Irina Baeva tiene una carrera profesional por la que lucha día a día. Y aunque con su talento se motiva a hacerse un espacio en el mundo de la actuación, los comentarios que recibe sobre su vida personal la dejan muy pensativa. Todo comenzó con un noviazgo con Gabriel Soto mientras él aún seguía casado con la también actriz, Geraldine Bazán, una situación que no agradó a los fans de la entonces pareja y que desencadenó una ola de mensajes negativos para la originaria de Rusia, mismos que no le son indiferentes.
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“No te puedo decir que no pasa nada", reveló Irina a People en Español. "Te llegas a preguntar qué está pasando y por qué está sucediendo eso. Realmente sí llega un punto en el que te afecta y te pones triste”, contó de lo más sincera sobre cómo le han afectado los comentarios respecto a su vida privada.
En varias ocasiones, Irina ha intentado aclarar la situación que vive. Incluso en un video pidió que se le llamara por su nombre para evitar el cyber bullying. Una petición que muchos ignoraron. Y aunque de pronto la pongan triste con los comentarios sobre su relación amorosa, Irina asegura que se arma de valor para salir adelante.
“Llega un momento en el que dices ‘hasta aquí, yo sé quién soy y no voy a permitir que la gente defina quién soy sin tan siquiera conocerme’", agregó con firmeza. "Logras entender que las opiniones que importan son definitivamente las de tus amigos y la gente que realmente te conoce y te conoce bien. Entonces mientras tú sepas quién eres y esas personas también sepan quién eres y lo vean en ti porque te conocen y conviven contigo no hay ningún problema”, aseguró.
Irina Baeva busca la lección positiva
"Vemos las vidas de los demás y creemos saberlo todo y creemos saber qué es lo que pasa ahí detrás de las puertas y por eso opinamos, juzgamos y soltamos opiniones sin detenernos en pensar si realmente tenemos el conocimiento como para poder dar nuestro punto de vista objetivo”, agregó sobre la importante lección de vida que esta situación le ha dejado.
A la par de ese aprendizaje, Irina Baeva mira hacia la otra dirección de su vida, la profesional, en la que se siente orgullosa de haber logrado alcanzar un sueño que desde su natal Rusia parecía imposible. “No puedo sentirme más afortunada y bendecida por tantas oportunidades. Me da una sensación de orgullo propio de poder decir ‘lo logré por mí misma, le eché muchas ganas y lo logré’”, comentó la actriz que participa en El Último Dragón, y en la serie junto a su pareja, Papá Soltero.