Luego de un homenaje para José José en el Palacio de Bellas Artes y una misa en la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México, sus restos fueron llevados a la colonia Clavería, en la Alcaldía Azcapotzalco, en donde el cantante vivió sus primeros años. Ahí, colonos que lo conocieron de pequeño, además de miles de fans, le dieron el último adiós al Príncipe de la Canción junto a sus hijos, José Joel y Marysol, ambos hijos de Anel, la segunda esposa del artista.
Parte de las cenizas arrivaron al Parque de la China, en donde desde hace años se encuentra una estatua en honor a José José, creación del escultor Rogelio Fernández. Ahí, en medio de aplausos, José Joel y Marysol agradecieron a los presentes por el cariño que le han demostrado a su padre.
Ante la petición de cerca de cinco mil fans, José Joel cantó Ya lo Pasado, Pasado, uno de los temas más famosos de su padre. De un momento a otro, frente a la estatua, la gente coreó la canción que por instantes enchinó la piel de sus más fervientes fans. El homenaje continuó con la canción Las Golondrinas, interpretada por un grupo de mariachi, pieza común para las despedidas más tristes.
A pesar de la calidez con la que la gente recibió a los restos del cantante, la caravana tuvo que ponerse en marcha una vez más. Ahora, José José recorría por última vez las calles de su amada Ciudad de México para llegar a su última morada, en donde también se encuentran los restos de sus abuelos.
La última morada de José José que cumple con su voluntad
Tal como él lo habría deseado, sus cenizas descansarán eternamente junto a los restos de su madre, Margarita Ortiz en el Panteón Francés. El camino de nuevo se llenó de sus fieles admiradores, quienes no perdían la oportunidad de tomar una foto del cortejo fúnebre que llevaba parte de las cenizas del cantante, pues el resto quedó en Miami a petición de la última esposa del cantante, Sara Salazar, y su hija menor, Sarita.
Porras, aplausos y sus canciones se podían escuchar a las afueras del panteón. Y aunque cerca de tres mil personas querían ingresar al lugar para despedirlo, sólo la familia y los amigos más allegados al cantante lo acompañaron hasta el lugar en el que descansarán sus restos. Tras agradecer a todos por estos homenajes, José Joel y Marysol vieron decender el ataud dorado en el que se encontraban los restos de su padre, para después arrojar un poco de tierra a él. Todo tan sólo minutos antes de que la lluvia empezara a caer en la ciudad. De esta forma, se cumplió la voluntad de José Rómulo Sosa Ortiz, José José, quien siempre será recordado como El Príncipe de la Canción.