Raúl de Molina solo sale de su casa en Miami para dos cosas; la primera, dirigirse a los estudios de Univision para grabar El Gordo y la Flaca, y la segunda, para consentir de vez en cuando a su esposa Millie y la hija de ambos, Mía. Debido a la pandemia del Coronavirus, las escuelas en Estados Unidos pararon sus actividades y la hija de Raúl de Molina regresó a Miami para estar al lado de sus padres en estos duros momentos. Por ello, el presentador ha tratado de aprovechar al máximo sus días junto a su mujer y su hija, quien reside en Washington, D.C. desde hace dos años, pues en esa ciudad donde cursa sus estudios universitarios.
A través de sus redes sociales, Raúl compartió con sus seguidores que el pasado fin de semana acudió a su restaurante favorito para hacer un pedido especial para llevar. Eso sí, antes de salir de casa, el presentador se armó con un par de guantes, mascarilla y unas gafas quirúrgicas. Una vez que quedó protegido, Raúl se dirigió a Bachour, en Coral Gables en Miami, donde fue atendido por el propio chef, quien le entregó su pedido con los cuidados necesarios.
Al llegar a casa, el comunicador deleitó a su familia con algunos ricos platillos y en sus redes sociales compartió el festín del que disfrutaron. Ensalada, postres, baguettes, papas fritas y un corte de carne fueron parte de las delicias.
Raúl, así como millones de personas en Estados Unidos, está tomando sus precauciones; solo sale a trabajar y de inmediato regresa a casa, además de que su esposa y su hija no han dejado su departamento para nada. “Solo estoy saliendo para hacer el programa en el estudio de Univision. Pero en cuanto termino, vengo enseguida para mi casa. Solo voy al supermercado una vez a la semana y cuando me falta algo por comprar lo encargo por Amazon”, expresó el presentador en una entrevista con El Nuevo Herald.
El conductor de televisión agregó que pasa el resto de su día cocinando y viendo los noticiarios del mundo al lado de su familia. Además de esto, se está ejercitando para mantenerse sano. “También estoy aprovechando este tiempo para hacer una hora de ejercicios. Pero no puedo negar que estoy extremadamente preocupado por todo lo que está ocurriendo. ¡Ojalá que salgamos muy pronto de esta pesadilla!”.