En el mundo hay más personas dispuestas a ayudar a otras de lo que parece. Y más gente decidida a despedirse de una larga melena con tal de ayudar a aquellos que se han topado en el camino con un diagnóstico de cáncer, en especial las mujeres con cáncer de mama. Por ello es que existen fundaciones oncológicas dedicadas a recolectar el cabello de hombres, mujeres y niños en cada país para transformarlo en pelucas para los pacientes con esta enfermedad. Pero, ¿qué se necesita para ser donador? ¿Basta con tener el pelo largo?
Una de las pérdidas más visibles en los pacientes con cáncer es la del cabello. Esto es debido al fuerte tratamiento al que se someten con tal de erradicar el cáncer. Por ello es que con una peluca se asegura un incremento en su autoestima, mucha más confianza y fortaleza para continuar con el tratamiento sin la inseguridad de verse diferentes al espejo.
En este mes en el que se hace conciencia sobre la lucha contra el cáncer de mama, y en el que se incita a hombres y mujeres a auto explorarse, también se tienen en cuenta otros aspectos, como la donación de cabello. Para ser parte de este grupo de personas que ayuda a los demás, no hay reglas específicas que aparezcan en un manual, pues cada organización tiene metas distintas.
Sin embargo, la mayoría coincide en que debe ser de un largo mínimo de entre 8 y 14 pulgadas (entre 20 y 36 centímetros), según el sitio cancer.net, en donde también señalan que de tener un corte en capas, la más corta debe cumplir con esas medidas. En caso de las melenas rizadas, deben estirarse con la mano para medirlas antes de cortarlas.
En cuanto a la decoloración o tratamientos permanentes, varían según la organización y los pacientes que vayan a ser beneficiados con una peluca. En cualquiera de los casos, se acepta el cabello de hombres, mujeres y niños.
El paso del mejor corte de tu vida
Antes de cortar el cabello para donación, se deben seguir ciertas reglas básicas y muy sencillas. La primera es lavarlo y secarlo bien antes del corte. El donador no deberá poner ningún producto de fijación capilar ni tratamientos después de lavarlo. Tampoco se recomienda cortar el cabello mojado, pues así se evita que se contamine con moho y se vuelva inservible.
Antes del corte, se debe medir el cabello con una regla para estar seguros de la medida. El donador también debe llevar sus propios elementos para el corte como ligas para sujetarlo en una cola de caballo que evitara que se enrede o se pierda durante el envío a las organizaciones dedicadas a hacer peluca.
Las fundaciones que reciben el cabello por correo, suelen pedirlo en una bolsa de plástico, atado en ambos extremos ya que no se reciben mechones sueltos. Para finalizar, el donador lo envía a la fundación que más le convenza tras una breve investigación, en la que se asegurará de que su donación será usada de forma correcta para hacer sonreír a otra persona.
Luego de cortarse el cabello, la gente se siente bastante bien por haber hecho una obra de buena voluntad. Sin embargo, también hay que asegurar que queden contentos con la decisión, por ello se recomienda que piensen en un corte con forma y estilo a su gusto que no los hará arrepentirse por haber hecho una labor tan importante para los pacientes de cáncer.