Puede que sea uno de los tres hombres más ricos del mundo. Su fortuna está valuada en $81.9 mil millones de dólares ($1,638 mil millones de pesos mexicanos), pero Bill Gates ha decidido que al morir su fortuna no pase a las manos de sus tres hijos. A diferencia de lo que sucede tradicionalmente cuando un padre deja todo a sus hijos, el creador de Microsoft ha decidido que sus muchos millones pasarán a manos de su fundación.
Jennifer, de 20 años, Rory, de 17, y Phoebe, de 14, saben ya que no serán los herederos del dinero de su padre, sino que éste será destinado a la caridad. Dando un vistazo a su vida personal en el show This Morning, Gates dijo que sus hijos se sienten orgullosos de su decisión y que aunque ha decidido no darles impresionantes fideicomisos, como sucede en otros casos, sí tendrán algo de seguridad financiera para comenzar con sus propias carreras.
“Nuestros hijos van a recibir una gran educación y algo de dinero, así que no van a vivir pobremente, pero van a salir y a hacer su propia carrera”, dijo el empresario que tuvo unos inicios muy similares haciéndose su propio camino cuando era muy joven. “No les hacemos ningún favor a nuestros hijos dándoles una gran riqueza. Eso distorsiona cualquier cosa que podrían hacer al crear su propio camino”, dice el emprendedor.
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“Este dinero está dedicado a ayudar a los más pobres. Ellos lo saben, están orgullosos de ello. Han viajado con nosotros y han visto lo que hemos hecho”, dijo con mucha honestidad Gates en su visita a Londres. Aunque falta mucho para que esto suceda, la decisión está tomada y las cosas son claras para los hijos del multimillonario.
Para muestra de que lo que dice es totalmente cierto, su hija mayor, Jennifer, se encuentra en el segundo año de su carrera universitaria en Stanford. La chica combina su vida académica con su pasión por la equitación, disciplina en la que ha destacado en competencias nacionales. Se cree que sus hermanos menores seguirán su mismo camino y tal como ha señalado su padre, se harán su propio camino.
Esta decisión para ser sustentada por Melinda Gates, esposa del magnate y encargada de la Fundación Bill y Melinda Gates. El propio empresario comenzó su fortuna cuando era apenas un estudiante de la Universidad de Harvard cuando creó Microsoft. A lo largo de los años ha combinado su trabajo con su labor filantrópica, además de su papel como hombre de familia.