Sí, es un hecho, parece fácil aplicarse una crema en el rostro, pero todo tiene su técnica. Puede que los uses desde hace años y conozcas al detalle cómo se deben aplicar... pero aunque parezca sencillo, tus productos podrían estar siendo usados de forma incorrecta o al menos no de la forma más efectiva.
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Cada vez se tienen más opciones y aunque hay pasos y métodos que se mantienen, conviene revisar de tanto en tanto la secuencia y combinaciones de tu rutina beauty para confirmar que tu cutis recibe el mejor cuidado posible y sacas a tus productos el máximo provecho.
Por ello te presentamos 9 claves que debes tener presente a la hora de cuidar tu rostro como toda una pro... ¿Lista para probar cuánto sabes de tus productos?
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1. Lee las instrucciones antes de usarlo
Cuánto tiempo se debe dejar, con cuánta frecuencia aplicar y cómo hacerlo son algunas de las respuestas que hallarás al leer la etiqueta detrás del producto de belleza elegido. Cada producto es diferente, no subestimes este paso en tu rutina de skincare.
Aunque parezca algo básico mucha gente omite el paso de leer esta información, y en las instrucciones está la clave para que un producto sea eficaz
2. Hay un orden en tu rutina de skincare
No dejes que un producto bloquee la efectividad de otro y sigue estos consejos básicos sobre el orden de aplicación: primero debes limpiar la piel, luego aplicar los productos a base de agua, desde el más líquido. Si utilizas equilibrantes del PH como ácidos pueden ir sobre la piel directamente.
Los serums van antes de la humectante. Y si aplicas algún aceite, debes hacerlo como penúltimo paso porque estos bloquearían el resto de los cosméticos.
El protector solar es el último paso. El SPF se diluye con el maquillaje y recuerda que si lo aplicas sobre una crema hidratante aun húmeda su efecto será más débil.
Como agua y aceite se repelen, toma en cuenta qué debes saber qué producto aplicar primero y cuál otro después para una óptima penetración de cada uno en tu piel.
3. Adiós a los algodones o almohadillas
Lo mejor es aplicar el toner directamente con tus dedos sobre la misma piel. Aplica prensionando sobre el cutis o dando palmaditas tal como harías con el algodón y distribúyelo por tu rostro, cuello y escote. Esto evita que dejes gran parte del producto en la almohadilla o algodón.
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4. Organiza tus productos en parejas complementarias te ahorrará tiempo y los potenciará
Los productos que usas en la mañana deben estar agrupados, al igual que los que usas por las noches.
Por ejemplo, la vitamina C ayudará a tu protector solar a funcionar mejor, mientras que en la noche, combinar tu ácido más fuerte con tu mejor humectante te ayudará a cuidar la barrera protectora de la piel.
5. Menos es más
Al planificar tu rutina de piel, piensa en un objetivo a la vez, por ejemplo: luchar contra brotes, hidratar o unificar el tono de la piel. De esta manera los resultados serán más efectivos para ese objetivo. Paso a paso.
Usar muchos productos para fines distintos puede sobrecargar la piel y abrumarte, con el consiguiente abandono de tu rutina.
6. Pon atención a los objetos con los que su piel tiene contacto frecuentemente
Si tienes reacciones alérgicas, lo primero es revisar con qué objetos o elementos tienes contacto a diario y si los aseas regularmente. Trata de ser más consciente de las superficies que tocan su piel. El smartphone, las fundas de almohadas y tus manos son algunas de las opciones que debes limpiar con frecuencia y de forma apropiada.
A veces normalizamos ciertos hábitos que no son tan higiénicos, como llevar el teléfono al baño y no limpiarlo al salir. Esto puede estar cultivando bacterias nocivas para nuestra piel y organismo en general.
7. Antes de juzgar la efectividad de un producto dale un tiempo
Antes de desechar un producto nuevo, dale al menos un mes. Algunos dan resultados un poco después que otros, dependerá también de tu propia piel y su respuesta –y del tipo de producto–. Lo que funciona para tu mejor amiga en un tiempo, puede tardar un poco más o menos en la tuya. ¿Por qué un mes? Tu piel tarda unos 30 días en renovarse por completo, es decir, las células en la superficie de tu piel serán completamente diferentes de lo que eran un mes antes.
La idea moderna de la rapidez no puede aplicarse a los tratamientos para la piel. Debes tener paciencia para el órgano más grande del cuerpo humano.
8. Invierte el tiempo necesario en la aplicación
Realiza masajes durante unos minutos en tu rostro cuando apliques las cremas y verás mejoría en los resultados. Los movimientos deben ser ascendentes y circulares.
Aplica la dosis justa
La dosis idónea para la crema de cutis debe ser del tamaño de un guisante para toda la cara. Si tu producto tiene un dosificador, con una o dos pulsaciones debería ser suficiente.
Tu piel refleja además lo que consumes. La eficacia de tus productos de skincare se reforzará si también te cuidas por dentro con una dieta sana y equilibrada y una hidratación idónea. Ya lo sabes, tus productos de belleza serán más eficaces no solo por sus ingredientes sino por las pautas de aplicación que emplees. ¡Comienza hoy mismo a aplicarlos!