Dayanara Torres no podría estar más feliz. La modelo de origen puertorriqueño está en la recta final de su tratamiento contra el cáncer, enfermedad que le fue diagnosticada a principios del 2019. Luego de recibir atención especializada por casi más de un año, la jueza de Mira Quién Baila All Stars (MQBAS) recibió uno de sus últimos tres tratamientos, y lo hizo bien acompañada por sus dos hijos Cristian y Ryan.
Emocionada por el fin de uno de los capítulos más oscuros de su vida, la boricua –quien fue coronada como Miss Universo 1993—compartió con sus seguidores cómo fue este proceso, al cual se ha sometido por casi un año cada 21 días.
“Comienza la cuenta regresiva. Bendecida siempre... ¡Gracias a todos por sus oraciones, por no soltarme y enviarme sus buenos deseos!”, escribió junto a su post, en el que aparecen sus seres queridos, rodeándola de cariño y apoyo. “Gracias a mi Reina Madre Lela por estar aquí para mí y aguantar mi mano en cada paso de este camino tan difícil para todos nosotros”, comentó.
En su mensaje, Dayanara también agradeció a sus hijos, Cristian y Ryan, fruto de su matrimonio con Marc Anthony. “Gracias a mis nenes por apoyarme y cuidarme con tanto amor, por sus abrazos que me llenan el alma y por rezarle a Papá Dios todos los días por mí y nuestro país Puerto Rico”.
A Dayanara Torres le restan dos tratamientos más de inmunoterapia y radioterapia, cuyos efectos ha descrito como agotadores. “Hay malestar, dolor de cuerpo, espalda, huesos, hinchazón, dolor muscular, fatiga, etc”, indicó. También aclaró que no recibe quimioterapias y que por ello conserva su cabello.
Sus hijos, su mayor apoyo
Aunque sus hijos son muy jóvenes, Dayanara ha encontrado en ellos el apoyo más grande. Cristian, de 18 años, y Ryan, de 16 son su mayor motivación, pero reconoce que en un punto también teme por ellos. En entrevista con HOLA! USA, la también actriz compartió la forma en la que los chicos la han apoyado en esta etapa, además de expresar sus temores y su regreso a MQBAS. “Yo sé que voy a estar bien, pero llega el momento en que te acuestas en la noche y que piensas en tus hijos y no sabes esa incertidumbre tan fuerte”, confesó.
“Es difícil porque tengo niños que, y están grandes, que se asustan. Mi hijo ahora vive en Nueva York, está en la universidad. Yo sé que se preocupa, me llama casi todos los días y eso me hace sentir bien, también eso me dice que me extraña, y el chiquito todavía en casa y gracias a mi mamá que puedo venir aquí (MQBAS), y mi mama se encarga del chiquito”.