El hierro es uno de los minerales esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Éste, a través de la hemoglobina y la mioglobina, lleva las proteínas encargadas de transportar oxígeno a los tejidos y músculos de nuestro organismo. Es por esta razón que cuando su presencia es deficiente comienzan a manifestarse algunos signos de alerta.
La cantidad de hierro que una persona necesita varía dependiendo de su edad, sexo y condición. Por ejemplo, las mujeres en estado gestante o lactante necesitan mayores cantidades de hierro. Afortunadamente podemos encontrar este mineral presente en muchos alimentos, lo que nos permite obtener las cantidades necesarias mediante el consumo de una gran variedad de alimentos de origen animal (hemo) y de origen vegetal (no hemo). De estos dos; el primero es el que nuestro cuerpo absorbe con mayor facilidad.
En las primeras fases, la ausencia de hierro podría pasar desapercibida pues no se presentan síntomas claros, ya que el cuerpo compensa la falta del mineral utilizando el almacenado. Sin embargo, cuando estos índices disminuyen provocan lo que conocemos como anemia por deficiencia de hierro.
Para evitar que esto te suceda, revisa el siguiente listado para conocer algunos de los síntomas que denotan que tu consumo de hierro podría ser insuficiente.
Estas son algunas de las formas en las que se manifiesta la deficiencia de hierro en el cuerpo
- Cansancio inusual. Este es uno de los síntomas más comunes. La sensación de cansancio se genera debido a la falta de hemoglobina (compuesta por hemo) que es la proteína que transporta oxígeno al cuerpo, lo que se traduce en menos energía.
- Palidez. La hemoglobina le da su color rojo a la sangre. Al existir deficiencia de hierro esta pierde pigmentación, por lo que la piel de la cara, encías, interior de los labios y párpados inferiores pierde su apariencia saludable. Esto es además un síntoma de anemia moderada o grave.
- Dificultad para respirar. La llegada de oxígeno al cuerpo es ineficiente cuando las cantidades de hierro no son las adecuadas, lo que significa que los músculos no reciben el oxígeno necesario para realizar distintas actividades, lo que aumentará la frecuencia respiratoria y los problemas de respiración.
- Dolores de cabeza. Aunque la relación de las cefaleas con el déficit del hierro no es del todo clara, se cree que son causadas por el funcionamiento incorrecto del tránsito de oxígeno. Este es un síntoma que se presenta mayormente en las mujeres y están acompañados también de mareos.
- Sequedad en la piel y el cabello. La falta de oxigenación provoca sequedad y debilitamiento, lo que se refleja en la pérdida de cantidades considerables de cabello.
- Alteraciones bucales. La lengua hinchada, extremadamente suave o pálida puede ser señal de falta de hierro. Otros síntomas como boca seca, ardor, grietas en las comisuras o úlceras también son signos de alerta.
- Depresión, la anemia por deficiencia de hierro también puede relacionarse con la depresión.
Si presentas algunos de estos síntomas, acude a revisión médica, pues solo un especialista es capaz de detectar, por diferentes exámenes y análisis este tipo de condiciones que, de no ser tratadas correctamente, ponen en riesgo tu salud. Realiza un ejercicio de honestidad contigo mismo sobre tus hábitos alimenticios y considera hacer cambios sustanciales en tu dieta incluyendo alimentos ricos en hierro como: carnes rojas, vegetales verdes (espinaca y col), frutas deshidratadas, guisantes, frijoles, mariscos, semillas, cacahuates.
El consumo recurrente de vitamina C ayudará a tu cuerpo en la absorción del hierro. Así que los jugos y aguas de cítricos se convertirán en tus mejores aliados. También puedes incorporar a la lista café, té y productos lácteos.
Actualmente existe una gran variedad de suplementos para cada caso, en este sentido te recomendamos que el consumo de algún suplemento de hierro sea bajo estricta valoración médica, pues el exceso en el consumo de hierro puede traer otras complicaciones a tu salud dañando tu corazón, hígado o páncreas.