La historia de amor de Rafael Araneda y su esposa Marcela Vacarezza comenzó hace más de 20 años. Pero tuvo un inicio complicado, pues el presentador chileno tenía el corazón roto por una relación anterior y no quería involucrar sus sentimientos con alguien más nuevamente, pero el propio Rafael asegura que desde que la vio por primera vez, le llamó la atención. En una entrevista para Enamorándonos USA (UniMás) la pareja contó cómo fue que se dio su relación y de cómo el conductor le dio una segunda oportunidad al amor.
“La observé primer por los medios porque ella fue Miss Chile. Encontré que era una mujer súper guapa y jamás pensé que la iba a conocer”, dijo el copresentador de Enamorándonos USA. “Luego yo tuve la oportunidad de trabajar en un canal en la red donde ella también estaba trabajando. Ahí nos conocimos, surgió una atracción, pero había una desconfianza por parte del género femenino”, indicó.
La también psicóloga habló acerca de la desilusión amorosa que vivió Rafael y que fue justo cuando ambos se encontraron en el canal donde trabajaban. “Yo lo conocí cuando su futura esposa se había arrepentido”, señaló. “Él estaba triste desconfiando en el amor. Yo terminé mi relación porque sentía algo especial por él. Me costó muchísimo trabajo”.
La relación entre el presentador de Chilevisión y la modelo no fue nada fácil, incluso un día le dio un ultimátum. “Fui un imbécil, hice todo o que un hombre inmaduro puede hacer y de lo cual no me siento orgulloso para nada”, expresó Araneda. “Y yo dije ‘no puedo más’”, agregó Marcela. Después de eso, lo intentaron y poco a poco han ido construyendo una sólida relación y han formado una bonita familia con sus tres hijos: Martina, Florencia y Vicente.
Lo que le enamora a Rafael Araneda de su esposa
Una de las cosas que más le gusta a Rafael de su esposa es verla interactuar con sus hijos. “Disfruto cuando la veo en situaciones cotidianas, cuando mis hijas le sacan la ropa del clóset o el secador de pelo. Soy el tipo más feliz del planeta cuando ella ‘sufre’ o se divierte con la cotidianidad”.