Alessandra Rosaldo, como muchas mamás, está más que feliz con cada momento que vive con su hija Aitana, fruto de su matrimonio con Eugenio Derbez. Y aunque sus redes están plagadas de ratos llenos de sonrisas con la niña de cinco años, la pareja también se enfrenta a las rabietas de la menor de los cinco hijos de Derbez. Sincera y muy abierta sobre el tema, la cantante contó cómo es que esta situación en ocasiones es un motivo de conflicto con su pareja.
“Es un tema del terror. Es un tema entre Eugenio y yo, entre nosotros, de conflicto fuerte. Porque a él le importa mucho lo que opina la gente", dijo muy sincera en uno de sus videos en YouTube, en el que abordó el tema que preocupa a muchos papás sobre sus pequeños.
"Él sí se pone muy mal si Aitana empieza a hacer un berrinche en público, se estresa horrible", dijo sobre la reacción de su esposo al ver a su hija en esta situación. "Él no soporta incomodar a los demás y yo soy al revés", agregó sobre cómo Aitana parece conseguir con llanto lo que guste, un detalle de su marcada personalidad.
Alessandra, como mamá, trata de entender a su hija cuando sucede algo parecido, pues del otro lado tiene a Eugenio pidiendo que todo esté bajo control “Para mí es horrible cuando ha sucedido porque no nada más tengo que lidiar con el berrinche de la niña, tengo que lidiar con el juicio del papá", contó.
"Independientemente de todas las miradas de la gente de alrededor, el primer juicio que tengo, y que siento así, es el de Eugenio", detalló. "Para mí es muy incómodo y muy fuerte porque lo vivo, de alguna forma, doble", dijo sincera.
Alessandra Rosaldo, una mamá real con problemas reales
En su video, la cantante de Sentidos Opuestos recordó cómo fue una de estas situaciones en las que quería entender a su hija al mismo tiempo que su esposo le pedía que controlara todo. "En los primeros vuelos me permitían llevar a la niña en las piernas, pero llegó un momento en el que no, en el que ya la niña debía ir en su silla y con su cinturón", recordó la también actriz.
"Aitana no quería y empezó a hacer un drama. Tenía yo a Eugenio aquí atrás diciéndome: ‘contrólala, contrólala. Se tiene que sentar, contrólala’", explicó. "Fue espantoso, pero para mí, lo peor fue sentir la presión de todos y no tener a mi compañero empático", recordó. A pesar de su experiencia, Alessandra contó con los consejos de una experta para saber calmar a los pequeños en un caso similar, en el que la comunicación con sus hijos es primordial.