Ejercitarte te puede hacer sentir increíble, pero a veces tus hábitos de entrenamiento pueden estar perjudicándote de diversas formas. Enfermarte con frecuencia, no dormir bien o perder el apetito son signos de que podrías estar sobreentrenando. Además, si sientes mucho dolor a raíz de un entrenamiento, debes reevaluar tu rutina. A continuación encuentra los 9 de los signos que indican que podrías estar haciéndote daño con tu workout.
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9 signos de que tu entrenamiento puede estar haciéndote daño
Si tienes algún tipo de dolor, para lo que estés haciendo
El dolor es la forma en la que el cuerpo se protege, y lo más probable es que signifique que te estás lastimando a ti mismo. Si el malestar está localizado en una parte del cuerpo específica y puedes terminar tu entrenamiento, hazlo, siempre y cuando posteriormente busques tratamiento médico para curar tu molestia.
Siempre escucha a tu cuerpo, porque resistir una lesión podría terminar en algo peor. Si tu dolor es agudo, punzante, o si experimentas hinchazón o moretones de cualquier tipo, visita a un especialista.
Hacer ejercicio no debería marearte o debilitarte durante largos periodos de tiempo
Si experimentas mareos o te sientes débil mucho tiempo después de tu entrenamiento, no es una buena señal. Algo de mareo es normal, pero no debe persistir. Si continúa, consúltalo con tu médico lo antes posible. Muchas personas se marean temporalmente mientras entrenan, durante los cambios de posición o cuando se ponen de pie demasiado rápido. Este mareo proviene de que su cuerpo se reajusta al cambio de presión causado por movimientos repentinos (como las sentadillas), que pueden conducir a un lapso momentáneo de flujo sanguíneo al cerebro.
Otra razón para los mareos podrían ser tus hábitos alimenticios. Las necesidades dietéticas de cada persona varían, pero si te ejercitas frecuentemente con el estómago vacío, puedes marearte durante el entrenamiento.
Si te enfermas todo el tiempo, tu entrenamiento podría ser el culpable
El ejercicio constante puede estimular tu sistema inmunológico, sin embargo, el sobreentrenamiento puede ser contraproducente y hacer que te enfermes. Cuando el entrenamiento es demasiado intenso, la inmunidad del cuerpo en realidad disminuye ligeramente durante algunas horas, lo que nos hace más suceptibles a las enfermedades.
Si te enfermas constantemente, es recomendable que reevalúes tu rutina de ejercicio y que te asegures de planificar suficientes días de descanso y de alimentarte adecuadamente tu cuerpo antes y después de tus entrenamientos.
Si tienes problemas para dormir, puede ser el sobreentrenamiento
Se cree que el ejercicio beneficia la calidad de sueño, pero si estás despierto por la noche dando vueltas y vueltas por la cama, significa que podrías estar sobreentrenando. El insomnio es una señal de que tu sistema nervioso simpático no está funcionando de manera saludable, y está directamente relacionado con el ejercicio excesivo. Un sistema nervioso simpático hiperactivo y los problemas para dormir están estrechamente relacionados con las actividades anaeróbicas como el sprinting y, en especial, con el entrenamiento de resistencia intenso, como el levantamiento de pesas.
Dado a que el sistema nervioso simpático está estrechamente relacionado con la respuesta fisiológica de lucha o huída del cerebro, este tipo de ejercicios pueden causar fácilmente insomnio o inquietud. Hacer ejercicio más temprano en el día o reducir la frecuencia y la intensidad del entrenamiento puede ayudar a alivianar los problemas de sueño. Los deportistas con signos de un sistema nervioso simpático hiperactivo podrían beneficiarse de la meditación, la yoga y los masajes.
Además de insomnio, tu rutina también te puede estar causando fatiga extrema
Si te sientes cansado todo el tiempo, o sales del gimnasio exhausto en lugar de lleno de energía, es posible que debas reducir tu entrenamiento. Los dolores musculares son comúnes con una nueva rutina, pero la fatiga excesiva no lo es. Si estás durmiendo lo suficiente y todavía estás muy cansado, podría haber un par de razones. Una común, especialmente en las mujeres, es la anemia por deficiencia de hierro. Cuando tenemos deficiencia, no podemos transportar tanto oxígeno, y sin suficiente oxígeno, nuestros músculos y órganos no pueden funcionar como deberían, incluyendo el convertir nutrientes en energía. La baja producción de energía, también significa poca energía para nosotros.
Otra razón común de la fatiga es no consumir suficientes calorías antes y después del entrenamiento.
La pérdida de apetito también es una señal de sobreejercicio
Si bien es cierto que es posible que tengas más hambre de lo normal a medida que tu cuerpo se adapta a una nueva rutina de ejercicios, descubrir de repente que, por el contratio, tu hambre ha disminuido, es motivo de preocupación. Muchos atletas asumen que pueden simplemente seguir las señales fisiológicas de su organismo les da para saber cuánto comer. Sin embargo, ese no siempre es el caso. Si haces ejercicio a un alto nivel, es posible que tu apetito se suprima.
La depresión o la irritabilidad pueden ser efectos secundarios de ejercitarte demasiado
Cuando sudamos, nuestro cuerpo libera endorfinas (las hormonas del bienestar), que nos hacen sentir relajados y alivian el estrés. Pero demasiado ejercicio puede provocar niveles elevados de ansiedad y depresión. Demasiada actividad aeróbica puede conducir a un sobreentrenamiento parasimpático, cuyos síntomas incluyen fatiga, menor tensión arterial, depresión y rendimiento deportivo deficiente.
Los atletas sobreentrenados también pueden sufrir disfunción suprarrenal, además de trastornos del estado de ánimo exacerbados por niveles excesivos de cortisol en el cuerpo.
Si tu corazón se acelera mucho después de tu entrenamiento, es posible que te estés excediendo
Una señal de que estás exagerando en tu rutina de ejercicios es si tu frecuencia cardíaca fluctúa en reposo. Si eres nuevo en el ejercicio, se espera una variación en la frecuencia cardíaca en reposo a medida que tu cuerpo se pone en mejor forma. Pero, para los deportistas experimentados, la variabilidad de la frecuencia cardíaca puede ser una manera fácil de detectar los primeros signos de sobreentrenamiento.
Los dolores musculares persistentes pueden ser una señal de que te estás lesionando
El dolor muscular es común en los días posteriores a un entrenamiento particularmente extenuante, pero debería de desaparecer relativamente rápido. Si tus músculos están constantemente adoloridos, es posible que estés sobreentrenando.
Cuando haces ejercicio, provocas pequeños microdesgarros en los músculos, lo que posteriormente hace posible el crecimiento muscular. Sin embargo, si desgarras constantemente los músculos sin permitirles el tiempo adecuado para que se reconstruyan, comenzarás a causar un estado de desgaste y dolor persistente.