Alguna vez te has preguntado por qué en el día te sientes con poca energía y al momento del descanso te cuesta conciliar el sueño a pesar de estar agotada. Si te sucede con frecuencia es que tu organismo te está enviando señales de ¡alerta!
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¿Qué hacer para lograr un sueño reparador? Muchos factores influyen, especialmente uno que casi nunca relacionamos al tema: un buen plan alimenticio que aporte vitaminas y proteínas, que te ayuden a relajar y descansar como es debido. Ten en cuenta que el dormir bien es mucho más que un placer, es un hábito y necesidad biológica.
Si te sientes identificada, sigue estas recomendaciones para que estés renovada y con buena salud física y emocional.
Somos lo que comemos
Seguro has escuchado hablar de las famosas hormonas melatonina y serotonina ¡sí! esas que nos ayudan a regular el sueño para dormir plácida y profundamente, las mismas que podemos estimular incorporando a nuestra dieta diaria alimentos con determinadas vitaminas, proteínas y otras sustancias que nos proporcionen relajación y un buen descanso.
¿Cuáles son estos alimentos?
Hay muchos, pero podemos comenzar por los frutos secos como almendras, cacahuetes, nueces, pistachos y cereales integrales como avena, trigo, arroz y pasta, ya que todos favorecen la sensación de saciedad y bienestar para así conciliar el sueño.
A estos se unen las espinacas, que aportan cantidades considerables de calcio, el cual está directamente vinculado a la producción de melatonina, pues como señalan desde el Journal of Clinical Sleep Medicine, los niveles de calcio en el cuerpo son más altos durante la fase de sueño profundo, y por ende la escasez de este mineral puede causar problemas al dormir.
Nutrición equilibrada
Otro aliado esencial es el triptófano, un aminoácido que ayuda a que el organismo genere sus propias proteínas y hace que la glándula pineal segregue la serotonina. Podemos aumentar sus niveles consumiendo diariamente pollo, pescado, pavo y huevos, porque además son alimentos fáciles de digerir antes de ir a la cama.
Un efecto similar lo encontramos en la piña, la yuca y los plátanos, que actúan relajando los músculos y sistema nervioso, siendo la clave para un sueño calmado y duradero.
Un dulce bocado reparador
Y no podemos dejar a un lado el rico gusto del chocolate negro. Ya sea de día o de noche, el comerlo en pequeñas cantidades, se convierte en un relajante natural que aporta sensación de bienestar para lograr una larga noche de descanso.
A este le sumamos unos infaltables justo a la hora de ir a la cama: las infusiones de hierbas, como manzanilla, melisa, tila y limón; o una buena taza de leche caliente, a los que podemos agregarle miel, para que se conviertan en beneficiosos sedantes.
Cero distracciones
Para que una buena alimentación tenga reales resultados en el sueño, debemos cambiar algunos hábitos cuando estemos acurrucadas en la cama, y aquí sale a relucir tu teléfono móvil ¡sí! la luz que emite hace que el cerebro lo interprete como que sigue siendo de día y se mantenga activo, por lo que no lograrás descansar como es debido. Lo recomendable es guardarlo en el cajón de la mesa de noche o dejarlo fuera de la habitación.
Además, usa pijamas y sábanas de fibras naturales como el algodón, que al ser transpirables, regulan la temperatura corporal hasta que esté en el punto ideal para entrar en relajación absoluta.
¡No más excusas! Practica estos hábitos que aseguren suficientes horas de sueño, porque mientras más descanses tendrás mas energía, serás mas productiva y te mantendrás de buen humor.