La República Dominicana es también la República del talento. Un paraíso en el caribe lleno de personas inventivas y trabajadoras. El mundo conoce este país por sus playas de aguas cristalinas, tabaco, ron y ritmos musicales, sin embargo, esta nación posee un amplio mercado dedicado a la industria de la belleza.
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La mujer dominicana reserva sus mañanas de los sábados o domingos para ir religiosamente al salon de belleza; una actividad en donde sin importar el sector, generalmente incluye elegir entre una taza de café o una copa de té frío o gastar dinero extra probando una línea capilar nueva o comprando un ticket para una rifa de un cubrecamas.
Aunque muchos consideran las peluquerías como centros de chismes, lo que sucede allí dentro es mucho más profundo. Dentro de esos locales llenos de rolos, secadores y humo, además de estar las las estilistas que mejor pasan el blower en el mundo, yace la plataforma perfecta para exponer productos capilares.
Clientes con bolsas transparentes repletas de lo mejor del mercado entran cada hora y salen cada dos. Mientras que pacientemente una línea de personas sentadas debajo del secador mira disimuladamente que nuevos productos puede captar desde lejos y lo más importante, sus resultados.
Cuando se trata de belleza, las dominicanas solo invierten su dinero en lo mejor, en lo que funciona, y si el producto es local mucho mejor — para ellas, todas las líneas capilares creadas en el país son denominadas como marcas tropicalizadas. Esto significa que fueron creadas con ellas en la mente; como un regalo que fue escogido cuidadosamente para hacerte sentir especial.
Un cabello saludable, brilloso y abundante siempre ha sido una prioridad para esta comunidad de personas que son el epítome de aquella frase del novelista francés Émile Zola (1840-1902) que dice “La belleza es un estado de ánimo” o el coloquial refrán dominicano: “La que quiere moño bonito…aguanta jalones.”
Y así fue como el estado de ánimo de Marielis Ramos la motivó a utilizar su segunda oportunidad en la vida para construir una de las marcas de cuidado del cabello más exitosas del mundo. Una mujer agradecida, luchadora y dispuesta a servir a los demás, que transformó una tragedia que la dejó entre la vida y la muerte, en un producto único.
Marielis es un símbolo vivo de resiliencia y superación, y nosotros en HOLA! USA, estamos orgullosos de compartir su historia con nuestros lectores, así como reconocer su talento, creatividad y de paso agradecer su aporte a la industria de la belleza.
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Conoce debajo como Marielis está ayudando a miles de personas a recuperar y mantener su cabellera de forma óptima y sin recurrir a costosos tratamientos y procedimientos.
“Soy un ejemplo de que los milagros existen. Nadie pronosticaba que sobreviviría y sobreviví. Después nadie pronosticaba que caminaría y solo mírenme.” [Marielis]
Desde que somos pequeños tendemos a inclinarnos por ciertas profesiones. Algunos sueñan con ser periodistas, otras personas prefieren la arquitectura o la ingeniería. ¿Soñaba Marielis Ramos con ser parte de la industria de la belleza y convertirse en una gran empresaria?
Jamás en la vida soñé con esto. Todos tenemos planes en nuestra cabeza pero al final Dios tiene planeado algo para nosotros que es totalmente diferente. Yo soñaba y decía que sería doctora. Yo empecé a estudiar medicina y en ese proceso nunca me visualicé como empresaria.
En el 2013, un trágico accidente da un giro a tu vida. Pasas de ser una estudiante de medicina que sueña con ayudar personas con alguna alteración en su salud, a convertirte en la paciente. ¿De qué forma esa experiencia marcó tu vida?
Es una huella imborrable. Era un 11 de Agosto y salí de fin de semana con mi amigos. En nuestro recorrido tuvimos un accidente automovilístico sumamente desastroso. Dos pérdidas humanas, entre ellas mi mejor amigo, y otra chica que nos acompañaba. Después de ahí todo lo que yo podía hacer era luchar por mi vida. Me debatía entre la vida y la muerte y los doctores no garantizaban que podría pasar conmigo. Yo tuve fractura de fémur, fractura de pelvis, de cervical. Duré un año completo sin poder caminar, un mes en cuidados intensivos, doce cirugías. Yo honestamente no sabía que iba a pasar conmigo. Esas vacaciones que se planearon para tener un break momentáneo se convirtieron en un stop total. Hoy en día me considero una persona totalmente diferente y veo la vida desde otra perspectiva.
Luego de tantos momentos tristes, tantas noches postrada en una cama de hospital, tantas cirugías e incertidumbres. ¿Cómo avanzaste a nivel emocional y físico?
Te mentiría si dijera que fue fácil avanzar. Yo pase de ser una buena estudiante, curiosa y activa, a vivir sumida en la depresión. Yo solamente tenía 19 años. La tristeza, la debilidad llegaron a mi. En ese proceso, también entendí que lo más importante era tener apoyo de nuestra familia, amigos, creer en algo, y yo me aferré a todo eso. Pero hay que admitir que había momentos en el que a pesar de estar acompañada yo me sentía sola. Yo tenía muchas preguntas y pocas respuestas. Empecé a buscar algo que me mantuviese entretenida y ocupada, y es cuando desde mi cama empiezo a mezclar ingredientes y hacer mi propio champú.
Tu nos cuentas sobre cómo te aferraste a seres queridos para salir adelante. Y si usamos esa palabra en otro contexto, también podemos decir que la mujer dominicana se aferra a su cabellera. Luego de tu compleja cirugía en la cervical y la obligación del uso del collarín tu cabello se llenó de nudos imposibles de desenredar y eso provocó que tuvieses que cortar tu cabellera. ¿Qué enseñanza te dejó el tener que desprenderte de algo que en muchos países Latinos es considerado como sinónimo de feminidad?
Honestamente yo sentí que mi mundo se acababa. Cuando estaba en ese estado de depresión, cortar mi cabello fue la gota que derramó el vaso. Mi pelo tenía un nudo tan grande que las tijeras se rompían, por eso tuvieron que pasarme “el abejón” (Máquina para cortar pelo que generalmente usan los hombres). Yo guardé ese cabello por meses y fue cuando pasaron dos cosas importantes. Después de ahí lo que vendría se convertiría en Hair Plus y yo entendí la importancia de porque tantas mujeres le damos importancia a nuestra melena. Para muchas es parte de nuestra autoestima. Cuando tenemos el cabello arreglado, sin importar la textura o el largo, nos sentimos espectaculares.
Cortar tu cabello también hizo que tu recurrieras a esos trucos que han pasado de generación en generación. Al mezclarlos con tu creatividad, nació un champú que se convirtió en una sensación y dió paso a que crearas una línea completa que es ahora una marca mundial. ¿Cómo surgió la idea?
Como yo tenía mucho tiempo de ocio, veía mucho la televisión. Veo que en un programa estaban hablando del crecimiento del cabello y a mi siempre me gustó el mundo de la belleza. Como yo me había propuesto que creciera mi cabello nuevamente, seguí viendo programas, a ver videos en YouTube y a leer libros sobre ese tema. Yo no podía caminar, así que pedí a mi mamá que cortara la sábila que ella tenía sembrada en su jardín. Empecé a mezclarla con otros ingredientes como cebolla y miel. Yo hacía el producto en muchas cantidades y lo que me sobraba se lo regalaba a las personas que venían a visitarme. Después de un tiempo, las mismas personas me pedían más champú y luego de un tiempo me di cuenta que yo tenía algo importante entre las manos.
Al ver el avance de tu cabello y la reacción de tus seres queridos, ¿en qué momento decides irte a estudiar química cosmética?
Le tomé mucho amor a lo que yo estaba haciendo. Yo siempre estudio a profundidad las cosas que me gustan. Empecé a buscar lugares en donde yo pueda especializarme en cosas del cabello y el lugar más cerca de República Dominicana en donde podía estudiar esa carrera es Buenos Aires, Argentina. Luego de hablar con mis padres y decirles que yo iba a cubrir los gastos con mis ahorros de los champús que había vendido ellos accedieron. Luego de un año en Argentina, continué preparándome en Colombia, y España.
Los padres hispanos tienden a ser muy tradicionales cuando de carreras se trata. ¿Fue impactante para tus padres tu transición de la medicina al mundo de la belleza?
Para mi papá fue un shock porque él estaba enamorado con la idea de que yo estudiara medicina. El no sabía que existía una carrera dedicada a la química cosmética. Y el me dijo: “Ya crees que porque estás teniendo ingresos puedes dejar de estudiar.” Luego de explicarle y convencerlo que iba a estudiar una licenciatura y que realmente seguiría estudiando y preparándome se tranquilizó un poco. Sin embargo, yo sé que él se sintió defraudado. Yo no tenía tantos clientes y él no sabía que iba a pasar. En el caso de mi madre ella es más apoyadora.
Terminas tu educación y regresas a tu país. ¿Cómo sigues construyendo Hair Plus?
¡Mi papá me ayudó! Él me dejó usar una casa vacía que él tiene. Mi papá es muy soñador, y yo heredé eso de él. El mismo que no quería que yo dejara la medicina, desde que yo llegue de Argentina quería que hiciéramos una fábrica gigantesca. Yo empecé a contratar personal y a trabajar elaborando el producto. Me inscribí de nuevo en la universidad para estudiar administración de empresas y lo hacía todo al mismo tiempo. Las redes sociales también ayudaron mucho al crecimiento de la marca. Empecé a recibir mensajes de clientes desde Dubai, y partes de África. Yo no sabia como hacer los envíos y Dios empezó a poner personas claves en mi camino y poco a poco fuimos creciendo. Hoy Hair Plus se encuentra en 28 países y ha sido gracias a Dios un éxito.
De una tragedia nació una marca mundial. ¿Qué crees que diría tu mejor amigo si te viera convertida en la mujer que eres hoy?
Yo pienso que él estaría muy orgulloso de mi. Si desde el cielo él está viendo mi evolución yo quiero que él sienta que si Dios me eligió a mí para seguir viviendo, él sepa que fue por un propósito. Donde quiera que esté, yo sé que está feliz.
Parte del propósito de Hair Plus es también alimentar a más familias. ¡Tienes un dream team! Un equipo de mujeres luchadoras que te ayudan a llevar los productos a todos los rincones del mundo. ¿Quiénes son tus compañeras de trabajo?
Todo fue gracias a una persona llamada Johana Ortega. Ella es una clienta de Higüey (un municipio de la República Dominicana, que está situado en la provincia de La Altagracia), y un día pidió ser mi vendedora. Ella empezó solicitando 20 champús y fue tan especial ese momento que aun conservo el depósito de recuerdo. Y a partir de ahí se fue regando la voz y pude construir esta comunidad.
Me preocupé mucho durante la pandemia, pero gracias a Dios rompimos el récord de ventas durante este tiempo tan difícil.
Para aquellas personas que aún no han probado tus productos, ¿Cuál kit capilar les recomiendas que usen primero?
Nosotros tenemos un kit de siete pasos que es de control de caída y crecimiento. Los seres humanos perdemos diariamente hasta 150 hebras, pero si sientes que estás perdiendo más de eso este kit te puede ayudar. Trae champú, acondicionador, suero, ampollas con aceite de castor, un gotero con romero, etc.
Todo en la vida evoluciona y Hair Plus viene con una nueva imagen. ¿Tendrá este nuevo look un impacto en la fórmula?
Yo tengo que darle a mis clientas lo que ellas se merecen. Y Hair Plus seguirá con la misma calidad, la misma fórmula pero con un empaque acorde a la vanguardia. Este empaque nuevo es más juvenil, sofisticado y femenino.
¿Qué mensaje le envías a la comunidad Hispana y Latina alrededor del mundo que ahora conocen tu historia y desean ser parte de tu crecimiento?
Quiero que sepan que Hair Plus tiene productos para todas las necesidades y es para toda la familia. No es una línea capilar más en el mercado.
Ser parte de mi historia y crecimiento implica el no rendirse. Ahora mismo quizás estás atravesando por una prueba y estas desesperada o desesperado, pero recuerda que todo obra para bien. Todo tiene una razón de ser. Lucha por lo que sueñas, lo que mueva tu corazón y no te detengas.