Nadie imaginaba que detrás de un jardinero que parecía bondadoso se encontraba en realidad un asesino en serie. Bruce McArthur, de 67 años de edad, era un trabajador de confianza en varias casas de Toronto, en las que se dedicaba a mantener siempre bellos los jardines. Lo que nadie se imaginaba era que el hombre que solía mostrarse con una gran sonrisa y disfrazarse de Santa Claus cada Navidad, en realidad tenía una doble vida.
Bruce conmocionó a Canadá luego de confesarse culpable del asesinato predeterminado de ocho personas, todos hombres, a quienes escondió en los jardines de las casas en las que trabajaba. El historial criminal de McArthur empezó en 2010, cuando desapareció misteriosamente un hombre de 40 años. Meses más tarde, uno más se esfumó y dos años después se repitió el caso con otros dos hombres. Todos desaparecieron después de visitar lugares de ambiente en el barrio gay de Toronto. La situación se repitió hasta alcanzar ocho desapariciones que coincidían por ser hombres homosexuales y extranjeros.
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El responsable fue bastante cuidadoso para despistar a las autoridades, al grado de que la laboriosa investigación se archivó en 2014 a falta de avances que condujeran al culpable. Pero no hay plazo que no se cumpla y el del asesino llegó a su fecha, pues finalmente las autoridades tienen una conclusión para el terrible caso que desde hace años los mantenía en alerta.
Las víctimas de Bruce fueron descuartizadas y posteriormente enterradas en distintos barrios residenciales de Toronto. Los investigadores no lograban dar con el culpable, que había sido jardinero en cada una de las residencias en las que se encontraron los cuerpos. McArthur, además, enterró a algunas de sus víctimas en su propio patio. Y a pesar de que admitió sus crímenes, los agentes no tienen claro cuál era el móvil con el que operaba.
La tranquilidad que regresó a los barrios de Toronto en los que Bruce McArthur trabajó
El detective David Dickinson de la Policía de Toronto, se mostró aliviado por que el culpable haya reconocido sus crímenes. "De esta forma podemos, por fin, cerrar este caso", expresó. Las autoridades interrogaron a los testigos que vieron a Arthur en el barrio gay, quienes coincidieron que jamás sospecharon de él por la pinta de hombre bondadoso que tiene.
"Ha sido un proceso largo y traumático y nuestros pensamientos están hoy con las víctimas y sus seres queridos, además de con la comunidad homosexual. No habríamos llegado hasta aquí de no ser por la colaboración ciudadana y la ayuda que nos han dado todos", agregó el detective. Con el caso resuelto, Bruce McArthur ahora deberá esperar al 4 de febrero para recibir la sentencia por el crimen de privar de la vida a ocho hombres.