Este miércoles por la mañana, el actor Pablo Lyle se presentó en una corte de Miami, Florida, con la finalidad de definir si podrá viajar a México o no. La nueva jueza del caso, Marlene Fernandez Karavetsos, se tomará una semana para analizar su decisión al respecto. Este tipo de peticiones no es común en un caso criminal porque debe existir la garantía absoluta de que el protagonista de Mi adorable maldición volverá a Estados Unidos cuando sea requerido.
Al respecto, Philip Reizenstein, abogado de Lyle, dijo esto al término de la moción: “¿Cuál es la garantía de que regresará? una cuantas cosas. Primero, tiene una fianza y si no regresa su familia pierde todo y eso incluye una propiedad que su cuñado tiene en la Florida. Número dos, es una estrella internacional de cine que no se puede esconder en ningún lado y México tiene una acuerdo de extradición con Estados Unidos”, declaró a los medios.
El próximo miércoles, la jueza determinará si el permiso a Pablo es viable y en el caso de serlo, el proceso sería el siguiente: “El puede hacer su vida normal y si algo pasa que necesitamos aquí en los Estados Unidos, lo pedimos y el coge un avión y regresa”, explicó su defensa legal.
Ya son 10 meses desde que el juez anterior a cargo del caso, Alan Fine, decretó el arresto domiciliario al histrión. Durante su última comparencia, perdió la maniobra legal presentada por sus abogados en donde decían que había actuado en defensa propia bajo la ley Stand your Ground. Este argumento ha vuelto a ser apelado por su defensa.
Sin embargo, hay otro punto importante en el proceso legal de Lyle y tiene que ver con su estatus migratorio, ya que su visa de turista podría ser extendida si es necesario; pero a la fiscal le preocupa que los federales no le permitan su reingreso una vez que esté vencida.
Habrá que esperar una semana para saber si la jueza decide que Pablo puede regresar al México o por el contrario, continuar en suelo americano en arresto domiciliario hasta que comience el juicio.