Cambiar tus hábitos alimenticios y comer sano en lugar de hacer dieta es la recomendación de los nutricionistas de todo el mundo. Esto, además de ayudarte a estar en forma, repercute directamente en tu salud general.
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Y aunque pareciera una moda, hay un régimen alimenticio que puede ayudarte en estos propósitos: la ahora popular dieta nórdica. De acuerdo a la Organización Mundial de La Salud (OMS), existen evidencias de que no solo contribuye a adelgazar, sino a reducir dolores y padecimientos de enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión y el Alzheimer.
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Con estas credenciales –estamos seguras– querrás saber de inmediato las claves del menú escandinavo:
1. Este método nutricional se fundamenta en el consumo prioritario de vegetales, frutas, cereales y alimentos del mar. Permite el consumo moderado de carnes rojas provenientes de la caza, huevos, lácteos y restringe el consumo de azúcar y comida rápida o procesada.
2. Los alimentos deben ser –en lo posible– de procedencia orgánica: es decir producidos y cultivados sin productos químicos. Se deben evitar los que contegan aditivos. Y al momento de cocinar, no debes usar conservantes o saboreadores artificiales. Pero sí puedes añadir hierbas aromáticas y especias naturales.
3. Los nórdicos usan aceite de canola, que se obtiene de las semillas de la colza.
4. Los postres saludables y meriendas están permitidos, por ejemplo: compotas caseras de manzanas o peras o simplemente comer alguna fruta.
De dónde provienen sus nutrientes
Para darte una mayor idea de las ventajas de comer como un 'vikingo', te contamos cómo se perciben los nutrientes:
-Gracias a la ingesta de grandes cantidades de hortalizas, tubérculos, raíces, algas, hongos, etc., se consigue un importante aporte de vitaminas, minerales y algunos hidratos de carbono y fibras.
-Las frutas de estación como frambuesas, moras, arándanos son las estrellas en este régimen. De ellas se obtiene un gran aporte de vitamina C y otros antioxidantes.
De cereales como la avena, el centeno, la cebada y otros granos integrales provienen los carbohidratos diarios necesarios para el organismo, además de estimular el tránsito intestinal.
-Los pescados azules o grasos: como el atún blanco, jurel, salmón y sardina, etc., son fuente primordial de proteínas y grasas esenciales como el omega 3 y omega 6 para este menú.
-Los crustáceos como el cangrejo, la langosta, las gambas y los langostinos, son otros de los ingredientes frecuentes en la dieta escandinava. Y son excelentes para prevenir enfermedades cardiovasculares.
-El consumo de carnes rojas es poco frecuente, una vez a la semana en promedio. La idea es comer piezas de mejor calidad, pero en menor cantidad. Y cuando se refieren a ellas, son generalmente de reno o alce, típicos de la región norte de Europa.
-Los lácteos deben ser bajos en grasa y de mínimo consumo.
De acuerdo a estudios realizados en Dinamarca este planteamiento gastronómico permite bajar de peso hasta tres veces más rápido que con la dieta mediterránea. No es necesario contar calorías por porciones ya que la esencia es poner atención a la calidad de los alimentos y a como están preparados. ¿Te animas a probar la dieta nórdica?