Luego de ser recibido con todos los honores y de ser homenajeado en el Palacio de Bellas Artes en México, los restos de José José fueron trasladados a la Basílica de Gudalupe, uno de los recintos católicos más importantes del continente americano y a donde el cantante habría pedido ser llevado al momento de su muerte. Ahí, se realizó una misa en honor al cantante en donde se pidió por su descanso eterno.
Como ha sucedido en todos los actos que se han organizado para despedir a José José en México, el público tuvo acceso a la misa que se ofreció por el descanso eterno del artista, permitiendo así otro momento de cercanía del cantante con sus seguidores y permitiéndoles despedirse de su ídolo.
José Joel y Marysol Sosa, acompañados de su madre, Anel Noreña, y de sus hijas, Francesca y Elena, respectivamente, estuvieron presentes en este acto religioso, el cual fue amenizado con la música de una rondalla universitaria que además de cantos religiosos, rindieron homenaje al cantante interpretando sus canciones muy a su estilo.
Al finalizar la ceremonia religiosa, Marysol tomó el micrófono y dedicó un emotivo canto en el que habló sobre la trascendencia y de encontrarse cara a cara con Dios. También José Joel se unió a los jóvenes de la rondalla, para interpretar algunas de las canciones que hicieran famoso a su papá e incluso los vistieron con las capas que caracterizan a este tipo de agrupaciones musicales.
Antes de partir a la Colonia Clavería, lugar donde el cantante vivió su infancia y parte de su juventud, José José volvió a ser ovacionado con un minuto de aplausos de los presentes, quienes no dejaron de lanzar vivas por el cantante y corearon sus canciones hasta que el féretro regresó a la carroza para continuar con sus últimos recorridos por la Ciudad de México, antes de que sus restos sean depositados en su última morada.