar mascarilla. Además, Raúl limpió muy bien la máquina, tal como lo hace con los alimentos que llegan hasta su domicilio, todo con tal de mantener a su familia a salvo de un contagio de COVID-19.